miércoles, junio 27

MUSAS DEL DESTAPE Y EL CINE DE LA TRANSICIÓN: 
EL CINE S TRAS 40 AÑOS SIN SEXO

  Hay que separar el grano de la paja. Por un lado, el cine tuvo en "el landismo" un tipo de humor reconocido y reconocible: Pajares, Esteso y el propio Alfredo Landa, con las playas, las suecas y Nadiuska generaron un cine socarrón y paternalista con relación al destape. Por otro lado estuvo "el cine S", un cine sin ningún tipo de subvención, para un público muy específico y con una recaudación increíble en taquilla jamás vista antes (ni tampoco después). Luis Miguel Carmona, otro de los críticos que ha indagado sobre el tema, señala el lustro de oro del cine de destape el que va de 1978 a 1983. Eran mujeres reales y naturales, frescas y jóvenes como las chicas de la calle, y cualquier excusa era buena con tal de mostrar más centímetros de piel: comedias subidas de tono, películas sesudas con desnudos (aunque estuviesen metidos con calzador) o documentales de "corte divulgativo". Emmanuelle (1974) plantó una pica en Flandes, pero "Lo verde empieza a partir de Pirineos"; como se llamó una de las películas protagonizada por Nadiuska y José Luis López Vázquez. Aunque mejor hubiera sido matizar "de Pirineos para abajo" en aquel momento. Porque aunque ahora resulte casi infantil y pacato, hace poco mas de 40 años aquel cine fue toda una revolución.
   Las películas bajo el calificativo del destape no solo revolucionaron el cine de una época, sino que fueron un auténtico revulsivo para una sociedad hastiada por el franquismo. Erróneamente se han tratado de manera despectiva e incluso algunos de sus protagonistas han querido omitirlas deliberadamente de sus trayectorias. Pocas se han mantenido en la memoria colectiva como referente indiscutible de un cine que fue tan necesario como extravagante y, sobre todo, divertido. Con la perspectiva del tiempo se ha demostrado que todo lo que se rodó en este periodo de nuestra historia reciente nos ayudó a formarnos sexualmente para ser quienes somos hoy en día. 

  Es obligatorio reconocer que aquel desenfreno tuvo su parte positiva y que las sombras que existieron han quedado obsoletas. Directores, actores y actrices, guionistas... fueron los vértices de este maremágnum sexual y mediático, que supieron sacar partido a una situación que nunca volverá a repetirse porque las condiciones han cambiado demasiado y cualquier parecido con aquellos tiempos es un espejismo involuntario que nos muestra una lujuria que estaba contenida para satisfacer los deseos de propios y extraños.

  Cinco años antes de que un 23-F pusiera un nudo en la garganta de una mayoría de españoles, otro 23-F pasaba a la historia de los pequeños episodios nacionales gracias a 37 fotogramas -segundo y medio- hasta entonces impensables en el cine español: el primer desnudo integral, el clímax del destape. La película se titulaba La trastienda. La protagonista del momento, María José Cantudo. La taquilla se levantó con entusiasmo: 186 millones de pesetas de la época. Franco había muerto pocos meses antes y la publicidad de la cinta jugaba a la rebelión: "No es la película de la apertura, es la película de la libertad". Casi nada. ¿El argumento? Poca cosa: un médico casado y miembro del Opus se liaba con una bella mujer (¡enfermera!) en la muy católica Pamplona, lugar habituado a las carreras de cornamentas. Producía un hombre que se haría de oro con los destapes: José Frade.
  El realizador de La trastienda, Jorge Grau, relata en su libro de memorias Confidencias de un director de cine. Cómo se pudo sortear a la censura con el desnudo: "La manera obsesiva en que habían puesto la lupa en cuestiones religiosas hizo que se les pasara por alto una escena del guión que describía de manera explícita a una muchacha que llegaba a su casa y que, en un deseo de sentir la libertad absoluta, se iba 'quitando la ropa hasta quedar completamente desnuda'. Más tarde, dicha escena sería determinante en el devenir comercial"
  Grau concluye: "Treinta y siete fotogramas, segundo y medio, a los escasamente diez minutos de proyección de una película de casi dos horas. Algo más tendría para que el público llenara la sala sin abandonarla y asistiera a verla durante cerca de diez meses. Antes del estreno José Frade mandó estampar una copia con el título de La cama prohibida tal vez porque creía que era más comercial. Yo le contesté con un telegrama con el siguiente texto: La trastienda se llama La trastienda". Allí donde se destapa la verdad.

  Si en 1976, en los inicios de la Transición de la Dictadura Franquista a la Democracia, el desnudo frontal integral de sólo 3 segundos en pantalla, de María José Cantudo, era capaz de atraer a 2,6 millones de espectadores a los cines, ¿que podría suceder si la cosa iba a más en lo de enseñar carne?

  Después de 40 años de censura, y de dobles versiones de películas para el mercado español y el extranjero, el gobierno del extinto UCD (Unión del Centro Democrático) presidido por Adolfo Suárez aprobó en noviembre de 1977 las películas clasificadas "S". Las que iban más allá del simple destape de alguna furtiva teta o pezón.

  De modo que el cine se quitó el sujetador y lo que hiciera falta para mostrar más en cuanto a anatomía, posibilidades del asunto, duración y cantidad de las escenas. Y 1978 empezó llenándose de películas etiquetadas con la nueva clasificación.

  Pero de aquel momento, y con la perspectiva que da el tiempo, hay que separar el grano de la paja. Por un lado, el cine tuvo en "el landismo" un tipo de humor reconocido y reconocible: Pajares, Esteso y el propio Alfredo Landa, con las playas, las suecas y Nadiuska generaron un cine socarrón y paternalista con relación al destape. Por otro lado estuvo "el cine S", un cine sin ningún tipo de subvención, para un público muy específico y con una recaudación increíble en taquilla jamás vista antes (ni tampoco después). Luis Miguel Carmona, otro de los críticos que ha indagado sobre el tema, señala el lustro de oro del cine de destape el que va de 1978 a 1983. Eran mujeres reales y naturales, frescas y jóvenes como las chicas de la calle, y cualquier excusa era buena con tal de mostrar más centímetros de piel: comedias subidas de tono, películas sesudas con desnudos (aunque estuviesen metidos con calzador) o documentales de "corte divulgativo". Emmanuelle (1974) plantó una pica en Flandes, pero "Lo verde empieza a partir de Pirineos"; como se llamó una de las películas protagonizada por Nadiuska y José Luis López Vázquez. Aunque mejor hubiera sido matizar "de Pirineos para abajo" en aquel momento. Porque aunque ahora resulte casi infantil y pacato, hace 40 años aquel cine fue toda una revolución. 

 Los cines se abren al sexo
  Muslo o pechuga era curiosamente el título de una comedia (inofensiva en lo erótico), protagonizada por el cómico francés Louis de Funès, y al igual que La trastienda también fechada en 1976. Estaba claro que el público español de entonces se quedaba con ambas cosas. 

  Así nació todo un subgénero, y una industria relacionada, con el tentador aviso en la promoción de los largometrajes de: "Se advierte al público que este filme por su temática o contenido puede herir la sensibilidad del espectador". 

  Aunque el origen exacto de la elección de la letra "S" no parece estar claro, el respetable rápidamente lo relacionó con la "S" de Sexo o de "Sensibilidad" (por aquello de que podía ofenderla). Y a pesar que algunas películas, como Mad Max , protagonizada por el australiano Mel Gibson, o el filme de terror Las colinas tienen ojos , de Wes Craven, también recibieron esta calificación por su violencia explícita, la gran mayoría eran para entrar en calor. Todo un reclamo para el espectador de la época. 

En busca del título perfecto
  El auge del cine clasificado "S" se produjo entre 1978 y 1983. La primera producción española en recibir tal honor fue Una loca extravagancia sexy, de Ricard Reguant, recreando en imágenes un espectáculo de alto contenido erótico que se representaba en Lloret de Mar (Girona). Reguant llegó a firmar sus películas hasta con 4 pseudónimos distintos (el más conocido, Richard Vogue), y realizaría también la última película emblemática del cine "S", de título tan divertido como explícito: No me toques el pito que me irrito, en 1983.

 Y pese a que algunos intentaban introducir en sus argumentos tramas sociales o políticas, lo de menos era lo que contaban. Prevalecía el morbo de lo que podían mostrar: colegialas, adulterios, tríos, sexo en grupo, masturbación, lesbianismo... Los títulos fueron todo un catálogo tanto de excentricidad y casposo ingenio como elocuencia.

 Los ejemplos son variados pero dando vueltas a la misma idea. La orgía, La pitoconejo, El maravilloso mundo del sexo, En busca del polvo perdido, ¿Podrías con 5 chicas a la vez?, El higo mágico, Sin bragas y a lo loco, Carne apaleada, Alicia en la España de las maravillas, Gemidos de placer, El periscopio, La caliente niña Julieta, Los violadores del amanecer, Viciosas al desnudo, Esas chicas tan p..., Las calientes orgías de un virgen, El fontanero, su mujer... y otras cosas de meter, Bacanal en directo, Porno: situación límite, Con las bragas en la mano o Bragas calientes.

 El imperio del cine "S" 
  Eran un negocio seguro, de mínima inversión y beneficios garantizados. Algunas lograron colarse entre las diez más vistas del año de su estreno. Un ejemplo, Las eróticas vacaciones de Stella fue la sexta película más taquillera de 1978 con 372,6 mil euros (62 millones de pesetas) o Sueca bisexual necesita semental se convirtió en una de las producciones de mayor éxito internacional. Se rodaban en pocos días. Y municipios como Lloret de Mar, Ibiza o Torremolinos se erigieron en paraísos donde filmarlas, beneficiados por sus bellos y sensuales parajes costeros.

 También llegaron producciones extranjeras de cierta calidad como El imperio de los sentidos , de Nagisa Oshima; Salón Kitty y Calígula, ambas de Tinto Brass; Saló o los 120 días de Sodoma , de Pier Paolo Passolini o Cuentos inmorales y La bestia, las dos de Walerian Borowczyk, e innumerables filmes de la saga Emmanuelle . Así como, al fin, el estreno en nuestras pantallas de El último tango en París, de Bernardo Bertolucci, protagonizada por Marlon Brando .

 Históricos son los viajes en autobús organizados y las largas colas de españoles en los cines franceses de Perpignan o Biarritz donde se exhibía. Incluso se dijo que el filme de Bertolucci había contribuido a aumentar las ventas de mantequilla gracias a una de sus escenas más subidas de tono (y sorprendentes en aquel momento).

 Marginación y cine de autor
  En las producciones y coproducciones españolas, los directores a menudo utilizaban seudónimos, o incluso era el mismo productor quien firmaba la realización. Los más prolíficos fueron Carlos Aured, Ignacio F. Iquino, J.J. Puig, Alfonso Balcázar, José Ramon Larraz, el inclasificable Jesús Franco (junto con su musa y mujer Lina Romay y cada vez tirando a productos más fuertes, hacia el cine X), o el citado Ricard Reguant. 

  Pero la mayoría pasaron a la marginación con la desaparición del cine "S". Otros cineastas, en cambio, como Eloy de la iglesia (El sacerdote, El diputado, La mujer del ministro) y Bigas Luna (Bilbao, Caniche) fueron labrándose una cierta reputación de prestigio como autores.

 Las divas del cine "S" 
  Un nutrido grupo de féminas, la mayoría jóvenes, otras rondando la treintena, se perfilaron como las nuevas diosas de la pantalla. Entre las más recordadas: Lina Romay , Bárbara Rey , Sara Mora , Patricia Adriani , Blanca Estrada, Eva Lyberten , Nadiuska , Agata Lys , Rosa Valenty , Mirta Miller , África Pratt , Andrea Albani, Verónica Miriel, Amparo Muñoz , Mireia Ros , Helga Liné o Azucena Hernández. También, Ajita Wilson (una transexual), Raquel Evans (hermana del productor chileno Enrique Guevara, y nombre que Ricard Reguant usaría para firmar algunas de sus obras), Violeta Cela (sobrina del académico Camilo José Cela) o Susana Estrada. Ella fue una de las más osadas y reivindicativas. Llegó a aparecer mostrando un pecho en una fotografía junto al alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván durante una gala pública de entrega de premios del Diario del Pueblo.

  Mujeres que se erigieron en símbolo de libertad en unas películas donde lo que predominaba era el machismo. 

El fin del cine "S" 
  El declive del cine "S" fue tan rápido como su auge. Actos sexuales simulados y casi nada de primeros y generosos planos mostrando todo lujo de detalles. El público quería más y la asistencia a las películas de este género empezó a menguar. El cine clasificado "X" estaba a la vuelta de la esquina. La Directora General de Cinematografía, y también realizadora de cine, Pilar Miró, eliminó la clasificación "S" y en 1984 se legalizaron los cines pornográficos en España, exclusivamente para mayores de 18 años.

 A partir de mediados de los ochenta, el alquiler y compra de cintas de video eróticas y pornográficas en formato 2000, Betamax y sobre todo VHS haría furor en los videoclubs. A partir de 1985 se emitiría Cine de Medianoche, un espacio que permitió que llegaran a la pequeña pantalla de todos los hogares algunos de los "clásicos" como El último tango en París, Cuentos inmorales, Bilbao o La bestia. Y en 1990 tuvo lugar la primera emisión de una película X por televisión, codificada en el canal de pago Canal +. Conmemorando que hace 30 años se originó este verdadero fenómeno en las salas españolas del posfranquismo, un cine que marcaría a varias generaciones (abuelos, padres e hijos), En 2008, se estrenó Los años desnudos, dirigida por Dunia Ayaso y Félix Sabroso, y protagonizada por Mar Flores, Candela Peña y Goya Toledo. para conmemorar el 30 aniversario de la creación de la "Clasificada S".

QUE FUÉ DE LAS MUSAS DEL DESTAPE
  En 2018, Se cumplen 40 años del nacimiento del cine S, un modo de entender aquella sociedad española de mediados de los 70. La dictadura sometió al país bajo un yugo opresor y moralista, por lo que una vez abierta la veda de la libertad se originó una avalancha de aperturas, tanto para reprimidos como para liberados. Y el cine los recibió a todos con los brazos abiertos. Lo que según el crítico César Santos Fontela, no podría ejemplificarse mejor que en el argumento de una sus películas emblemáticas: El Amor del Capitán Brando, en donde se veía un pecho desnudo por primera vez. Ana Belén interpretaba a una joven profesora espiada por sus alumnos, y aquello era España entonces: un país de mirones sedientos de más cacho.
Son tantas las actrices, que mencionaré a las que, en mi modesta opinión, fuerón las mas relevantes.

NADIUSKA:
 Roswita Bertahasa Honzca nació el 19 de enero de 1952, en Schirierling (Alemania).
De padre ruso y madre polaca. Cursó sus estudios en un internado y estudió ballet clásico, para luego realizar varias giras internacionales. A principios de los 70 decidió instalarse a vivir en España y comenzó a trabajar como modelo gracias a su belleza exótica y su mirada felina. En 1973 se casó con un herrero llamado Fernando Montalbán Sánchez para así poder conseguir la nacionalidad española (el matrimonio fue anulado en 1980) y durante varios años tuvo como manager y pareja a Damián Rabal, hermano del actor Paco Rabal.
En 1972 debutó como actriz en la comedia "Soltero y padre en la vida" de Javier Aguirre, donde empleó el seudónimo de Nadiuska. Tras participar en dramas como "Timanfaya" (1972) de José Antonio de la Loma y en títulos de aventuras de serie B como "Tarzán en las minas del Rey Salomón" (1983), comenzó a aparecer como secundaria en las comedias "Lo verde empieza en los Pirineos" (1973) de Vicente Escrivá y "Manolo La Nuit" (1973), esta última a las órdenes de Mariano Ozores y con protagonismo de Alfredo Landa.
En 1975 protagonizó uno de sus primeros títulos eróticos "Zorrita Martínez" de Vicente Escrivá, a la que siguieron otros largometrajes similares como "La amante perfecta" (1976) de Pedro Lazaga, "Chely" (1977) de Ramón Fernández o "Suave, cariño, suave" (1978), que la lanzaron como todo un mito erótico. Al margen de estos films se prodigó en otros géneros como secundaria, apareciendo en el drama "Beatriz" (1976) y en la comedia "Dos hombres y en medio, dos mujeres" (1976). También colaboró en films de terror o thrillers como "Desnuda inquietud" (1976) de León Klimovsky, "La muerte ronda a Mónica" (1976) de Ramón Fernández o la francesa "Los eróticos juegos de la burguesía" (1977). En 1976 posó desnuda para la portada de la revista cinematográfica "Fotogramas", hecho que causó una retirada de su distribución en los kioscos por parte de la censura, pero que finalmente se pudo solventar gracias a un comprensivo juez. También fue portada de la revista Interviú en 1978, 1981 y 1983. 
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 A finales de los 70 colaboró en algunas coproducciones como la comedia hispano-británica "La mosca hispánica", la comedia erótica hispano-italiana "Siete chicas peligrosas" (1977) o el drama hispano-mexicano "Guyana: el crimen del siglo", dirigido por René Cardona y donde secundó a veteranos de Hollywood como Stuart Whitman, Joseph Cotten y John Ireland. En 1978 intervino en la comedia argentina "Mi mujer no es mi señora", junto al humorista Alberto Olmedo.
 Nadiuska, en los setenta.
En 1980 fue secundaria en la película de artes marciales hong-konesa "Gymkata Killer" y además actuó en el thriller hispano-italiano "Buitres sobre la ciudad" y en la comedia argentina "La noche tiene movida". Su carrera en el cine internacional se completó en 1981 cuando interpretó el breve papel de la bella madre de Conan en la excelente "Conan el bárbaro" de John Millius. Un año después acompañó a Tony Curtis en "Othello, el comando negro", versión hispano-francesa y contemporánea de la inmortal obra de William Shakespeare.
En 1983 fue Milady de Winter en la autoparódica "La loca historia de los tres mosqueteros", dirigida por Mariano Ozores y con protagonismo de los humoristas Martes y 13. En 1984 secundó a Cassen en "La de Troya en el palmar" y al año siguiente participó en varios capítulos de la serie "Tristeza de amor", protagonizada por Alfredo Landa, Concha Cuetos y Emma Suárez.  En 1987 intervino en la revista "La chica del 17". Tras un tiempo dedicada a la creación de joyas y a la exportación de carne, en los 90 actuó con la comedia "Tío del saco y el inspector Lobatón" (1991) y como actriz invitada en la serie "Los ladrones van a la oficina". En 1997 fue la Baronesa, una vampiresa entrada en años en la comedia "Bracula, Condemor 2", dirigida por Álvaro Saenz de Heredia y protagonizada por Chiquito de la Calzada, que supuso su último trabajo como actriz. En 1997 volvió a ser portada de Interviu.
A finales de los 90 sufrió graves problemas económicos y comenzó a tener trastornos psíquicos, de modo que en 1999 fue traslada de la pensión en la que residía al hospital psiquiátrico Alonso Vega, donde le diagnosticaron esquizofrenia. Una vez cumplió su tratamiento con mejorías, en 2002 le dieron el alta. Sin poder recuperarse económicamente, comenzó a vagabundear por diversas zonas de Madrid y en el programa de TVE presentado por Concha Velasco "Tiempo al tiempo", relataron su triste historia sin lograr ayudarla demasiado. Durante un tiempo también se la vio bastante deteriorada físicamente en Guadalajara e ingresó en el Hospital General Universitario. En la actualidad reside en Ciempozuelos, donde es paciente del Centro Asistencial Benito Menni.  


SUSANA ESTRADA: 
 Debutó como actriz en 1973 con la comedia "Las tres perfectas casadas" y al año siguiente realizó una breve aparición en "La trastienda" de Jorge Grau. En 1975 participó en el film de terror "La noche de las gaviotas" de Amando de Ossorio y en la película erótica "El libro del buen amor" de Tomás Aznar y Julián Marcos, adaptación cinematográfica del clásico homónimo de la literatura picaresca escrito por el Arcipreste De Hita y donde Susana coincidió con su prima Blanca Estrada.


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En 1976 participó en el drama "Lucecita". Sus trabajos de 1977 fueron la comedia "El jovencito Drácula" y un episodio de la serie "Novela". Un año después secundó a Fernando Esteso en la comedia erótica "Pepito Piscinas" de Luis María Delgado. También apareció en desnuda en la revista Interviú en los populares reportajes de Luis Cantero en 1976, 
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En 1978 fue una de las primera actrices españolas en protagonizar un film clasificado para adultos (que en aquellos años se catalogaban como films S) titulado "El maravilloso mundo del sexo". Convertida en otra más de las musas del destape, en 1978 formó parte de una fotografía emblemática de La Transición Española donde aparecía mostrando un pecho al lado del alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, cuando acudió a una gala correspondiente a la entrega de premios del Diario Pueblo y en la que ella recibió un galardón como "Personaje más popular del año". También trabajó como vedette y hasta grabó varios singles erótico-festivos titulados "Ya me voy de tu vida", "Gózame ya", "Quítate el sostén", "Acaríciame", "Espacial", "Hagámoslo juntos", "Hagamos el amor", "Mi chico favorito", "Un sitio bajo el sol", "Voy desnuda", "Arena y mar", "Machos", "Fever", el popurri "Rocks" (con versiones de "La plaga" o el mítico "King Creole" de Elvis Presley) o "La banana" (a dúo con Paco Clavel en su disco "Duets" de 1994). Por este motivo, se la pudo ver actuando en una edición del programa musical "Aplauso" en 1980.
Ese mismo año protagonizó la película erótica "Pasión prohibida" de Amando de Ossorio. En la década de los 80 participó en obras de teatro de corte erótico como "Machos" , "Oh Susana" o "Sensualidad". En los 90 fue la propietaria de un club de citas. En fechas más recientes fue entrevistada en una edición de "Crónicas marcianas", donde explicó su experiencia en el cine de destape. En 2005 concursó en el intrascendente reality con famosos "La granja" de Antena 3 y fue concursante famosa en el programa "Pasapalabra". En 2008 fue entrevista en el programa "Yo estuve allí" y realizó un breve cameo como actriz en la película "S, los años desnudos" de Felix Sabroso y Dunia Ayaso.

SARA MORA: 
 Nació en Escatrón (España) en 1953.
Debutó como actriz con la película de terror "Las alegres vampiras de Vögel" (1973), protagonizada por Ágata Lys. En 1977 fue secundaria en el film de terror "El espiritista". Tras colaborar en varios episodios de la serie "Sumarísimo" (1978), comenzó a intervenir en varias comedias eróticas como "Los energéticos" (bajo la dirección de Mariano Ozores y con protagonismo de Andrés Pajares y Fernando Esteso), "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona" y "Las siete magníficas y audaces mujeres", todas ellas estrenadas en 1979. Fue portada de la revista Interviú en 1978 y 1981. Con la llegada de los 80 siguió vinculada al género erótico con films como "Evaman, la máquina del amor" (1980), "Al sur del Edén" (1981), "La frígida y la viciosa" (1981) o "La masajista vocacional" (1981). Cuando las películas de destape comenzaron a pasar de moda, coincidió con Tony Curtis y Nadiuska en "Othello, el comando negro" (1982) y rodó el film de terror "Atrapados en el miedo" (1985) de Carlos Aured. En televisión colaboró en el programa "Gol... y al mundial 82", así como en algunos scketches del espacio de Pedro Ruiz "Como Pedro por su casa" (1985). Fue portada de la revista Interviú en 1978 y 1981.
 En la década de los 90 actuó en la miniserie "La forja de un rebelde" (1990) y realizó papeles de reparto en los films "Tramontana" (1991), "Huidos" (1993) de Sancho Gracia, "Tirano Banderas" (1993) y "Cachito" (1995). También colaboró en episodios de las series "¡Ay, Señor, Señor!", "Médico de familia", "La casa de los líos", "Querido maestro" y "Este es mi barrio". En 1997 realizó un breve papel como jugadora de cartas en "Airbag" de Juanma Bajo Ulloa y fue secundaria en la comedia "Siempre hay un camino a la derecha" de Jose Luis García Sánchez. A finales de los 90 colaboró en los cortometrajes "Señores de Gardenia" (1998) y "Endora" (1999) y volvió a ejercer como secundaria en la película "Se buscan Full Montys". Sus últimos trabajos televisivos los ha llevado a cabo como invitada en las series "Petra Delicado"(1999) y "Abierto 24 horas" (2000). En 2005 y 2008 fue entrevistada en los documentales "Cuando España se desnudó", emitido en Canal + y que repasaba la historia del cine de destape; y "La extraña pareja", emitido en Antena 3 y centrado en Andrés Pajares y Fernando Esteso.

EVA LYBERTEN: 
  Su primer papel cinematográfico lo llevó a cabo en la comedia "Deseo" (1976). Luego realizó papeles secundarios en "Perros callejeros" de Jose Antonio de la Loma y en el drama "Borrasca". Gracias a su sensual belleza y a su melena rubia, despuntó en el cine erótico con "Viciosas al desnudo" (1980), a la que siguieron otros títulos: "Los amores impuros de Sybille" (1980), "Patrizia" (1980), "Las alumnas de madame Olga" (1980), "Neumonía erótica y pasota" (1981) y "La caliente niña Julieta", su película más recordada.
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Realizó su despedida del género con títulos como "En busca del polvo perdido" (1982) de Enrique Guevara, "Porno: Situación límite" (1982) y "Muñecas de trapo" (1984) de Jorge Grau. Un año antes del estreno de estos dos films actuó en la comedia "Dos pillos y pico" y en 1983 participó en "Hundra", una película de Serie B de aventuras centrada en una heroína guerrera y que trataba de emular sin éxito a "Conan el bárbaro".
Tras colaborar en la comedia "Sal gorda" (1984) y en el thriller "Escapada final" (1985), decidió retirarse de la interpretación. A principios de los 90 hizo incursiones en los documentales "Picasso, ocho historias de amor (1992) y "Sexo oral" (1994) de Chus Gutiérrez. Tras su largo retiro de las pantallas, en 2003 realizó un breve papel secundario en la comedia dramática "Nudos". En lo personal, mantuvo una peculiar relación con Fabio McNamara.

ÁFRICA PRATT:
 Nació el 18 de septiembre de 1946 en Tetuán (Marruecos).
Sus primeras películas como secundaria fueron las comedias "La llamaban la madrina" (1973), "Una monja y un Don Juan" (1973) y "Fin de semana al desnudo" (1974), todas ellas dirigidas por Mariano Ozores y con protagonismo de Lina Morgan. Sus primeras películas como secundaria fueron las comedias "Le llamaban la madrina" (1973), "Una monja y un Don Juan" (1973) y "Fin de semana al desnudo" (1974),todas ellas dirigidas por Mariano Ozores y con protagonismo de Lina Morgan.
En 1975 secundó a Alfredo Landa en "Tío, ¿de verdad vienen de París?" y "Cuando el cuerno suena", además actuó en otra comedia con la infidelidad como telón de fondo titulada "De profesión: polígamo". Combinó estos trabajos con algunos films dramáticos como "Las pródigas" (1975), "Guilliver" (1976), "El segundo poder" de Jose María Forqué y la polémica "El sacerdote" (1978) de Eloy de la Iglesia.En 1976 colaboró en la comedia erótico-medieval "Cuando los maridos se iban a la guerra" (1976), protagonizada por Arturo Fernández. Desde principios de los 70 y hasta mediados de los 80 Mariano Ozores se acordó de ella para intervenir en algunas de sus numerosas comedias eróticas protagonizadas por Andrés Pajares y Fernando Esteso. Junto a esta pareja rodó la taquillera "Los Bingueros" (1979), mientras que junto a Esteso intervino en "El erótico enmascarado" (1980), "Al este del oeste" (1984) y "El cura ya tiene hijo" (1984). A pareció desnuda en la revista Interviú en 1976 y 1977, y en 1979 fue portada de Fotogramas.
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Al margen de estos films intervino en los dramas "El gran secreto" (1980), en las comedias "Los autonómicos" (1982) y "Las chicas del bingo" (1982), así como en el tardío musical "¿Dónde estará mi ni niño?" (1981), protagonizado por Manolo Escobar. En 1984 acompañó a Antonio Ferrandis en el drama biográfico "Memorias del general Escobar". En 1990 volvió a colaborar con Mariano Ozores en la comedia paródica "Disparate nacional". En 1993 actuó en el largometraje "Tretas de mujer" y a mediados de los 90 y principios del siglo XXI colaboró en episodios de las series "Canguros", "¡Ay, Señor, Señor!", "Hermanas" y "El comisario". En 2004 actuó en un episodio de la serie de sketches "¿Se puede?", protagonizada por Lina Morgan. Su carrera artística se completa con obras como "Viva la Pepa", "Un mes de amor" (1971), "Cada oveja sin su pareja" (1972), "Diez negritos" (1973), "Una rosa en el desayuno" (1975), "Los viernes a las seis" (1976), "La muchacha sin retorno" (1976), "El segundo poder" (1977), "¡Oh, Calcuta!" (1978), "El sacerdote" (1979), "Una noche en su casa...señora "(1979), "Aspirina para dos" (1980), "Melocotón en almíbar" (1981), "La señora presidenta" (1982), "La pereza" (1984), Don Juan Tenorio, "Prohibido suicidarse en primavera" , "Cyrano de Bergerac, "El alcalde de Zalamea", "El lazarillo de Tormes", Pantaleón y las visitadoras", "No corran que es peor" (1984), "Patatus" (1986), "Cumpleaños feliz" (1985), "Nacida ayer", "Oportunidad, bonito chalet familiar" (1990), "Hablame de Heerbert" (1992), "La zapatera prodigiosa", "Yo me bajo en la próxima y usted?, "Eloísa está debajo del almendro" (2001) o "Corona, amor y muerte". También colaboró en las revista "Dos piernas, veinte millones". 


ADRIANA VEGA:
 Su primera experiencia cinematográfica la llevó a cabo con la película "La sombra de un recuerdo" (1978). En 1978 rodó los thrillers eróticos "Venus de fuego" y "Trampa sexual" e intervino en el programa "Sumarísimo". Tras secundar a Paul Naschy/Jacinto Molina en su película "El caminante", actuó en algunas comedias como "Despido improcedente" (1980). Fue portada de la revista Interviú en 1979 y 1988, y en Fotogramas en 1978 Y 1979.

Como actriz de destape participó en títulos como "Historia de S" (1979), "Viciosas al desnudo" (1980), "El sexo sentido" (1981) y "La masajista vocacional" (1981). Su belleza destacó en el cine de Mariano Ozores, primero en "El liguero mágico" (1980), protagonizada por Andrés Pajares y luego en "Los liantes" (1981), junto a este último y Fernado Esteso. Otros de sus films junto a Esteso fueron "Al este del oeste" (1984), "El recomendado" (1985) y "Cuatro mujeres y un lío" (1985).
 Entre sus largometrajes también figuraron la producción erótica italiana "El último harén" (estrenada en 1981 y con protagonismo de George Lazenby y Corine Clery) y las comedias paródicas y anacrónicas "Juana la loca... de vez en cuando" (estrenada en 1982 y protagonizada por Lola Flores en el papel de la Reina Isabel La Católica) y "El Cid Cabreador" (rodada en 1983 y con el domador Ángel Cristo al frente del reparto y emulando a una especie de demencial Cid Campeador). En 1985 intervino en "Atrapados en el miedo" de Carlos Aured.En televisión participó en un episodio de la serie "Anillos de oro" (1983) y colaboró como vedette en el programa "La comedia musical española" (1986). En 1987 secundó a Antonio Ozores en la comedia de enredo "Esto sí se hace".
En 1990 hizo otra incursión en el cine de terror español con "Trampa infernal" y luego volvió a ser requerida por Mariano Ozores en "Jet Marbella Set" (1991) y por Paul Naschy en "La noche del ejecutor" (1992). Entre 1996 y 1997 interpretó al personaje secundario de Magda en la serie de Lina Morgan "Hotal Royal Manzanares". También podemos señalar que en 2006 fue miembro del jurado español del Festival de Eurovisión. En los últimos años ha sido entrevistada en diversos programas televisivos como el documental "La extraña pareja" (2008). En 2007 y 2008 intervino en episodios de las series "El comisario" y "Hospital central".

JENNY LLADA:
 Maria del Carmen Cervera Prim, conocida artísticamente como Jenny Llada, nació el 23 de febrero de 1953 en Barcelona (España). 
Inició su carrera artística participando en espectáculos de revista. En 1974 debutó en televisión con la serie "Cuentos y leyendas". Entre sus primeros films figuraron "El recién llegado escribió su epitafio" (1974), "El paranoico" (1974) y "Madrid Costa Fleming" (1976). 
Posteriormente fue actriz secundaria en films de destape como "Las delicias de los verdes años" (1976), "La menor" (1976), "Call Girl, la vida privada de una señorita bien" (1976), "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona" (1979) o "Un Rolls para Hipólito" (1982). Por esta misma época también actuó en films de suspense y terror como "La muerte de Mónica" (1976), "Inquisición"(1976) de Paul Naschy, así como en los dramas "El hombre que supo amar" (1978) y "Réquiem por un empleado" (1978). En 1977 intervino en un episodio de "Curro Jiménez". En 1978 apareció desnuda en la portada de la revista Interviú. Volvió a ser portada dos veces en 1979, una en 1981 y volvió a sorprender en 2005. En 1980 formó parte del reparto del film de aventuras "Los cántabros".
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A mitad de los 80 prosiguió ejerciendo como actriz de destape en films de Mariano Ozores como "Los chulos" (1980), "El soplagaitas" (1981), "El currante" (1983) o "Agítese antes de usarla" (1983). A las órdenes de este realizador también rodó "¡Que vienen los socialistas!" (1982). A mediados de los 80 participó en las series "Lecciones de tocador" (1983) y "Fragmentos de interior" (1984), y en 1985 participó en el programa "La comedia musical española". En 1986 rodó la comedia "Los presuntos". También mantuvo su trayectoria en los escenarios con las obras "Cianuro, ¿solo o con leche?" (1985) y "El último tranvía" (1987). En los 90 y principios del siglo XXI participó en episodios de las series "Los ladrones van a la oficina", "Periodistas", "Mis adorables vecinos" o "El comisario". Entre sus trabajos teatrales más recientes encontramos "5 lesbianas.com" (2005), "Seis mujeres desesperadas" (2006), "Sexo en Nueva York" (2007), "La merienda" (2008) y "Cacao Monumental" (2010). En 2008 fue entrevista en el documental "La extraña pareja". También ha sido una presencia habitual en actos de sociedad y en la prensa rosa, y desde el verano de 2015 participa en el reality "Pasaporte a la isla" de Tele 5.

AZUCENA HERNÁNDEZ:
 Nació el 21 de marzo de 1960 en Sevilla (España).Fue Miss Cataluña en 1977.
Debutó como secundaria en la película erótica "Las eróticas vacaciones de Stella" (1978). Sus siguientes films, "Bacanal en directo" (1979), "Adiós, querida mamá" (1980) y "Crónicas del bromuro" (1980), también estuvieron enmarcados en este género. En 1980 fue azafata del programa "Ding-Dong" y actuó junto a Paul Naschy en "El retorno del hombre lobo". Regresó a la pequeña pantalla con el programa "Gol... y al mundial 82" y en la década de los 80 comenzó a ser otra de las actrices fijas en las comedias de Mariano Ozores, interpretando a jóvenes algo ingenuas y liberales. Junto a este director rodó films como "El erótico enmascarado" (1980), "Todos al suelo" (estrenada en 1981 junto a Esteso y Pajares), "Qué gozada de divorcio" y "Brujas mágicas" (ambas al lado de Andrés Pajares y estrenadas en 1981). Tampoco podemos olvidar la comedia política ¡Que vienen los socialistas! (1982) y el film "El recomendado" (1985). Fue portada de Fogramas en 1979 y posó desnuda en la revista Interviú en 1977, 1982 y 1984.
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 En 1983 intervino en las películas "Hundra" y "El Cid Cabreador" y al año siguiente volvió a coincidir con Andrés Pajares en "Playboy en paro" de Tomás Aznar. Ese mismo año secundó a Antonio Ozores y Quique Camoiras en la comedia "Cuando Almanzor perdió el tambor". En 1985 fue vedette en el programa de TVE "La revista musical española y en 1986 rodó varias escenas como actriz de reparto en "La estanquera de Vallecas" de Eloy de la Iglesia, estrenada un año más tarde.
Esta fue su última película ya que en 1986 sufrió un accidente de tráfico y quedó tetraplégica. En los 90 fue entrevistada en el programa de Nieves Herrero "De tu a tu", donde manifestó que pese a su trágica situación ha encontrado el apoyo que necesitaba en su pareja. Más recientemente concedió entrevistas en otros programas como "Tiempo al tiempo" o "¿Dónde estás corazón?".

Ana Belén:
 En los rodajes, la cantante recuerda que pese a la naturalidad que demostraban ante las cámaras, la situación no era nada cómoda: “La gente intenta aparentar absoluta naturalidad, pero lo cierto es que hay bastante tensión. Antes de rodar una escena venían y te decían: “no, no te destapes más, ya está bien, no es necesario, la sabana por aquí”…. O “ponte boca abajo”… Y de repente, cuando se ponía en marcha el motor, surgía una mano y hacía ¡ras! y te quitaba la sabana y todo lo que llevabas encima”. De igual modo, la mujer de Víctor Manuel recuerda una divertida anécdota que puso en un aprieto a un compañero de reparto: “Y de repente… ¡zas!... Sentí que se empalmaba. El pobre lo debió pasar fatal”. para la cantante, el hecho de rodar desnuda fue algo embarazoso.
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Emma Cohen:
Dijo en una entrevista; “Al sentirme arropada por el director, el operador, el cámara, como por el resto del equipo, las escenas íntimas discurrían sin más.  Nunca he rechazado ninguna película porque tuviera demasiados desnudos injustificados. Mi desnudo no me avergonzaba, no me avergüenza. Es algo natural; así nacemos: desnudos”.

Fiorella Faltoyano:
 Recuerda que en la década de los setenta le ofrecieron “muchas películas en las que le diálogo se limitaba a decir “buenos días”, “buenas tardes” o “buenas noches” y a continuación tenías que desnudarte”.
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Rocío Dúrcal:
 Una mujer que pasó de ser niña prodigio del cine de los 60 a mostrar su cuerpo a los españoles que la habían visto crecer.  Una de las películas es “Me siento extraña”, un filme que protagonizó junto a Bárbara Rey y donde rodaron escenas lésbicas. A este respecto, el actor Paco Algora recordaba: “En aquellos años Marieta no estaba bien. Fue antes de que se fuera a México. Las escenas lésbicas entre Rocío Dúrcal y Bárbara Rey se grabaron con gran secretismo”. 

MARIA JOSE CANTUDO:
 Ostenta el título de "primer desnudo integral del cine español". aunque después cosechó mayor éxito en la revista, empezó en el cine y tuvo un papel destacado en el movimiento del destape. La trastienda, de Miguel Grau, fue su película más taquillera, en la que la actriz se desnudó completamente frente a las cámaras. Esta belleza de ojos redondos y melena infinita enamoró al público de la época (aunque jamás a la crítica).


AMPARO MUÑOZ:
 Primera y única Miss Mundo dentro de nuestras fronteras. Amparo Muñoz, un espectáculo físico, también pasó por el cine de destape. La modelo protagonizó títulos como La otra alcoba o Volvoreta pero no aguantó el tirón del séptimo arte. Sus últimos días se vieron ensombrecidos por la adicción a las drogas.
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NORMA DUVAL:
 Más que actriz, Norma Duval fue una vedette. Y como tal ha ejercido toda la vida, del Folies Bergère a las pantallas de cine. También tuvo un desnudo integral La Mujer del Juez, una película del género más popular durante la Transición española: el cine de destape.  
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AGATA LYS:
 Uno de los grandes iconos de este género. Ágata Lys posó su cuerpo desnudo en películas y revistas, y se abrió camino entre las actrices de su generación. La nueva Marilyn, Sex o no sex o Deseo Carnal fueron algunos de sus títulos más destacados. 


Victoria Vera
 Victoria Vera se dio a conocer en el cine español de la época, pero aportó su granito de arena al destape sobre el escenario, apareciendo desnuda en la obra de teatro ¿Por qué corres, Ulises?. Entre sus trabajos más destacables: Las adolescentes y Asignatura Aprobada, de José Luis Garci.
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BARBARA REY:
 El panorama del corazón y la prensa rosa ha eclipsado la carrera de Bárbara Rey como actriz durante los años del destape, pero la murciana tuvo su incursión en el séptimo arte, y apareció en cintas como La escopeta nacional, El periscopio o Zorrita Martínez.
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Andrea Albani/Laly Espinet:
 Andrea Albani (Barcelona, 13 de octubre de 1960-Barcelona, 18 de enero de 1994) fue una actriz española. Su nombre verdadero era Eulalia Espinet Borrás, en un principio comenzó su carrera artística en el denominado "cine S" (cine de destape) en el cual destacó bajo el seudónimo de Andrea Albani, aunque conoció su mayor éxito con sus dos últimas películas donde también pudo recuperar su verdadero nombre (Laly Espinet) en El pico (1983) y El pico 2 (1984) ambas dirigidas por Eloy de la Iglesia y principales títulos del Cine. Fue vendedora de ropa interior, jugadora de baloncesto y nadadora antes de estrenarse en el cine. Era originaria del Pueblo Seco, en Barcelona, y salió de casa a los quince años.

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 Hizo su primera aparición en el cine en 1980 en la película Las alumnas de madame Olga, de José Ramón Larraz. Pero fue con la ya clásica La caliente niña Julieta (1981), del director Ignacio Iquino, con la que consiguió la fama. La película fue el mayor éxito de taquilla de ese período. Andrea volvería a trabajar con Iquino en otras tres películas: La desnuda chica del relax (1981), Jóvenes amiguitas buscan placer (1982) y Esas chicas tan pu... (1982). El año siguiente dio comienzo a una serie de cinco películas con otro director, Alfonso Bálcazar, iniciada con Julieta (o Las lesbianas y la caliente niña Julieta). Después vinieron Las viciosas y la menor, Colegialas lesbianas y el placer de pervertir, La ingenua, la lesbiana y el travesti y El marqués, la menor y el travesti. En esas obras, de fuerte contenido erótico, generalmente interpretaba papeles de lesbiana.
Debido a los prejuicios de la sociedad (ya que su nombre estaba ligado al cine erótico) le costó desarrollar una carrera mejor, dejando las grandes pantallas en 1984 después de actuar en El pico y El pico 2, del director Eloy de la Iglesia, 2 películas las cuales fueron de las más exitosas de la década de los 80. El director de cine Eloy de la Iglesia con las películas El pico y El pico 2 fue sobre todo quien gracias a sus papeles más hizo visible su gran talento a la hora de interpretar. Falleció el día 18 de enero de 1994 a las 13h30 en el Hospital del Mar de Barcelona a causa de una meningoencefalitis aguda que le había provocado el virus del sida.

MIRTA MILLER
 Porteña, modelo, joven, sexy. Mirta Miller lo tenía todo para que la convirtieran, aun a su pesar, en una de las reinas del destape español. Llegó de vacaciones en el 69 y empezaron a lloverle los contratos para actuar, a pesar de su nula experiencia en el cine. 
"Era fotogénica y me encasillaron como mujer fatal, aunque el papel no iba nada conmigo. Te gustara o no, tenías que hacer desnudos porque era lo único que ofrecían, pero yo no me sentía cómoda y a finales de los 70, harta de tanto destape, decidí apartarme de los estudios". No se arrepiente del cine que hizo, pero sí de aquel posado del 75 para Interviú que tantos dolores de cabeza le dio después: "Pequé de ingenua porque no cobré por las fotos y pensaba que era un reportaje de única publicación que han utilizado muchas veces después". Y no fue la única ocasión en la que, según dice, pagó la novatada: "He llorado en muchos rodajes cuando llegaban las escenas con desnudo y me he negado a hacer cosas porque muy a menudo te engañaban y se hacían dobles versiones o se incluían secuencias que no estaban en los guiones originales". Considera el desnudo algo totalmente natural, pero insiste en que nunca se sintió preparada para "enseñar su cuerpo a un público tan hambriento de una fruta prohibida durante años".
La actriz argentina debe buena parte de su fama, además de a su cacareado romance con Alfonso de Borbón, a los títulos que protagonizó en los 70 junto a Alfredo Landa, como 'Alcalde por elección' o 'Vente a ligar al Oeste'. Miller también participó en 'Bolero', engendro pergeñado para exhibir la generosa anatomía de Bo Derek, en el que fue uno de sus últimos papeles.
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VIOLETA CELA
  Ignoramos si Camilo José Cela estaba al corriente de ser tío de la actriz Violeta Cela, tal y como ella nos decía a los reporteros la primera vez que la entrevistaron. en Wikipedia y en biografías de Violeta se insiste en tal familiaridad. De haberlo sido es posible que la hubiera incluido en su interesante Enciclopedia del Erotismo, que dirigió con febril participación. En cambio nos creemos que sí era sobrina del realizador cinematográfico Antonio del Amo, en su día represaliado por sus ideas antifranquistas, que cuando pudo demostró su talento a pesar de verse obligado a sobrevivir con filmes comerciales protagonizados por Joselito, El pequeño ruiseñor.

Y de vueltas con Violeta Cela, digamos de paso que es prima de una cotizada modelo de los años 60, actriz ocasional, la encantadora y simpática Paloma Cela. Nuestra protagonista nació en diciembre de 1960 en Madrid. Ya con tres años su mamá la introdujo como modelo infantil. Y con quince, debutaba en una comedia teatral de Santiago Moncada, Violines y trompetas, nada menos que con dos protagonistas de excepción, Jesús Puente y Juanjo Menéndez, aquellos soberbios actores que, al ser calvos, protagonizaron una simpática campaña publicitaria de una conocida marca de conservas que aludía a su alopecia. Conviene precisar que Violeta Cela tiene un curioso "curriculum", en el que figura como actriz de obras de teatro clásico y también asidua en las películas del destape y revistas del ramo. Porque su vis cómica, el buen quehacer dramático también, lo demostró en más de una ocasión, pero digamos que su popularidad la consiguió gracias a su físico, que mostró con todo su esplendor con escasa o ninguna ropa.


De la condición primera, registremos su paso por Televisión Española cuando contaba diecisiete años, incorporando el cursi personaje de "Alcanfor" en La mansión de los Plaff. Cinco años más tarde era protagonista de una obra de Juan Valera, Juanita la larga, llevada a la pequeña pantalla en varios capítulos. A partir de entonces, Violeta Cela gozó de un notable crédito como actriz, aunque no siempre fue reclamada para proyectos parecidos. En el cine, por lo común, incluso en películas como El año de las luces y La vaquilla, tuvo que mostrar sus pechos al aire. Y aunque también figurara en otras cintas de calidad, caso de Amanece que no es poco y Pajarico, su filmografía nos remite a engendros como Silvia ama a Raquel, de 1978, clasificada "S", que era puro erotismo y casi "porno", con argumento sobre un par de lesbianas: Violeta compartía cartelera con una tal Paula Morra... con la que se pasaba buenos ratos dándose "morrazos" sin pudor alguno. De 1979 era la también coproducción hispano-italiana Eros Hotel, título suficiente explícito para situarnos en secuencias de exhibicionismo total de Violeta. Sin llegar a esos extremos pero mostrando desde luego su cuerpo gentil aparecía en El alcalde y la política, junto a Alfredo Landa (que tantas cintas cutres hubo de rodar), y El soplagaitas, cuyo estreno tuvo lugar pocos días después del golpe de Tejero en el Congreso, en aquel infausto febrero de 1981. Le procuraron a Violeta Cela el papel de una esposa infiel, lo que según el guión estaba obligaba a desvestirse a las primeras de cambio. El título de ese vodevil dirigido por Mariano Ozores era porque el protagonista, encarnado por Fernando Esteso, siendo un músico en paro se veía en el trance de ganarse la vida tocando la gaita escocesa en un club de "top-less".
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Germán Lorente, fallecido no hace mucho, especializado en películas de atrevidos argumentos con sexo, aun cuidando mucho la fotografía, contó con Violeta en 1980 en su película Tres mujeres de hoy. No se lamentaba Violeta Cela al ser más solicitada por su físico que por su calidad de actriz. Y así, en la ya desaparecida revista Garbo, declaraba: "Me desnudo sin permiso de papá". Una frase con humor en la que estaba clara su buena disposición a salir desnuda en la pantalla. En el número 20 de la también extinguida publicación La Luna de Madrid, un especial de verano con la leyenda "En pelotas", Jorge Berlanga dedicaba a Violeta Cela un amplio artículo, con profusión fotográfica de la susodicha, elogiando sus bragas, el sujetador y el liguero, con una prosa satírica y sutil, muy en la línea del que fuera letrista de Alaska y Los Pegamoides, hijo del gran director valenciano.


Pero no siempre tuvo Violeta Cela la suerte de contar con escritores de la talla del Berlanguita, y se tragó textos más infames y pies de fotografías en publicaciones como Lib, donde jugando con su nombre la motejaban cual "Flor de primavera", en la portada del número 436. Ya no existe tal publicación, bastante hortera por cierto; ni Interviú, que cuidaba más las fotos de bellezas en cueros vivos, donde Violeta apareció varias veces en la portada y hasta en un póster en las páginas centrales, muy celebrados por los camioneros de la época. Fotogramas, que afortunadamente comparece mensualmente en los quioscos, tuvo unas temporadas en las que, junto a sesudas críticas de películas y documentados reportajes sobre actores populares, incluía en sus portadas imágenes de bellezas dispuestas a mostrarse lo más sensuales posibles. Y así contemplamos a Violeta Cela supuestamente saliendo del baño cubriéndose el cuerpo con una toalla, que sujetaba a la altura del pubis; sin mostrarlo, desde luego, pero con una actitud bastante sugerente. El cine del destape se inició en las pantallas españolas mientras avanzaba la década de los 70, potenciado tras la Transición, hasta decaer ya en los 90, cuando las taquillas de esas salas de exhibición eran cada vez más reducidas. Y Violeta Cela, como tantas colegas de su generación, conforme cumplían años, tuvo que adaptarse a las circunstancias. Y hacer otros trabajos. Ya en el nuevo siglo, en 2010, tomó parte en la serie para una cadena de televisión de pago ¿Qué fue de Jorge Sanz?, dirigida por David Trueba. En esos últimos años, también trabajó en calidad de guionista, coordinadora y presentadora de algunos programas en Radio Nacional, y actriz y directora de doblaje.

Discreta en su vida privada, como contraste con su etapa de desnudos, guardó para sí sus relaciones sentimentales, entre las que apenas recordamos algunos novios de quita y pon, aunque uno hubo que le duró tres años, y otro del mundo del cine, el cámara Pepe Cortés. No sabemos nada de su vida actual, salvo que le gusta rodearse en casa de algún perro, y mantener, vía Instragram, imágenes suyas donde todavía la encontramos luciendo su simpático rostro, que acompaña con alusiones sarcásticas sobre los políticos del momento. Siempre fue una chica divertida.

LORETA TOVAR
 Llamada María Dolores del Loreto Tovar pasó a llamarse Loreta Tovar en su carrera cinematográfica, iniciada de una manera casual cuando sólo tenía catorce años. Resulta que era vecina de Narciso Ibáñez Serrador, quien buscaba adolescentes y jóvenes para su película "La Residencia" y un día, al encontrarse con ella a las puertas del ascensor del mismo edificio le propuso un papel, lo que a ella le hizo mucha ilusión. Tuvo Chicho que convencer a los padres de la muchacha, como es natural. Aquel rodaje supuso para Loreto un mundo nuevo, conoció a la protagonista, Lilli Palmer, que la trató con cariño. Y luego prosiguió sus estudios.

Era hija de un abogado, natural de Cáceres, estuvo en Sevilla cursando sus primeros estudios escolares con las Monjas Escolapias. Ya en Madrid, se interesó por una corta carrera, la de Técnico de Publicidad. Ejerció temporalmente de modelo. En Italia intervino en unos anuncios publicitarios dentro de una campaña de promoción del tomate, "el pomodoro". Y de Milán se trasladó a Japón, ganando mucho dinero. Fue a partir de 1971 cuando desarrolló su historial cinematográfico a lo largo de una treintena de títulos en aquel cine de la Transición, hasta su despedida de la pantalla en 1985. Películas donde se desnudaba al dos por tres, en ocasiones sin venir a cuento, con argumentos de vodevil o folletinescos. Asimismo fue habitual actriz en una serie de filmes de terror, donde también era obligada a aparecer en cueros vivos, en dobles versiones al principio cuando aún la censura campeaba a sus anchas. Loreta Tovar aportaba un físico menos habitual en las pantallas españolas, al ser rubia, de aire nórdico, con unos bellos ojos verdes y una figura desde luego estilizada y elegante. Llegó a utilizar varios sobrenombres, jugando siempre con su nombre real: Loretta Tovar, Loli Tovar, Dolores Tovar, Loretta Martín, María Dolores Tovar y Lorena Tower. No conocemos un caso igual entre actrices de su generación.

Rodar en pelotas no supuso para Loreta Tovar pudor alguno, salvadas las primeras veces que lo hizo. Comentaba que si en Ibiza, donde veraneaba, iba en top less tan ricamente, nada le costaba quitarse ante las cámaras su braguita también. En una portada del semanario Garbo de 1975 alardeaba así: "Fuí en España la pionera del tanga". La llamaban de otras revistas a sabiendas de que no se negaría a quitarse la ropa ante el fotógrafo de turno: en Interviu, Party, Personas, Papillón, Pronto, Diez Minutos… Su hermana Marisa también se animó a seguir los pasos de Loreta y coincidieron en algunas películas. El padre ya había fallecido y la madre, les decía: "¡Ay, si él viviera…! ¡Nos hubiera matado…!"

La filmografía de Loreta Tovar tiene títulos tan sugerentes como "Las violentas", "Mi adúltero esposo", "El in...moral", "Haz la loca y no la guerra", "Las siete magníficas y audaces mujeres" y unas cuantas de la factoría de Mariano Ozores, el director y guionista que más comedias de enredo y despelote realizó en esos años, con Esteso y Pajares de protagonistas: "Queremos un hijo tuyo", "Qué gozada de divorcio", "Los liantes" y "Cuatro mujeres y un lío".

Pero donde Loreta Tovar consiguió posiblemente más relevancia fue en el cine de terror, en papeles de vampiresa despelotada, o en personajes de ciencia-ficción y misterio. Así en "Los pasajeros", "Los ojos siniestros del doctor Orloff", "Una vela para el diablo", "La llamada del vampiro", "El espectro del terror", "La muerte llega arrastrándose…". Recordaba la actriz cacereña que en "Ceremonia sangrienta" el maquillador le puso mercromina en el pelo, para figurar que sangraba y resultó que sus cabellos se tiñeron de rosa cuando "la degollaba" el protagonista, Espartaco Santoni para saciar a Lucía Bosé, que hacía de Drácula con faldas. Loreta contaba asimismo, muy divertida, que para caracterizarse de vampiresa tenía que usar unos colmillos que le había hecho a medida un protésico dental. Por dentro llevaba una bolsita llena de un líquido simulando también que era sangre, cuando lo que ella absorbía le recordaba el sabor a sirope. Lo peor que llevaba era hablar en tales condiciones en el momento de vocalizar.

Otro momento entre siniestro y regocijante fue cuando hubo de rodar en "El ataque de los muertos sin ojos" una secuencia metida en un ataúd. Como quiera que hubo que repetir varias tomas, Loreta acabó dormida. Sólo en 1973 se estrenaron siete películas en las que participaba, como "Las garras de Lorelei", que le permitió conocer a Tony Randall, el actor norteamericano de aquella comedia con Doris Day y Rock Hudson. Se hicieron amigos, aunque sin ninguna connotación amorosa, porque Tony viajó a España del brazo de su mujer. Sabedora Loreta que al galán le apasionaba visitar a las videntes, lo llevó a una señora que echaba las cartas.

No nos resistimos a referirles lo que le ocurrió a Loreta rodando "Tarzán y el tesoro Kawana". Puesto que había que ambientar la historia como si los actores se encontraran en plena selva contaron con un mono adiestrado. Con todo, el simio hizo de las suyas, como era previsible. Y llegada una escena en la que Loreta Tovar estaba completamente desnuda, el mono, fijando su mirada en el cuerpo de la bella extremeña… ¡se puso a cien! Hubo que cortar y empezar de nuevo. Si los dejan solos a Loreta y al mono la película habría concluido con la calificación de un montón de equis.

Y como ya dijimos, llegado el año 1985 Loreta Tovar se despidió de su vida cinematográfica. Se pasó a la televisión interviniendo en alguna serie popular, como "Clase media". Y ya emprendió su adiós a la farándula. De su vida sentimental no se supo nunca mucho porque si en la pantalla o en vodeviles teatrales resultaba muy atrevida, en cambio en la intimidad, de cara a la galería, se mostró siempre cauta y discreta, al punto que no recordamos ninguno de sus novios. Que los tuvo, desde luego. El único romance que trascendió algo fue el que sostuvo con Tony Isbert, el nieto del inolvidable don José, pero aquel idilio no pasó de eso, dado que ninguno de los dos quiso comprometerse. Y así lo atestiguó ella en una portada de Pronto: "Nunca nos casaremos".
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MÓNICA RANDALL
Aurora Julià i Sarasa, conocida artísticamente como Mónica Randall (Barcelona, 18 de noviembre de 1942). Poco después dio sus primeros pasos en el cine, debutando en La Revoltosa (1963), de José Díaz Morales. En esos primeros años participa en numerosos Spaghetti western, como Los héroes del Oeste (1965) Los cinco de la venganza (1967) y Sol rojo (1971), dirigida por Terence Young.

A partir de 1968, su carrera cinematográfica se centra en comedias costumbristas, en las que suele interpretar un prototipo de mujer cosmopolita y sofisticada. En esta época intervino en títulos como Cristina Guzmán (1968), de Luis César Amadori, con Rocío Dúrcal, Verano 70 (1969), de Pedro Lazaga, con Jesús Puente y Juanjo Menéndez, Abuelo Made in Spain (1969), de Pedro Lazaga, con Paco Martínez Soria, Carola de día, Carola de noche (1969), de Jaime de Armiñán, con Marisol o Un adulterio decente (1969) de Rafael Gil, con Carmen Sevilla. Además, participó en la película Flor salvaje (1965), protagonizada por Rosa Morena y dirigida por Javier Setó, su última película.

Durante la década de los setenta se le ofrece la oportunidad de interpretar papeles de mayor complejidad en películas consideradas ya como clásicos del cine español como Mi querida señorita (1972), de Jaime de Armiñán; Cría cuervos (1976), de Carlos Saura; Retrato de familia (1976), de Antonio Giménez-Rico o La escopeta nacional (1978), de Luis García Berlanga. En 1986, a las órdenes de Carlos Serrano, rueda Calé junto a Rosario Flores.

En 1987, y de nuevo bajo la dirección de Jaime de Armiñán, interpreta el papel femenino protagonista de la película Mi General, acompañando a Fernando Rey, Fernando Fernán Gómez, Héctor Alterio, José Luis López Vázquez y Rafael Alonso. Tal película ganó el Gran Premio del Jurado en el Festival de Montreal, en 1987. Fue estrenada en la Academia General Militar de Zaragoza, y a tal estreno fueron invitados todos los generales en activo del Ejército español de la época.
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PILAR VELAZQUEZ
 Al finalizar sus estudios de Bachillerato entra como meritoria en el Teatro Español en 1964 y debuta con la obra Caminos de Damasco, a las que segurían El hilo rojo, con Vicente Parra, Adán 67, con José María Rodero, Sólo Dios puede juzgarme, Anillos para una dama (1973) o La muralla china.

Su carrera cinematográfica se desarrolló fundamentalmente entre 1966 y 1977, compaginando las pantallas españolas con las italianas. Aunque abordó casi todos los géneros, se desenvolvió preferentemente en comedias ligeras, películas eróticas y thrillers.

Pueden mencionarse en su filmografía títulos como Los chicos con las chicas (1967), Operación Mata-Hari (1968), Las amigas (1969), Juego sucio en Panamá (1974), Adulterio a la española (1975) y Tatuaje (1976).

A mediados de los años setenta trabaja como presentadora, primero junto a María Salerno en la última etapa del programa de Valerio Lazarov ¡Señoras y señores! en 1975 sustituyendo a María José Cantudo y Ángela Carrasco. Después, en 1976, reemplazó a Bárbara Rey en la presentación del programa musical Palmarés de Enrique Martí Maqueda.

En 1979 contrae matrimonio con el cantante Miguel Gallardo y se retira de la gran pantalla. El matrimonio tuvo un hijo, Alejandro, nacido el 16 de enero de 1981. Ella sólo regresaría en 1996 para intervenir en Pon un hombre en tu vida, de Eva Lesmes.

Si bien su debut es anterior, pudiendo mencionarse entre sus previas experiencias La pequeña cabaña de André Roussin, es desde los años ochenta cuando con mayor énfasis ha centrado su carrera en el teatro: Una hora sin televisión (1987), con Manuel Tejada, El caballero de las espuelas de oro (1994) de Alejandro Casona, Las mujeres de Jack (1999), con Carlos Larrañaga, Usted lo mate bien (2002), de Juan José Alonso Millán y La noche de la iguana (2009), de Tennessee Williams están entre su obras más destacadas. En televisión ha intervenido en las series Curro Jiménez (1976), Régimen abierto (1986) y Al salir de clase (1997-1998).
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SANDRA MOZAROWSKY
 Hija de un diplomático ruso (que compaginaba su cargo con la profesión de ingeniero electrónico) y de madre española, cuando la familia se traslada a vivir a Madrid procedente de Marruecos, comienza sus estudios en el Liceo Anglo-Español de la capital, de donde pasa al Colegio del Sagrado Corazón y allí termina el bachillerato en 1976.

Con diez años, debuta en la película El otro árbol de Guernica, de Pedro Lazaga, dando comienzo a una fulgurante carrera artística centrada en una serie de producciones de alto contenido erótico, entre las que destacan El mariscal del infierno (estrenada en España en 1974), La noche de las gaviotas (1975), El hombre de los hongos (filmada en México en 1976), Hasta que el matrimonio nos separe (1976), Abortar en Londres (1977) o Ángel negro (1977), en la que comparte cartel con el actor mexicano Jorge Rivero, con el que se la relaciona sentimentalmente.​

Intervino también en sendos capítulos de las series de Televisión Española Cuentos y leyendas (El estudiante de Salamanca) y Curro Jiménez (El retorno al hogar), emitidos respectivamente los días 19 de diciembre de 1975 y 5 de junio de 1977.


Falleció el 14 de septiembre de 1977 en Madrid, a consecuencia del traumatismo craneoencefálico sufrido al caer desde la terraza de su domicilio, situado en la cuarta planta de la calle Álvarez de Baena n.º 3, el 23 de agosto, lo que, con posterioridad, dispararía los más variopintos rumores y especulaciones sobre su presunto romance con Juan Carlos I. Según otros autores, simultanearía su trabajo como actriz con el de «chica de alterne» en un renombrado club de la madrileña calle Oriente, uno de cuyos socios propietario sería el conocido actor Paco Martínez Soria
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ESPERANZA ROY
 Nacida en el otoño de 1935, Esperanza fue la menor de una familia de seis hermanos.​ Tras cursar estudios de ballet clásico, solfeo, danza española, flamenco y claqué, entró en el ballet de Karen Taft en 1950, participando en la obra musical A todo color, en el teatro Lope de Vega de Madrid.​ Entregada a su carrera como bailarina, fue contratada en 1959 por la Agencia Bermúdez viajando durante cinco años por toda Europa, y llegando a coincidir con Josephine Baker en el espectáculo del casino de Baden-Baden.

A su regreso a España entró en el género de la revista, convirtiéndose pronto en primera «vedette», y llegando a ser contratada por Nati Mistral para el estreno de La bella de Texas en el Teatro Eslava de Madrid, con dirección de Luis Escobar.

En 1968 entró en el cine español de la mano de Elías Querejeta, como protagonista de la película Si volvemos a vernos, dirigida por Francisco Regueiro. Tras una importante y variopinta carrera en escenarios teatrales y películas de diversos géneros, en 1978 obtuvo el premio de interpretación femenina del CEC (Círculo de Escritores Cinematográficos) por su papel protagonista en la película Gusanos de seda de Francisco Rodríguez.

En 1983 volvió a los escenarios del musical y la revista, encabezando el elenco de Por la calle de Alcalá con un éxito popular que motivaría la edición en 1987 del remake teatral Por la calle de Alcalá 

En julio de 1985 encabeza el reparto de Fiestaristófanes, espectáculo basado en La asamblea de las mujeres, de Aristófanes, presentado dentro del Festival de Teatro de Mérida.

Se casó en 1993 con el director de cine Javier Aguirre, con el que ha rodado películas que la propia actriz considera “las más interesantes de mi carrera”, como Vida / Perra y Medea 

En 2000 estrenó una biografía de Marlene Dietrich en el centenario del nacimiento de la actriz alemana.


En 2010, tras participar en Tórtolas, crepúsculo y telón de Francisco Nieva, Esperanza Roy anunció su definitiva retirada de la profesión a la edad de 75 años.


MARIA LUISA SAN JOSE
 Su primer trabajo fue en la sección de revelado de un laboratorio cinematográfico, Madrid Film. De ahí salta a la publicidad y después a la interpretación, debutando en el cine en 1964 con Hagan juego, señoras, de Marcel Ophüls. Alcanza especial notoriedad durante la década de los setenta, llegando a ser una de las actrices más asiduas en las comedias sin pretensiones de la época, conocidas popularmente como españoladas. En su haber constan títulos como Las señoritas de mala compañía (1973), Mi mujer es muy decente, dentro de lo que cabe (1975), La mujer es cosa de hombres (1975), Cuando Conchita se escapa no hay tocata (1976) o Más fina que las gallinas (1976).


En su etapa de madurez, ha trabajado con directores como Eloy de la Iglesia (El diputado, 1978), Antonio Giménez Rico (Soldadito español, 1988) o Carlos Saura (Pajarico, 1997).
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VERONICA MIRIEL
  Una de las mayores bellezas de la historia del cine español e incluso del cine mundial de la época, que filmó unas cuantas películas eróticas e hizo también aparición en el cine convencional, tanto en España como en Italia. Su carrera parecía ir bastante bien pero un buen día, a principios de los 80, abandonó el cine por las buenas, retirándose a su Andalucía natal para dedicarse por entero a la pintura.
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Del mito de las suecas al destape sin dejar la playa 
La Costa del Sol que ambientó el cine turístico de los 60 se quitó el biquini para protagonizar los desnudos de los 70 y 80



A Landa y compañía se les iban los ojos -y las manos- detrás de esculturales pioneras del destape como Nadiuska o la Cantudo, que perdían vestuario con la misma rapidez que se llenaban las butacas de aquel cine español de los 70. Películas en pelotas y por pelotas que acabaron contagiando a las actrices 'serias' -caso de Carmen Sevilla- que hicieron suya la socorrida frase de las «exigencias del guión» para perder la ropa y conservar los títulos de crédito. El argumento solía ser básico: ellas se desnudaban y ellos entraban en trance. Y el origen de aquel destape hay que buscarlo en el cine turístico de los 60 y en el mito de la sueca. Un sueño colectivo que nació a pie de playa.

Si hay un escenario reconocible en aquel empacho carnal es precisamente la Costa del Sol. Películas fundacionales como 'Amor a la española' (1966) o 'El turismo es un gran invento' (1968) infectaron de glamourosas rubias de acento guiri un cine que jugaba con la reprimida educación tardofranquista. «Los que convirtieron lo de las suecas en una especie de obsesión nacional fueron Alfonso Paso y José Luis Dibildos con 'Amor a la española'», recuerda Alfredo Landa en sus memorias, donde añade que deja a los «historiadores la tarea de contar las veces que repetí el personaje de perseguidor de suecas».

«Todos turulatos»

Aquellos rodajes en la cosmopolita Costa del Sol no eran una casualidad, ya que el mito de las nórdicas nació precisamente en Playamar y alrededores. Eso sostiene el historiador y autor de la web www.aqueltorremolinos.com, Antonio C. Blanco Cabrera, que explica que la creación del Colegio Sueco de Vacaciones en España, una institución para chicas que se instaló en Torremolinos en 1954, fue el origen de este mito. «¿Se imaginan a decenas de muchachas suecas, jóvenes, altas, rubias, alegres, paseando su palmito y sus liberales costumbres, renovándose en turnos de quince días, de julio a septiembre por las calles del Torremolinos cerrado y mojigato de los 50?», se pregunta Blanco Cabrera, que añade que muchos lugareños y visitantes «espabilaron con los encantos de aquellas adorables muchachas» y dieron pie a un mito que no tardó en saltar al cine.

Como parodiaba el filme 'Torremolinos 73' (2002), aquel cine turístico fue quitándose poco a poco el biquini en los 70. De ello tuvo buena culpa Mariano Ozores, que con la complicidad de Landa orquestó cintas de éxito como 'Manolo la Nuit' (1973) -«donde despuntó una chica rusa que nos dejó a todos turulatos», recuerda el actor en referencia a Nadiuska-, 'Fin de semana al desnudo' (1974) o la más picante 'Mayordomo para todo' (1976), con Puerto Banús como fondo.


Fernando Esteso también se apunto al fenómeno con la versión hotelera del machito ibérico playero, 'Pepito Piscinas' (1977), pero su destape fue definitivo en asociación con Andrés Pajares, con el que perpetró en la Costa del Sol 'Los liantes' (1981) y 'Agítese antes de usarla' (1983), a las órdenes de ese voyeur surrealista que es Mariano Ozores. Películas con desnudez en varios sentidos, pero de éxito formidable. El tiempo las arrinconó como cine de barrio, aunque hoy día comienzan a reivindicarse como testimonios sociales de una época. Eso sí, «después de trabajar con los Ozores, cualquier guión era 'El Quijote'», apostilla Landa.




Actrices españolas de hoy con escenas eróticas

María Valverde

María Valverde
Esta actriz española consiguió la fama al protagonizar Tres metros sobre el cielo, junto a Mario Casas. Antes había protagonizado con sólo 19 años una película erótica italo-española Melissa P, donde interpreta a una chica de 17 años. También se desnuda en la película Madrid 1987, con José Sacristán. Después protagonizó también la serie Hermanos, donde hace un trío muy morboso con Álvaro Cervantes y Antonio Velázquez. Además en una entrevista afirmó que rodar escenas de sexo es muy divertido. Es sin duda una de las actrices españolas con escenas eróticas. La tienes que conocer si te gusta el género erótico.

Elena Anaya

Elena Anaya
Se hizo famosa como actriz secundaria en Lucía y el sexo, pero nadie dirá que las escenas que rueda deja indiferente. Fue el descubrimiento de esta gran actriz. Tal vez por ello protagonizó desnudos en otras películas como Rencor. Pero donde verdaderamente destaca y se convierte en un icono del erotismo español en Habitación en Roma, donde hace numerosas escenas lésbicas con Natasha Yarovenko. Y tampoco descuidéis La piel que habito, con Antonio Banderas. Una de las grandes actrices españolas eróticas.

Leticia Dolera

Leticia Dolera
Es la novia de Diego Martín en REC 3: Génesis. Hace una escena lésbica junto a Manuela Velascopara la web serie Hienas. No es la única escena subida de tono de su carrera porque también aparece en El otro lado de la cama o Semen una historia de amor. Toda una hazaña para una chica con una cara tan angelical como la que tiene esta actriz.

Leonor Watling

Leonor Watling
Actriz y cantante española que Bigas Luna dio a conocer en Son de mar. Tan buen trabajo hizo que inmediatamente fue llamada para películas también de alto contenido sexual como A mi madre le gustan las mujeresDeseo… Después hizo cine más convencional hasta que volvió a dar lo mejor de ella en Lo mejor de Eva. Tampoco descuidéis Tirante el Blanco. La actriz aseguro que las escenas de sexo no son sus favoritas, pero sí son las más fáciles de hacer para ella. Es una de las actrices españolas con escenas eróticas, aunque pase desapercibida.

Victoria Abril

Victoria Abril
Es una actriz española con un largo recorrido en el cine. Desde sus principios puedes verla en películas subidas de tono como La muchacha de las bragas de oroTacones lejanos, la insuperable ¡Atame! con Antonio Banderas y Amantes, donde se convierte en «la otra» de Jorge Sanz. Y la lista de escenas sigue, porque Victoria se convirtió en la personalización del sexo en una época donde el erotismo estaba en auge. Destacamos Entre las piernas, con Javier Bardem. La libertina se atrevió con todo y con todos, y a sí consiguió la fama. Ella protagoniza desnudos actrices españolas.

Maribel Verdú

Maribel Verdú
Desde muy jovencita ya aparecía en Interviú y películas de alto voltaje. Ya con 17 añitos en La Estanquera de Vallecas dejó al público masculino con la boca abierta. Pero fue en la película mencionada arriba, Amantes, como la novia cornuda de Jorge Sanz donde consiguió la fama al compartir cartel con los grandes. Tampoco olvidemos su actuación en Belle Époque. También aparece en Huevos de oro. Y por supuesto tenemos que tener muy presente que protagonizó la mejor película erótica de México, Y tu mamá también, con un morboso trío con dos jovencitos un poco salidos. Y muchas más. Podéis ver el ranking de las escenas más calientes de Maribel Verdú. Una de las grandes actrices españolas sexo.

Penélope Cruz

Penélope Cruz

No podía faltar nuestra actriz más internacional. Sin duda es la que tiene la filmografía más extensa, pero entre sus películas destacamos algunas con escenas calientes. Bigas Luna la descubrió en Jamón, jamón. También apareció en Belle Époque. Durante años se negó a aparecer desnuda en películas, hasta que finalmente lo hizo en VolavéruntAbre los ojos, su remake, Carne trémulaNine y Elegy. También podemos destacar La niña de tus ojosJuegos de mujer y Sexo en Nueva York 2. Y no descuidar Los abrazos rotos de Pedro Almodóvar, ni Vicky Cristina Barcelona donde se da un beso lésbico con Scarlett Johansson.


 Hoy en día, este cine no tiene razón de ser, aunque los yanquis  saquen 50 sombras de Grey y sus secuelas. Yo, personalmente, me quedo con las de Pajares y Esteso. Juntos o por separado.


Películas de destape estrenadas en España de 1974 a 1983 (selección)





















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“LAS ESTRELLAS DEL DESTAPE Y LA TRANSICIÓN. EL CINE ESPAÑOL SE DESNUDA”,
 UN LIBRO DE JOSÉ AGUILAR SOBRE UNA ÉPOCA CLAVE DE NUESTRA HISTORIA
  El periodista cinematográfico José Aguilar nos ofrece una visión desde la perspectiva de las estrellas que fueron las auténticas artífices de un ejemplo de libertad y apertura a todo un mundo dedicado a los placeres de la carne. Nombres propios como Ana Belén, Bárbara Rey, Amparo Muñoz o Marisol nos ayudaron a desnudarnos sin complejos y nos permitieron decidir qué es lo que más nos gustaba.
  El escritor realiza una profunda inmersión en un periodo fundamental de nuestro cine a través de la visión de sus protagonistas femeninas. Las películas que se rodaron en la década de los años setenta constituyen el mejor ejemplo de los nuevos aires de libertad que propiciaron una esperada y deseada democracia, plasmada con mayor o menor acierto por directores, en su mayoría noveles, que marcaron las pautas del cine español contemporáneo. A veces denostado, otras vilipendiado, el denominado cine del destape supone un ejercicio valiente ante una sociedad anquilosada en el pasado, pero que despertaba su deseo legítimo de abrirse a un futuro libre de ataduras, hipocresía y moralidad preocupante. Pero, nada de esto se hubiera producido sin la presencia de una actrices con las que el autor del libro ha mantenido un contacto muy especial que ofrece, como nunca antes se había hecho, un viaje alucinante y rigurosamente documentado a un tiempo de nuestra reciente historia que no deja de sorprendernos y que seguimos tomando como clara referencia en la actualidad. Todas ellas  permanecen en nuestros recuerdos más incontrolados, excitantes y sexualmente activos. Nos lo descubrieron casi todo, sin tener en cuenta, en muchos casos, el perjuicio que les ocasionaría en su futuro profesional haberse involucrado en proyectos que solamente las mostraba como carne de mercado barato, con un público ansioso de experiencias prohibida.

Reseña del editor
 Las películas bajo el calificativo del destape no solo revolucionaron el cine de una época, sino que fueron un auténtico revulsivo para una sociedad hastiada por el franquismo. Erróneamente se han tratado de manera despectiva e incluso algunos de sus protagonistas han querido omitirlas deliberadamente de sus trayectorias. Pocas se han mantenido en la memoria colectiva como referente indiscutible de un cine que fue tan necesario como extravagante y, sobre todo, divertido. Con la perspectiva del tiempo se ha demostrado que todo lo que se rodó en este periodo de nuestra historia reciente nos ayudó a formarnos sexualmente para ser quienes somos hoy en día. Es obligado reconocer que aquel desenfreno tuvo su parte positiva y que las sombras que existieron han quedado obsoletas. Directores, actores y actrices, guionistas… fueron los vértices de este maremágnum sexual y mediático, que supieron sacar partido a una situación que nunca volverá a repetirse porque las condiciones han cambiado demasiado y cualquier parecido con aquellos tiempos es un espejismo involuntario. El periodista cinematográfico José Aguilar nos ofrece una visión desde la perspectiva de las estrellas que fueron las auténticas artífices de un ejemplo de libertad y apertura a todo un mundo dedicado a los placeres de la carne. Nombre propios como Ana Belén, Bárbara Rey, Amparo Muñoz o Marisol nos ayudaron a desnudarnos sin complejos y nos permitieron decidir qué es lo que más nos gustaba. La valentía de algunas producciones es analizada en un recorrido vertiginoso que nos muestra una lujuria que estaba contenida para satisfacer los deseos de propios y extraños. Un repaso que aporta un enfoque profundo y que sorprende por los secretos revelados con el paso de los años, ahora que, supuestamente, somos más adultos y coherentes con nosotros mismos. No se conformen con menos… merece la pena recordar el pasado sin perder la perspectiva de lo que fue realmente importante… sexo, amor y algunas licencias que en la actualidad parecen, irónicamente, impensables porque nuestro mundo no es tan sincero y visceral como en aquellos instantes cuando el nuevo despertar suponía un comienzo que todos anhelaban.

 Ficha técnica
Autor: José Aguilar
Editorial: TB Editores
ISBN: 9788415405092
Número de páginas: 350 págs.

EL ACOSO
 ¿Por qué los movimientos de denuncia contra los abusos en el cine en nuestro país solo han calado a nivel epidérmico? El crítico de cine José Talavera lo tiene claro: “En España es complicado hablar de esto porque no hay denuncias como tal. Hay rumores, pero casi nadie da nombres. También tenemos una cultura distinta y hay cosas que a los americanos les parecen terribles y nosotros lo despachamos como una anécdota”.


Uno de los grandes cronistas sociales de nuestro país, Jaime Peñafiel, tiene una visión parecida: “Hay muchas actrices españolas con historias terribles, pero si ellas no hablan yo no soy quién para hacerlo”. “Cuando he leído el reportaje de Marisol he sentido una gran tristeza porque le tengo un gran aprecio. Es una mujer dignísima y eso es lo que siento por ella. Es digna de admiración”, remata un Peñafiel emocionado al otro lado del teléfono.

Continuas situaciones de acoso
Al pegar un vistazo a las memorias y biografías de grandes actrices de nuestro cine sorprende que, años antes de que se viralizase la figura de Harvey Wenstein, casi todas ellas narran con pasmosas naturalidad situaciones de acoso y cómo reaccionaron ante ellas.

Concha Velasco, en su libro coescrito por Andrés Arconada “Diario de una actriz”, nunca hizo mención alguna a ningún tipo de acoso y de situaciones desagradables pero durante una entrevista hace meses en “Sabado Deluxe” al ser preguntada por el tema del momento, (las acusaciones contra Harvey Wenstein) recordó un caso curioso de su pasado. La actriz contó como en un hotel de Barcelona el productor Césareo González intentó besarla y ella reaccionó dándole una patada “en sus partes”. Si uno revisa la entrevista en el citado programa de televisión, la actriz narra el incidente sin darle especial importancia. Como tantas mujeres de su generación, Concha asumía que algunos hombres podían ser un peligro potencial y reaccionó al ataque con otro. Es más, la anécdota termina con la firma del contrato y, según ella siguió relatando, el buen trato presidió la relación entre el productor y la estrella. Visto desde fuera es como si a ojos de González, la Velasco hubiese pasado una prueba. Como dato curioso, en uno de los cinco films del contrato, “El indulto” conocería al director de José Luis Sáenz de Heredia, el favorito de Franco, con el que inició una relación sentimental que se prolongó durante una década.

Césareo González, fue entre los años 40 y 70, el productor más influyente del cine español y el primero, junto con la productora de Vicente Casanova CIFESA, que intentó trasladar el modelo del star system americano al cine patrio. No hubo estrella grande o pequeña del firmamento nacional que en esas décadas no pasara por su factoría. Los rumores sobre sus amores con alguna de ellas forman parte de la historia del mundo del espectáculo en nuestro país. Lola Flores en sus confesiones a Tico Medina aseguraba que nunca tuvo nada con él y que siempre se había mostrado correcto con ella, pero añadía que “sí sé de muchas que fueron cariñosas con él y a cambio las puso películas para ellas que había que doblarlas y que no daban dinero. Eso no es lo mío. Yo funcionaba, no me daba las películas como un favor. Joselito, María Félix y yo éramos los más rentables de Suevia Films”. 

Las reinas del destape
Tras la muerte de Franco, se inició la moda del destape. Lo que durante años había estado vetado a los espectadores españoles no sólo ya era accesible, sino que se convertía en la base industrial del cine español. Este cine se basó en gran medida en el erotismo que desprendían sus protagonistas, sobre todo las mujeres.

Con un contexto así, es fácil imaginas que los “Wenstein” ibéricos tenían un campo abonado para actuar. La sospecha sobre que muchas actrices de le época sufrieron abusos siempre han planeado esta etapa de nuestra cinematografía. Algunas lo contaron sin especificar nada como Bárbara Rey o Ágata Lys.
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Sin embargo, hubo dos mujeres que fueron más claras al respecto. Las dos tuvieron un final trágico. La primera fue Amparo Muñoz, uno de los cuerpos más bellos que se han asomado a nuestras pantallas. Fue la primera española en llegar a ser Miss Universo, en 1974, y también la primera, y la única hasta hoy, en renunciar a la corona. Ese mismo año empezó una fulgurante carrera cinematográfica. En su libro de memorias “La vida era el precio”, relata sus complicadas relaciones con algunos hombres del mundo del espectáculo. Cita nombres como el cineasta José Antonio Nieves Conde que, según ella, la vejaba durante el rodaje de “Volvoreta”. Tampoco tenía buenas palabras para el productor José Frade y, sin dar nombres, recordaba como algunos directores la ofrecieron papeles a cambio de sexo y ella se negó. Sus problemas con las drogas, además, la llevaron a estar apartada de las cámaras durante años. La malagueña falleció a en 2011 tras graves problemas de salud.

El caso de Nadiuska, fue paradigmático. Uno de esos nombres que por sí mismos llenaban los cines. Similar en popularidad a Marisol, pero con un final mucho más triste. En 1976 era la estrella más cotizada y rentable de nuestro cine. A finales de los 90 salieron a la luz unas imágenes de la otrora sex-symbol mendigando en la calle. Problemas psicológicos y económicos marcaron la decadencia de la que fuera un icono de la Transición. ¿Dónde y cómo empezó su caída?

La propia Nadiuska achacaba todo a nombre propio: Damián Rabal. Hermano del gran Paco Rabal, Damián era el representante de actores más influyente del país. A su escudería pertenecían nombres como Concha Velasco, Ana Belén, su propio hermano o Josele Román. Naidiuska inició una relación sentimental con él y éste la lanzó al estrellato. Su espectacular físico, su belleza que recordaba a Sofía Loren y su desinhibición la convirtieron en la reina del destape. Su acento extranjero no fue un problema para que obtuviera papeles protagonistas gracias al doblaje.

La actriz alemana llegó a acusar a Damián de su caída. Rompieron su relación extramatrimonial (él estaba casado y a ella la casaron con un hombre de baja clase social para obtener la nacionalidad. Este hombre solo la vio durante el día de la ceremonia) en 1979, justo cuando su carrera empezaba a despuntar en el extranjero. Según la versión de la actriz, Damián castigo su alejamiento con el veto. Hizo valer su influencia en el cine español para que nadie la contratara.

El fotógrafo César Lucas nos da otra visión del asunto: “Nadiuska cambió de representante y no funcionó. Pensó que la podrían llevar a Hollywood y no cuajó”. Según José Talavera, el futuro de Nadiuska era de por sí complicado: “No creo que fuese una buena actriz. De todas formas, lo del idioma era un problema. Lo que pasó con ella es lo que ocurrió con muchas otras. Cuando pasó la moda del destape las que eran buenas se quedaron y las que eran malas actrices desaparecieron”.

Jaime Peñafiel, da a la historia de Nadiuska un punto inquietante: “En su final han influido varias personas que la persiguieron hasta anularla, pero ella no lo dijo en su momento y ahora, por desgracia, no puede”.

Alejada del cine, las revistas del corazón encontraron en Nadiuska todo un filón. A través de ellas la actriz contaba sus inversiones ruinosas en empresas cosméticas, sus fallidas relaciones y su conversión al catolicismo, sin que eso la ayudase a mejorar su pronunciación en castellano. En todas sus entrevistas hablaba de que sus amigos la habían abandonado y que no recordaba con agrado sus cintas de corte erótico. Ironías de la vida, cuando empezó a taparse, es cuando realmente se quedó desnuda frente al mundo.

EL DESTAPE EN LA TELE

 'Los gozos y las sombras' (1982): Charo López goza con ella misma
 Charo López en lencería, cuando estas prendas en España eran pura lujuria. Si Ana Belén y Maribel Martín en Fortunata y Jacinta, de Pérez Galdós, hicieron volar la imaginación a más de uno, en Los gozos y las sombras, serie basada en la trilogía de Torrente Ballester, se nos mostraba un evocador triángulo formado por un señorito (Eusebio Poncela), un amigo de la infancia (Carlos Larrañaga) y la atractiva hermana del nuevo rico (Charo López). Las escenas de Charo López masturbándose llenaron los sueños eróticos de muchos españoles.

Las aventuras de Pepe Carvallho' (1986): ¡censurada!

En Argentina la serie basada en el personaje de Manuel Vázquez Montalban y dirigida por Adolfo Aristaráin no pasó la censura. Escenas de desnudos femeninos sufrieron la tijera, como la secuencia en la que a Eva Cobo le arrancan el vestido de novia y luce los pechos al intentar evitar que disparen a su amante.

Las picaras (1982)
La serie recrea en cada uno de sus episodios, otras tantas obras del género de Novela picaresca de la Literatura española del Siglo de Oro, si bien cargando las tintas en los aspectos eróticos y amorosos.