miércoles, mayo 29

Woodstock 1969

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CASI TODO SOBRE EL MÍTICO FESTIVAL



Han pasado 50 años del mítico festival y el mundo sigue igual o peor. Programado entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, extendido hasta el 18 de agosto, cerca de 500.000 personas se congregan en una granja del estado de Nueva York, en busca de "tres días de paz y música". El festival, celebrado en pleno auge del movimiento hippie y con el trasfondo político de la guerra del Vietnam, se convirtió en todo un canto por la paz, el amor y la tolerancia. Su éxito llevó a repetir en cuatro ocasiones: 1979 (en el recinto del Madison Square Garden de Nueva York), 1989 (en el emplazamiento original de la primera edición), 1994 (en Saugerties, NY) y 1999 (en Rome, NY). 

Monterrey Pop ya había marcado el inicio de una nueva era en el año 1967 con la participación de Mamas & Papas, The Byrds o Simon & Garfunkel. Se trataba del primer gran festival rock de la historia, que se realizó bajo el lema 'Música, flores y amor' y que otorgó popularidad a jóvenes artistas como Janis. Esta cita sirvió para allanar el camino de Woodstock, donde posteriormente se congregarían alrededor de medio millón de personas por la paz y la música, convirtiéndose durante aquel fin de semana del 15 de agosto en la tercera ciudad más poblada del estado.


Sobredosis musical de primera
El cantante y guitarrista de folk estadounidense Richie Havens fue quien abrió el superconcierto pasadas las 5 de la tarde del viernes 15 de agosto. Esa misma jornada tocaron, entre otros, el intérprete indio de sitar Ravi Shankar (padre de Norah Jones) y la cantautora Joan Baez.

El sábado 16 fue el turno de músicos como Carlos Santana, Janis Joplin, Sly & The Family Stone, los Grateful Dead (banda de Jerry García),Creedence Clearwater Revival, The Who y Jefferson Airplane.

La jornada del domingo estuvo marcada por las actuaciones, entre otros menos conocidos, de Joe Cocker, The Band, Crosby, Stills, Nash & Young (quienes dieron un concierto acústico y otro eléctrico) y Jimi Hendrix.

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A grandes rasgos
Aunque originalmente estaba programado para que tuviese lugar en el pueblo de Woodstock, en el condado de Ulster (Nueva York), los lugareños, sin embargo, se opusieron al evento. Así que los organizadores se vieron obligados a buscar otro emplazamiento.

Lograron negociar con el granjero Max Yasgur, para acoger al concierto en los terrenos de esa familia, y al final el festival se celebró a 64 kilómetros al suroeste de Woodstock, en el condado de Sullivan (Nueva York), y a cambio de 50.000 dólares.

Con 32 actuaciones, la entrada para Woodstock costó 18 dólares para los tres lluviosos días, quienes concurrían llevaban melena y amuletos, las chicas faldas de colores; sus símbolos eran la bandera del arco iris, y el llamado símbolo de la paz. Es decir, Hippies 

Parece que en el festival la improvisación reinaba en casi todo, que se organizaba sobre la marcha, razón por la que incluso la entrada acabó siendo gratuita. Sin contar a la gente que se "coló". 

Durante el festival se vivieron intensas noches de sexo y drogas, destacando el consumo de LSD y marihuana; todo esto aderezado con música rock. Aunque inicialmente el concierto se organizó pensando que conllevaría pérdidas para la organización, el éxito del documental sobre el evento hizo que finalmente resultara un acto rentable.

Fue una fiesta llena de extremos con tres muertes sucedidas durante el festival: una debida a una sobredosis de heroína, otra tras una ruptura de apéndice y una última por un accidente con un tractor. También ocurrieron dos nacimientos no confirmados. John Sebastian, cantante de la banda Lovin' Spooful (para entonces disuelta), anunció desde el escenario: "Sabemos que ha nacido un niño de una madre que viajaba al festival en helicóptero y otro que nació en un atasco cerca del recinto".



Los "hippies" estaban en contra de la guerra de Vietnam, por lo que Jimi Hendrix tocó el himno estadounidense sólo con una guitarra eléctrica como signo de protesta a los comportamientos bélicos del gobierno estadounidense.

Los 'yippies' (partidarios del partido nacional de la juventud, un partido político antiautoritario, pro libertad de expresión y antimilitarista con Abbie Hoffman a la cabeza) cobraron 10.000 dólares de los organizadores para evitar que provocaran un altercado durante las actuaciones.


Foto: Wikicommons / Derek Redmond y Paul Campbell

Aunque la multitud espera con expectación hasta el último instante la actuación de Bob Dylan, que ha sido invitado, finalmente no comparece. Se dice que Dylan, a pesar de ser el más esperado nunca negoció en serio. En su lugar, firmó a mediados de julio para tocar en el Festival de la Isla de Wight, el 31 de agosto. Dylan vivía en el mismo pueblo de Woodstock y estaba enfadado por el acoso de gran número de hippies durante el retiro de varios años tras su accidente de moto.

Y hubo reminiscencias de aquellos tres días de lluvia, música y amor, se celebraron otros festivales "Woodstock”: 1979, 1989, 1994 y 1999. 

Se realizó el famoso documental Woodstock (Woodstock. 3 Days of Peace & Music) sobre este concierto, dirigido por Michael Wadleigh y editado y montado entre otros por Martin Scorsese. Fue estrenado en 1970 y ganó el Premio Oscar al mejor documental. La película ha recibido el título de "culturalmente significativa" por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y seleccionada para su conservación en el National Film Registry.

Hoy en día, Woodstock se considera como el primer macrofestival de la Historia, además de un símbolo de la contracultura y un legado para quienes aman la música por encima de todas las cosas.

Historia
Michael Lang había sido productor con éxito del Festival Pop de Miami que duró dos días, con una asistencia cercana a las 40.000 personas. Lang era el Manager de un grupo llamado Train, el cual quería firmar con Capitol Records. Lang empacó a Nueva York para entrevistarse con Artie Kornifeld, un desaliñado ejecutivo de pelo largo fumador de jachis, quien era vicepresidente de la discografica. Cuando se conocieron hubo una empatía total, al poco tiempo Lang se había mudado con Kornfeld y su esposa Linda. Los tres pasaban largas noches de conversación fumando "canutos" en el apartamento de Nueva York. Una de sus ideas era organizar una exposición cultural-concierto de Rock . Otra era montar un estudio de grabación en los bosques a 100 millas de Manhattan en un pueblo llamado Woodstock.

La localidad reflejaba el regreso a los orígenes del espíritu de la contracultura Hippie. Lang y Kornfeld estaban buscando financiación cuando su abogado les recomendó hablar con John Roberts y Joel Rosenman. John Robert era heredero de una droguería y una fábrica de pasta de dientes, Tambien poseía un multimillonario fondo mutual, una licenciatura de la Universidad de Pennsylvania y un rango de teniente de reserva en la Fuerzas Armadas. Para obtener ideas para su programa, publicaron un aviso clasificado en el Wall Street Journal y el New York Times en marzo de 1968. "Jóvenes con capital ilimitado en búsqueda de interesantes propuestas de negocios y legítimas inversiones". Obtuvieron miles de respuestas. Lang y Kornfeld nunca leyeron el "Jóvenes con capital ilimitado." Los cuatro se conocieron en febrero de 1969.



Hasta este día, los fundadores de Woodstock no se ponen de acuerdo en quién propuso la idea original para el concierto. Y ayudado por el tiempo, las competencias y las contradicciones, ningún argumento es consistente. Lang y Kornfeld dicen que Woodstock fue siempre planeado como el más grande festival jamas realizado. En el segundo encuentro, Lang recuerda la discusión de un presupuesto de $.500.000 para un público estimado en 100.000 personas. Lang dice que el comenzó a buscar sitios para el festival a finales del 68. Pero Roberts y Rosenman mantienen la tesis de que ellos fueron el motor detrás del festival. 

Para el final del tercer encuentro, la pequeña fiesta en Woodstock de una pequeña bola de nieve se había convertido en una avalancha con forma de un concierto para 50.000 personas, el más grande espectáculo de Rock'n'Roll. Los cuatro socios fundaron una corporación en Marzo. Cada uno tenía el 25% de las acciones. La compañía fue llamada Woodstock Ventures, Inc.


Se alquilaron  300 Acres del parque industrial de Mills que tenían buen acceso, estaba a menos de una milla de la ruta 17, la cual desembocaba en la autopista estatal de Nueva York. Poseía los servicios básicos como agua y electricidad. El terreno estaba zonificado para uso industrial, por lo que los promotores se acercaron a la oficina de planificación del condado para tratar el asunto para el uso como una exhibición cultural y un concierto. Se perdía el ambiente de "volver a los orígenes" que la compañía Woodstock Ventures estaba vendiendo.

En la época cultural y política de 1969, los promotores Kornfeld y Lang sabían que con Woodstock le daban un sentido de independencia a los jóvenes. Lang quería llamar al festival "Exposición de la era de acuario". Capitalizando la idea de la referencia zodiacal del musical Hair. Los promotores fueron cuidadosos cultivando la imagen de Woodstock en la prensa de vanguardia, en publicaciones como el Village Voice y la revista Rolling Stone. Con avisos en el New York Times y el Times Herald Record. Para Kornfeld, Woodstock fue siempre un estado mental un hecho que ejemplificaría la generación.

El grupo concretó la frase "Tres días de paz y música" y lo acompañaba con el tema conceptual de Aquarius del grupo la Quinta Dimensión. Igualmente querían evitar cualquier acto de violencia y se imaginaron que la palabra "paz" ayudaría a mantener el orden. La paloma de Woodstock es realmente una Catbird (Dumetella carolinensis), originalmente posado sobre una flauta. "Yo estaba en mi refugio de Long Island, y estaba dibujando Catbirds todo el tiempo," dijo el artista Arnold Skolnick. "Primero lo senté sobre una flauta. Me la pasaba escuchando Jazz en ese tiempo, y supongo que por eso lo hice. Lo senté sobre una flauta por un día, y finalmente terminé por ponerlo sobre una guitarra" Woodstock Ventures estaba tratando capturar a las mejores bandas de rock'n'roll en América. Pero los músicos estaban escépticos sobre firmar con una compañía desconocida. "Para obtener los contratos, necesitábamos credibilidad, y para obtener credibilidad teníamos que tener contratos". Ventures resolvió el problema prometiendo cheques por cantidades nunca oídas en 1969.  Se logró  romper los recelos al firmar a la banda psicodélica del momento Jefferson Airplane.

Los residentes de Walkill habían oído de los hippies las drogas y conciertos de rock, y después de la publicidad de Woodstock en el New York Times, The Times Herald Record y las estaciones de radio, sabían que un espectáculo de rock de tres días, quizás el más grande de todos los tiempos, estaba por venir. Como si fuera poco, los empleados de Venture obviamente lucían como Hippies. En la mente de mucha gente, el pelo largo y la ropa desgastada era asociada con ideas políticas izquierdistas y el uso de drogas. Las nuevas ideas de reordenar la sociedad eran rechazadas por mucha gente. En wallkill estos sentimientos fueron expresados a Mills y a su familia. Los residentes los detenían en la iglesia para increparlos.


Woodstock

A medida que los encuentros con el condado progresaron y las semanas fueron pasando, el enfrentamiento entre Woodstock Ventures y los residentes se fue haciendo peor. El propietario de las tierras de Woodstock, Howard Mills, estaba recibiendo llamadas anónimas La policía nunca determinó la procedencia. "Amenazaban con volar su casa" dijo Glodstein. Se prohibió Woodstock el 15 de julio para complacencia de los residentes. Se argumentó que los planes de los organizadores estaban incompletos. También dijeron que los baños, como los que serían usados en el concierto eran ilegales en Wallkill.

Ventures vendió Woodstock como un fin de semana en el condado, comuna temporal. Los avisos inundaron los periódicos, tanto los formales como los de vanguardia, y las estaciones de radio en los Angeles, San Francisco, Nueva York, Boston, Texas y Washington D.C. Una entrada para el concierto incluía el sitio para acampar. Pero aún las comunas necesitan algún tipo de organización.

EL condado de Wallkill le hizo un favor a Woodstock Ventures. La publicidad sobre lo que había pasado despertó una bonanza de interés. Después de todo, si el concierto hubiese tenido lugar en Wallkill la atmósfera lo hubiera arruinado o lo hubiera convertido en un caos. "Yo no quería policías en con máscaras de gas por todas partes, y esa era la atmósfera allí" declaró Lang. "Con toda la tensión generada, no hubiera funcionado".

Max Yasgur Tenía una enorme granja en las afueras de Bethel y fueron a verle a él por medio de Elliot Tiber un antiguo amigo de Max Yasgur y que se había interesado en el Festival ya que tenía una cosa que era invaluable para Woodstock Ventures, un permiso del pueblo de Bethel para realizar festivales de música. A Lang le encantó la vista de la tierra. "Era mágica" dijo Lang. "Era perfecta, los montículos, un campo elevado para el escenario. Un lago en el fondo. El trato fue cerrado allí mismo. Yasgur era conocido en todo el condado de Sullivan como un hombre fuerte y de palabra. Para el tiempo de la negociación con Woodstock Ventures, era el mayor productor de leche del condado de Sullivan y su granja tenía rutas de distribución, un complejo de refrigeración masiva y una planta de pasteurización.

Los 600 acres alquilados por Woodstock Ventures eran solo una parte de la propiedad de Yasgur, la cual se extendía a ambos lados de la ruta 17B en Bethel. Max Yasgur tenía dos ideas en mente. Para la tarde del Jueves 14, Woodstock ya era una idílica comuna de 25.000 personas.

El Festival
Van Loan el propietario de Ken's Garage, había sido contratado dos días antes del festival, para remolcar cerca de dos docenas de cabinas de tickets hasta su posición. "Todo lo que pudimos mover fueron dos o tres" Recordó Van Loan. "Cada una que movíamos tomaba más y más tiempo. Había demasiado gente, coches y tiendas de campañas abandonados bloqueando el camino." El investigador de la policía estatal Fred W. Cannok, 34, se suponía que dirigiría el tráfico en la intersección de la ruta 55 y la 17B en White lake. Pero los vehiculos estacionados no necesitaban muchas órdenes. "Simplemente me acomodé a presenciar el fiasco" Declaró. "La ruta 17B estaba colapsada por cerca de 9 millas, todas las vías de retorno a Monticello y detrás." Los organizadores de Woodstock culparon a la policía estatal por el monstruosa atasco..


Una de las imágenes de la exposición sobre Woodstock en Madrid

El primer  día  de Woodstock se suponía que iba a ser el día de la música Folk. Joan Baez era la que encabezaría, precedida por Tim Hardin, Arlo Gutherie, Sweetwater, La increíble String Band, Ravi Shankar, Bert Sommer y Melanie. Una acto de rock había sido agregado para ofrecer un pequeño abreboca del Rock'n roll del fin de semana, Sly y la familia Stone. La apertura estaba programada para las 4 p.m. Los artistas estaban dispersos en el Holiday Inns o en Howard Johnson Miles. Pero debido al atasco del tráfico, los promotores estaban desesperados alquilando helicópteros. "Tres Días de Paz y Música" comenzó a las 17:07  el 15 de agosto de 1969.

Artistas participantes
Richie Havens
Swami Satchidananda. Dio la invocación espiritual para el festival
Simon and Garfunkel.
Country Joe McDonald. El tocó sin su banda The Fish
John Sebastian
Sweetwater
Incredible String Band
Bert Sommer
Tim Hardin
Ravi Shankar
Melanie
Arlo Guthrie
Joan Baez
Quill
Keef Hartley Band
Santana
Canned Heat
Mountain
Janis Joplin
Sly & The Family Stone
Grateful Dead
Creedence Clearwater Revival
The Who
Jefferson Airplane
Joe Cocker
Country Joe and the Fish
Ten Years After
The Band
Blood, Sweat & Tears
Johnny Winter
Crosby, Stills, Nash & Young
Paul Butterfield Blues Band
Sha-Na-Na
Jimi Hendrix
Jimi Hendrix 

Décimo aniversario del festival de Woodstock

-Hendrix cierra el Festival, Eran cerca de las 9 de la mañana del lunes, turno de Hendrix. Se lanzó con el himno nacional en un momento que quedará para la historia en los anales del Rock'n'roll. Insistió en ser él quien tocara en último lugar. Se programó su parte para la medianoche, pero por retrasos en el festival no tocó hasta las 9 de la mañana del lunes. Se dice que le llegaron a ver 500.000 personas, aunque empezó con un público de 80.000. El recital duró dos horas, siendo el concierto más largo de su historia. Tocó 18 canciones, concluyendo con Hey Joe. La interpretación de 'The star spangled banner' de Jimi Hendrix fue descrita por un crítico de rock del 'New York Post' como "el gran momento de los años 60". Sin embargo, fue presenciado por una pequeña parte del público que había asistido al festival ya que la mayoría ya se habían marchado (eran las 9 de la mañana de un lunes). 

-El cantante británico Joe Cocker tocó una versión de 'With a little help from my friends' de The Beatles y fue uno de los temas más aplaudidos del festival. Esta canción fue años después la banda sonora de la serie "Aquellos maravillosos años". Ambientada en los finales 60. 

-Iron Butterfly (una banda de rock duro estadounidense que el año anterior publicó su disco 'Heavy') se quedaron sin helicóptero y no pudieron llegar. Las malas lenguas hablaban de que los componentes se habían peleado en el aeropuerto.

-Los ingleses The Jeff Beck Group, formación en la que estaban Rod Stewart y Ronnie Wood, iban a participar pero se separaron antes del festival.


-John Lennon llamó a los organizadores de Woodstock para contarles que estaba en Canadá y que el gobierno estadounidense no le permitía la entrada al país. El ex 'beatle' no pudo actuar.

-Bob Dylan fue uno de los primeros artistas invitados a Woodstcok 1969 pero, ese mismo fin de semana, se excusó y dijo que uno de sus hijos estaba hospitalizado y que no podría participar. Sí lo hizo en la edición de 1994 y fue considerado por muchos críticos de la época como una de las mejores actuaciones.


-El cuarteto de folk escocés The Incredible String Band le contaron al escritor Mark Ellen que "el escenario era demasiado alto y que tres de ellos tuvieron vértigo".

-Sweetwater, una banda de rock psicodélico que iban a tocar en quinto lugar, no pudieron llegar a tiempo. La multitud tuvo que ser entretenida por uno de los agricultores del pueblo que realizó unos ejercicios de yoga.

-Tim Hardin estaba demasiado puesto para tocar y su repertorio se limitó a dos temas (después murió de una sobredosis de heroína). Richie Havens, que abrió las actuaciones del primer día, tuvo que alargar su repertorio porque los siguientes en tocar no estaban listos. Su canción 'Freedom' se convirtió en un himno mundial.

- La actuación de John Sebastian fue una sorpresa. Se encontraba en el 'backstage' y de forma improvisada le invitaron a salir al escenario. Había consumido marihuana y LSD por lo que no dejó de gritar: "¡Sois realmente geniales!".

-Una parte lateral del escenario se rompió. Grace Slick y Janis Joplin se encontraban en él pero salieron ilesas.

-El actor y cantante de country Roy Rogers debería haber cerrado el festival con su tema 'Happy trails to you' pero su representante no se lo permitió. Años más tarde reconoció: "Hubiera sido abucheado por todos esos hippies asquerosos".

-Led Zeppelin no quiso actuar porque el festival les parecía demasiado pequeño.


Ecos de Woodstock
En principio  iba a ser un festival de Rock más, pero una serie de eventos a su alrededor como la llegada del primer hombre a la luna, la era de Acuario, la guerra de Vietnam y el mensaje de la promoción, crearon una atmósfera que cautivó a toda una generación de tal forma que lo transformó en un icono de la historia moderna.

Sus organizadores esperaban 50000 personas, aunque soñaban con más, pero la realidad sobrepaso cualquier estimación previa. Hoy se habla sin precisión de 500000 asistentes y otros tantos cientos de miles que se quedaron en el camino. Todo se colapsó, no había caminos, agua ni comida. Woodstock fue virtualmente un cliché para todo lo que tuviera que ver con los 60's.

Durante años nadie celebró el aniversario de Woodstock, y Agosto venía y se iba sin notarlo. La gente que pasaba por la granja de Yasgur para tener reminiscencias, nunca estaban seguras si estaban en el sitio correcto. A finales de los 70's se comenzó a celebrar cada Agosto con una fiesta de tres días. En 1984 Wayne Saward construyó el único monumento en el mundo al evento. Es una placa de 5 1/2 toneladas. Una vez que estuvo colocada la estructura, el sitio se convirtió en un icono. La magia que está en Woodstock continua...está en el aire. Posteriormente se han celebrado en conmemoración a este festival los siguientes:

Woodstock 79
Woodstock 89
Woodstock 94
Woodstock 99

Curiosidad
Un símbolo de Woodstock, fue el llamado "Autobús" (The Bus), y es que grupos de organizadores independientes reunieron a varias comunas hippies y los montaron en autobuses para el concierto. Sin embargo, el que más resaltó fue The Bus, que se hizo famoso cuando el autor Tom Wolfe lo colocó en "The Electric Kool-Aid-Acid Test" El autobús tenía dibujos y graffittis psicodélicos personalizados y en su techo tenía una burbuja de Plexiglas. Estaba equipado con sonido. Su aviso de destino decía "Adicional".


Los organizadores de Woodstock tardaron una década en recuperar el dinero que debían. Se gastaron 3,1 millones de dólares y se ingresó 1,8.


Woodstock


La granja fue declarada zona catastrófica por el gobernador de Nueva York y el New York Times lanzaba un editorial crítico cuestionando qué tipo de cultura era capaz de producir "un desastre tan colosal". Opiniones para todos los gustos, pero los que estuvieron en el festival, bautizado como Feria de Música y Arte de Woodstock, sabían que aquello era un hito desde el mismo momento en el que lo presenciaron. Para aliviar la situación acudieron por los hippies de The Hog Farm, encargados de alimentar a las masas y precursores del libro de recetas del festival que se publicaría posteriormente.



El Woodstock no se celebró en Woodstock
Woodstock, sin embargo, ha sabido mantener viva la magia que movió a aquellos centenares de miles de jóvenes ansiosos de amor y de paz, pese a la inevitable explotación comercial de aquel hecho histórico. Woodstock es uno de esos pueblos donde una falsa imagen de progresía esconde un negocio turístico de tal volumen que una de sus más prestigiosas asociaciones es su Cámara de Comercio. El pueblo, situado a unas tres horas de la gran metrópoli norteamericana, tiene 7.000 habitantes durante la semana, cifra que se cuatriplica los sábados y domingos y se dispara durante el verano. La mayor parte de los impuestos se recaudan por correo y son enviados desde Manhattan y otras grandes ciudades del país, según reconoce el supervisor del pueblo, algo así como el alcalde, Brian Hollander, que también estuvo en el festival.



Es precisamente durante estos días de verano cuando miles de turistas de todo Estados Unidos acuden a este pueblo del que han oído hablar durante años y años. Todos desean conocer qué fue lo que realmente pasó aquí.

50 millas al sur, en Bethel
"Es verdad que muchos no saben que el Festival de Woodstock se celebró en Bethel y que algunos no comprenden cómo se ha mantenido ese nombre con el paso de los años, a pesar de que el recital se celebró en otro pueblo", explica la encargada de una librería situada en la Tinker Strect, la calle principal de Woodstock. Rodeada de postales y libros relacionados con el festival, la empleada de The Golden Notebook, defiende que el festival haya conservado el nombre de Woodstock por que la idea nació aquí y se desarrolló desde aquí". Así opina también William Lubinsky, un constructor que nació en Manhattan, pero que vive en Woodstock desde hace 23 años. Él fue uno de los que más colaboraron en la organización del festival y en la construcción del escenario. "Sabíamos que sería imposible albergar a tantos jóvenes en este pueblo, por lo que decidimos buscar un lugar adecuado, y lo encontramos 50 millas más abajo, en la granja de un individuo que se había entusiasmado con la idea, Max Yasgur". Lubirisky tierre ahora 57 años y explica que aquellos jóvenes de 1969 estaban cargados de energía y que si no cambiaron el mundo y ni tan siquiera este país, "sí que se dieron cuenta de que no estaban solos y que otros muchos jóvenes de su misma edad estaban tan frustrados y desanimados como ellos misrnos".

Lejos de las tiendas de camisetas descoloridas de los años sesenta, 50 millas al sur, está Bethel, donde -hoy hace exactamente 20 años- Joan Baez cantó al viento un grito de libertad.

"Bienvenido a Woodstock", exclamó Mícky Oakes, un habitante de Bethel acampado en los terrenos de la antigua granja de Yasgur, que falleció en 1973 en Miami. Oakes explica que el actual propietario de la finca, Louis Nicky, también murió la pasada semana sin ver cómo decenas de automóviles atravesaban sus cercas.

La lluvia, como ocurrió entonces, embarró el pasado domingo las colinas donde el 15 de agosto de 1969 se inició el festival. Las personas que el pasado fin de semana acamparon allí lo hicieron de tal forma como si el escenario del concierto aún estuviera situado en su lugar original.

La famosa tarima estaba situada sobre una estrecha carretera que estos días está muy controlada por los hombres del sheriff del condado, Joseph Wasser. "Cuando se celebró el festival yo era juez en Monticello, un pueblo cercano, y tengo muy malos recuerdos de aquéllo", explica Wasser, que tiene 68 años. "Tuvimos que enviar al calabozo a más de 250 jóvenes por violaciones de la propiedad privada y por vender marihuana", recuerda el policía, que está convencido de que aquel festival fue una barbaridad".

"Woodstock fue un capítulo de la historia de este país, y he venido desde Nueva Jersey para conocer de cerca lo que pasó aquí" explicó David Schiffer, de 29 años. "No creo que esto pudiera repetirse, todo está ahora demasiado comercializado", añadió.

La libertad de empresa y la comercialización han hecho posible que un hotel, el Imperial Resort Hotel, haya organizado para esta semana un programa de actuaciones bajo el nombre Recordar Woodstock. Los precios, los aparcamientos y !as habitaciones no se parecen en nada al Woodstock real.



Los sueldos de los artistas que actuaron en Woodstock
Se conoce el sueldo de cada artista que participó en este importante evento. Como era de suponer, Jimmi Hendrix fue el que más dinero se embolsó, era el cabeza de cartel indiscutible. Los 18 000 dólares equivalen en la actualidad a poco más de 120 000 dólares. Si tenemos en cuenta lo que cobran los grupos que forman parte de la élite del rock y el metal hoy en día, es más bien un precio modesto. Le siguen Blood, Sweet & Tears , Joan Baez y Creedence Clearwater Revival cuyo caché también superaron los 10.000 dólares de la época.

 No deja de ser curioso los precios de contratación de, por decirlo de alguna manera, los grupos de clase alta-media del Woodstock 1969 como Janis Joplin, Jefferson Airplane o The Who (su actuación en el festival los lanzó a la fama). Actualmente estos conciertos les costaría a un promotor 50.000 dólares en el caso de los primeros y alrededor de 41 000 para los creadores de “Pinball Wizard” o “My Generation” entre muchos éxitos (después reclamaron más cantidad por la increíble la asistencia, ¡y eso que no querían tocar en un principio!). Y no digamos la parte media-baja de la tabla. Encontramos varios chollos para promotores que pudieron contratar a Joe Cocker 1.375 $ y a Carlos Santana por  750 $ (el equivalente a 6.000 dólares actuales) por su inolvidable concierto. Claro que su popularidad no era la que fue posteriormente, y precisamente estas actuaciones supusieron su trampolín a la fama. Hendrix cobró 24 veces más que Santana por su concierto. Los 18.000 dólares equivaldrían a poco más de 120.000 dólares actuales, una cifra bastante modesta para un astro de su categoría.

Grupos y artistas como The Beatles, Bob Dylan, Led Zeppelin o The Doors se negaron a participar en este monumental festival. Hubiera estado curioso conocer cuánto cobraban estas legendarias bandas en aquella época.




Politica "USA" en 1969
Eran años complicados para Estados Unidos. Para 1969, el país ya llevaba 14 años en la Guerra de Vietnam peleando contra el Vietcong y otros ejércitos comunistas del Sudeste Asiático; a estas alturas, Laos y Camboya también fueron bombardeados por la Fuerza Aérea estadounidense. Richard Nixon llevaba gobernando siete meses con mano dura. El Partido Republicano volvía al poder, después de una década convulsa en que el presidente John F. Kennedy había sido asesinado y, en su lugar, asumió Lyndon B. Johnson, quien gobernó cuatro años más y puso en marcha la campaña bélica total en Vietnam del Norte.

Estados Unidos ya se había visto en vuelto en varios escándalos: primero, apoyando desde la era Kennedy, al dictador de Vietnam del Sur Ngo Dinh Diem, quien gobernó durante nueve años segregando y reprimiendo a la religión budista. Cuando Lyndon Johson comprendió que, por imagen pública, no podía seguir apoyando al régimen que mantenía a raya al Vietcong, envió emisarios de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para preparar un golpe de Estado junto a altos oficiales del Ejército vietnamita. Diem fue arrestado y asesinado.

1968 había sido, para los estadounidenses, el año más crudo de la guerra, con 11 780 muertes de soldados norteamericanos; 6 173 en 1969. Los militares jóvenes regresaban decepcionados, muchos con mutilaciones. Muchos de los que se quedaban (estudiantes, activistas, obreros) pedían paz. Estaban cansados de verse inmiscuidos en una guerra que parecía completamente ajena. La cifra de vietnamitas muertos era mucho mayor, aunque indeterminada: alrededor de 2 millones de personas entre civiles, soldados de Vietnam del Sur y rebeldes del Vietcong. 

Por otro lado, el rock n’ roll tomaba fuerza entre la población joven. Artistas como Janis Joplin, Jimi Hendrix o Carlos Santana lideraban culturalmente la protesta anti-bélica. Eran épocas de descubrimiento; muchos empezaron a probar marihuana o LSD, otros se atrevieron con la heroína y no todos vivieron para alcanzar a salir de la adicción: Jim Morrison y Janis Joplin entre ellos.

En protesta por la situación en Vietnam, Jimi Hendrix entonó el himno estadounidense con su estridente guitarra eléctrica. Woodstock ha llegado hasta nuestros días como un símbolo pacifista contrario a la guerra de Vietnam y de la contra cultura de los años sesenta. Ese año nació la madre de los macrofestivales.




¿QUE PASÓ CON JIMI HENDRIX EN WOODSTOCK?

Jimi Hendrix fue el último artista en tocar en Woodstock en 1969. Terminó apareciendo el lunes por la mañana ante  solo un poco más de 50.000 personas de las  400,000 que habían estado  allí.

Fue el desastre del manager de Jimi , que le pagaba en heroína. Fue su elección. Michael Lang, el promotor, quería que tocara el domingo por la noche a eso de la medianoche, cuando mucha gente todavía seguía con interés. Pero su manager culpó a Jimi de que no quería tocar tan tarde.

Se trataba de dinero y egos. El manager , Michael Jeffrey, insistió en que Jimi sería el protagonista y que se les pagaría más. Y debido a que él era el protagonista, iría al último,3 como cabeza de cartel.

Michael Lang tenía una filosofía para Woodstock de que no se trataba de «estrellas» o «dinero» sino de  música y  espíritu comunitario. Su visión era que ninguna banda sería tratada como «especial» y el máximo que pagaría sería de tan sólo   15,000 dólares.

Jimi Hendrix cobraba  cerca de 100,000 dólares en ese momento,  porque era la gran estrella del momento musical. El credo del festival de Michael Lang también quería que todas las bandas aparecieran en el póster y en los anuncios como iguales, sin que ninguna banda obtuviera un tamaño de letra más grande.

El «gangster» del manager  de Jimi Hendrix insistió en que apareciera en la cabecera  y que le pagaran más que a nadie. Su agente, Ron Terry, que llevaba zapatos de cuero blanco, fue enviado a regatear por última vez. Insistió en  50,000 dólares .

Entonces Lang le ofreció a Terry una solución.Cobrar 30.000 dólares por tocar dos veces.  Un set abriría el espectáculo acústicamente y luego cerraría el domingo por la noche. Después de una llamada telefónica al puñetero manager Jeffrey, un poco de discusión y 2000 adicionales para gastos. Jeffrey estuvo de acuerdo.

Pero Hendrix nunca tocó ese set acústico. Nunca apareció ese viernes. No llegó hasta el domingo alrededor del mediodía.Y muy drogado.

The Experience , la banda de  Jimi Hendrix, con Mitch Mitchell en la batería y Noel Redding en el bajo, se había disuelto  en junio. Entonces Hendrix en Woodstock , lo llamaba  Gypsy, Sun and Rainbows. Más tarde cambiaría el nombre a Band of Gypsies, con el histórico álbum grabado en el Fillmore East.m

Jimi dijo :

«Nos cansamos de la Experience, de Noel Redding  y de vez en cuando nos volvimos locos, así que decidimos cambiar todo y llamar al grupo  grupo   Gypsy, Sun y Rainbows».

Me pregunto si esa es realmente la verdad. Todo lo que sabemos con certeza es que Jimi Hendrix tocó el lunes ante solo 40,000 personas. Murió poco más de un año después.

Cuando Hendrix y su banda finalmente aparecieron el domingo, Michael Lang se ofreció a dejarlo tocar  a la medianoche. Pero su manager, Michael Jeffrey, insistió en que fuera el último, sin importar la hora que fuera.

Pero todavía hoy ,junto con Santana y los Who, fue una de las mejores actuaciones del Festival. Uno de los espectáculos más memorables de Jimi Hendrix. Mi favorita fue su «Purple Haze» , aunque acabó con una excepcional «Hey Joe».

LO QUE TOCO :


1. «Introduction» 2:21
2. «Message to Love» 7:21
3. «Hear My Train A Comin'» 9:49
4. «Spanish Castle Magic» 7:05
5. «Red House» ) 5:24
6. «Lover Man» 5:11
7. «Foxy Lady» 5:06
8. «Jam Back at the House»  7:44
9. «Izabella» 6:42
10. «Fire» 3:42
11. «Voodoo Child (Slight Return)» 13:40
12. «Star Spangled Banner» Francis Scott Key, John Stafford Smith, arranged by Jimi Hendrix 3:43
13. «Purple Haze» 4:23
14. «Woodstock Improvisation» 3:59
15 «Villanova Junction» 4:28

BIS
16. «Hey Joe»  5:53


Billy Cox en el  bajo
Mitch Mitchell en la batería
Juma Sultan y Gerry Velez en percusión
Larry Lee en la guitarra rítmica


Fue la única vez que  Hendrix que incluyó un segundo guitarrista . Larry Lee fue como el  guitarrista  de seguridad de Hendrix en varias canciones,  e incluso cantó en dos temas. Prácticamente no se ha hecho público ninguna imagen  de su trabajo como  guitarra solista de Jimi .



Este miércoles 15 de agosto de 2018 se cumplen 49 años del emblemático festival de música que cambió para siempre la historia del rock. Foto: Wikicommons / Derek Redmond y Paul Campbell


LA PAREJA DE LA FOTO MAS ICÓNICA DEL FESTIVAL

Eran Bobbi Kelly y Nick Ercoline que serían idealizados como bandera de paz y estandarte de valores, como imagen principal del Festival de Woodstock. Ellos no estaban en el Festival más grande que tuvo la historia de la música por la efervescencia social, sino por otros tres motivos: las entradas estaban baratas, querían romper la rutina y porque les dijeron que no fueran.

“En la televisión dijeron que si tenías planes de ir a Woodstock, mejor no lo hicieras porque la carretera estaba cerrada. Ahí decidimos ir. Teníamos 20 años y, si a esa edad te dicen que no hagas algo, por supuesto que lo haces”, dice Nick para Life and Style.

Habrá sido el domingo por la mañana, aunque la pareja no lo recuerda bien, cuando les tomaron la foto que quedaría impresa en la portada del acetato recopilatorio del festival, editado en 1970.

Ya habían tocado Jimi Hendrix, Janis Joplin, Carlos Santana y The Who. Medio millón de personas había acudido a Bethel, Nueva York, donde el productor Michael Lang decidió que tuviera lugar el encuentro. La audiencia había rebasado las expectativas y provocó que el concierto fuera gratis.

​El cofundador del festival de Woodstock Michael Lang asegura ahora que "nunca" supo que estaba haciendo historia aunque fue consciente de que vivió "algo especial" durante el verano de 1969, cuando medio millón de personas se congregaron en Nueva York bajo el lema "paz y música".

Bobbi Kelly y Nick Ercoline abrazados en el Festival de Woodstock. La foto que se hizo ícono.


​Varias anécdotas relatadas por sus protagonistas demuestran la improvisación que reinaba en aquellos días y que hizo de Woodstock algo especial.
"Queríamos que Hendrix tocara en el clímax, en la medianoche, (dice Lang), pero su representante se negó y dijo que tenía que cerrar. Así que acabó tocando a las 09.30 de la mañana ante unas 50.000 personas que resistieron, pero tocó de maravilla".
Y volvemos a aquella foto histórica, que tiene detrás una inmensa historia de amor. A 50 años del hecho. Nick Ercoline y Bobbi Kelly se siguen abrazando todas las mañanas. En aquel momento no sabían que nunca más se separarían y se convertirían en marido y mujer. 

Nick y Bobbi se conocieron seis meses antes del festival. Y él le cuenta a La Tercera: “Yo era un estudiante universitario y tenía dos trabajos para ganar algo de dinero. Durante el día hacía una labor pequeña en la construcción y a la noche atendía la barra de un bar en Nueva York llamado Dino’s. Ella trabajaba a tiempo completo en un banco y vivía en un departamento con su primo. Yo seguía viviendo en la casa de mis padres”.


El casamiento de la pareja. Nunca lo hubieran imaginado.


Bobbi iba habitualmente al local atendido por Nick ya que estaba de novia con uno de los mozos. Este la hacía esperar sentada en la barra, así podía tenerla más cerca y le pedía al barman, Nick, que la entretuviera. De tanto conversar todos los días, Bobbi y Nick se enamoraron perdidamente. Ella dejó a su novio y en mayo de 1969 comenzaron su relación. “Era una rubia hermosa y se me cayó la mandíbula la primera vez que la vi”, recuerda Nick, hoy jubilado luego de trabajar como carpintero y conserje.

La tarde del viernes 15 de agosto de ese año, justo el día debut de Woodstock, ambos estaban sentados en el bar de siempre escuchando la radio, cuando el noticiario informó que aquel festival que se desarrollaba en una granja en la localidad de Bethel, a pocos kilómetros de distancia, ya era un absoluto hervidero.
“Lo que más decían en la radio era: ‘si tenés pensado venir, mejor no vengas. Esto es una locura que se salió de control’. Pero teníamos 20 años y cuando alguien de esa edad escucha eso, ¿qué esperas que haga? Obviamente, fuimos. Pero no por ser hippies, sino porque sentimos que era algo que no viviríamos nunca más. Queríamos ser testigos de un hecho irrepetible”, detalla. Un día después, partieron junto a otros tres amigos al lugar. Entre ellos estaba Jim Corcoran, quien recién había llegado de la guerra de Vietnam y que prestó la camioneta de su madre para la travesía. Como todos conocían el área, tomaron rutas alternativas para esquivar al gentío.
Llegaron y pasaron la noche entre carpas, casas rodantes, guitarreos, excesos y algunos shows que se podían ver muy desde lejos (“el de Sly and the Family Stone fue grandioso”, precisa). En el amanecer, cuando tocaba Jefferson Airplane, una de las bandas emblemáticas de la era de las flores, Bobbi y Nick despertaron, se levantaron, sintieron frío, recogieron una manta polvorienta arrojada entre la muchedumbre y alguien cerca de ellos hizo clic: fue el minuto de la fotografía con que ingresarían a la historia.
Ese tercer eslabón del acto fue Burk Uzzle, fotógrafo de la agencia Magnum que asistió como freelance tras rechazar un encargo de la revista Newsweek, ya que deseaba ir con su familia, sumergirse en el frenesí como uno más y capturar instantáneas de la gente antes que de los músicos. 
Bobbi y Nick despertaron, se levantaron, sintieron frío, recogieron una manta polvorienta arrojada entre la muchedumbre y alguien cerca de ellos hizo clic: fue el minuto de la fotografía con que ingresarían a la historia.



Y cuenta como tomó la foto: “A esta pareja la vi a cierta distancia, muy temprano en la mañana, mientras la mayoría de la gente dormía. Lo que me atrajo fue esa imagen tan hermosa y poética que se aprecia cuando se abrazan. Me gustaba la filosofía de los hippies de sentirse libres, pero nunca fui parte de ellos. Nunca en mi vida he consumido alguna droga”. De alguna manera, uno de los retratos definitivos del hippismo y de la contracultura de los 60 entrelazó a tres personas que nunca habían fumado marihuana y que nunca cultivaron un interés profundo por su credo idealista y libertario.

Cuando el evento concluyó, Uzzle vendió la fotografía para la carátula del disco bautizado como Woodstock: music from the original soundtrack and more (1970). “Nunca esperé que esa escena fuera a tener tal alcance. Nunca juzgo el futuro de una fotografía hasta que la veo procesada e impresa”, define el profesional.

Bobbi y Nick también se habían olvidado de Woodstock. Hasta que un año después, su amigo Corcoran llegó con el álbum y, cuando lo escuchaban y uno de ellos estaba mirando la portada, advirtieron lo increíble: la pareja era la imagen central del registro. ¿Y cómo lo comprobaron sin tener dudas? Simple: la fotografía muestra al costado una mariposa amarilla de plástico que es la misma que el grupo de amigos trasladó en todo el evento. Pero en el caso de Nick, la preocupación era otra. Como un joven de bien, jamás le había contado a sus padres que se había escapado a Woodstock con sus amigos. Ante la fama fortuita, al parecer había llegado el instante de confesar el pecado.


La pareja hoy con la portada del disco donde aparecen abrazados (Facebook).


En estas últimas cinco décadas, jamás han ganado dinero ni han cobrado derechos de imagen. “No hemos recibido ni cinco centavos. Cuando la revista Life descubrió nuestra historia, nos contactaron muchos abogados de derechos de autor que querían representarnos. Y como estábamos criando una familia, no teníamos el tiempo para meternos en eso. Queríamos estar en sincronía con el espíritu de Woodstock, así que jamás exigimos dinero por la foto”. Para Nick, la ganancia fue por otro lado: “Todavía duermo cada noche con mi esposa abrazados como esa vez en Woodstock. Es mi chica. ¿Qué más podría pedir?”.

FEMINISMO EN WOODSTOCK

Joan Baez, que empezó su actuación a la una de la madrugada deseando al público “buenos días”. Durante su concierto cayeron las primeras gotas y en cuanto terminó la última nota del himno del movimiento por los derechos civiles We Shall Overcome, empezó a diluviar. Empezaba a formarse el famoso barro de Woodstock. Baez fue una del puñado de mujeres que se subieron al escenario del festival, junto a la casi desconocida Melanie Safka, Grace Slick de los Jefferson Airplane y, por supuesto, Janis Joplin. Antes del festival, la cantante era sobre todo conocida en la escena de San Francisco pero salió de allí convertida en una estrella, a pesar de que salió a tocar bastante puesta de drogas y alcohol. Ella quedó tan disgustada con su propio concierto que no permitió que apareciese en la película final ni en su banda sonora. Tan sólo un año después, moriría de sobredosis.

Lo que estaba prevista para 35 mil personas colapsó con la llegada de medio millón y el uso indiscriminado de drogas comenzó a tener sus efectos inevitables (Granger/Shutterstock)

¿Y fuera del escenario?, ¿cómo fue Woodstock para las mujeres?  Los chicos construían el escenario y las chicas hippies traían bebidas y sándwiches…”. El ideario hippy que invitaba a volver a la naturaleza a menudo empujaba a las mujeres a abrazar un rol de hechicera/madre/cuidadora que era muy cuestionado por algunas feministas de la época, que no acababan de entender por qué aquellas hermanas se revelaban contra el sistema pero aceptaban pasar sus días descalzas en una granja cocinando gachas para los hombres. Carolyn Davis, conocida como “chica de la montaña” y primera mujer de Jerry Garcia de los Grateful Dead, lo resumía así en una entrevista: “Dábamos por hecho que estábamos liberadas mientras operábamos en la misma esfera del trabajo femenino que nuestras madres, haciendo la comida y creando situaciones de vida estables. Pero eso generaba mucha diversión y esfuerzos creativos”.

La teórica feminista Lillian Calles-Barger, autora de libros como Eve’s Revenge: Women and the Spirituality of the Body, cree que, de por sí “la agenda de la paz y el amor no era una agenda feminista, ni siquiera política. Los hombres controlaban la contracultura y su ética del amor libre, que corría paralela a la revolución sexual, benefició a los hombres, no a las mujeres. Si acaso, Woodstock sirvió para que las mujeres se diesen cuenta de que necesitaban un feminismo radical, que pusiera los intereses y deseos de las mujeres primero. Conseguir ‘jugar con los chicos’ no te asegura un valor y una voz en la sociedad. Es por eso que las mujeres hippies estuvieron en la vanguardia del feminismo radical de los 70, por su experiencia con los hombres de la contracultura”. Es decir, según Calles-Barger, algunas se cansaron de hervir arroz integral y de que sus compañeros justificasen su comportamiento sexual en nombre del amor libre. Aun así, Carter-Barger respeta algunas nociones del feminismo esencialista de las hippies: “ellas abrazaron las asociaciones supuestamente naturales de las mujeres con la tierra. La fecundidad, la crianza…pusieron la semilla de un feminismo de la diferencia y de la hermandad. Fueron muy creativas al reintroducir cosas como el parto natural”.

Los organizadores lograron alquilar la finca por 75 mil dólares. Esperaban 50 mil personas. Llegaron 500 mil para vivir su festival de música y libertad (Shutterstock)



MUERTE

De aquel Woodstock del '69 quedó, además del idílico souvenir oficial, otra buena ristra de anécdotas poco conocidas. Algunas de ellas teñidas de tragedia. Durante aquellos «tres días de paz y música», otros tantos jóvenes perdieron la vida en medio del caos. El primero, víctima de la falta de planificación y el desorden logístico. Era un chaval de 17 años llamado Raymond R. Mizzak, que fue atropellado por uno de los tractores que aún seguían acondicionando el recinto incluso después del arranque de los conciertos. Mizzak se echó a dormir en el suelo de una zona de matorrales y fue aplastado por la máquina sin que su conductor se percatase.



Al día siguiente falleció un joven por sobredosis de heroína, y unas horas después, se produjo otra muerte cuya causa no llegó a confirmarse. En la prensa de la época se habló de una apendicitis no tratada por falta de personal médico, pero otras fuentes apuntan a un golpe de calor originado por el consumo de toracina, medicamento que se empleaba para mitigar los malos viajes de ácido. Al margen de estos accidentes, ocho mujeres sufrieron abortos involuntarios, y el departamento de salud documentó 5.162 incidencias médicas, incluidos 797 casos de intoxicación severa por drogas durante la celebración del festival. Para colmo la comida se agotó el primer día, y los asaltos a los puestos de alimentación solo pararon cuando el ejército movilizó un helicóptero para enviar provisiones.

MONEY TALKS

El festival pretendía ser una cumbre del idealismo hippie, pero la cuestión económica generó tensiones entre los organizadores y algunos artistas, como Jimi Hendrix. «Nosotros queríamos que nadie cobrase más de 15.000 dólares, pero su management quería más», recuerda Lang. Así que en compensación, le pedí que diera dos actuaciones. La famosa, con la que cerró el festival, y otra inaugural en acústico». Pero después de cobrar por adelantado, Hendrix finalmente se salió con la suya. «La actuación en acústico no se produjo, porque no apareció», asegura Lan. «No me cabreé con él porque en ese momento había tanto caos que no tenía ningún sentido perder los nervios más todavía. Le pedimos a Richie Havens que subiera él a inaugurar el festival». En ese momento, viendo la magnitud que estaba cobrando el evento, varios artistas exigieron cobrar el doble de lo pactado, y algunos como Janis Joplin o The Grateful Dead incluso reclamaron cobrar en mano por adelantado, poniendo en serios aprietos la continuidad del festival. Lang y sus socios no tenían dinero, y tuvieron que suplicar a un banco local para que les prestase algo de «cash» para los adelantos.

Michael Lang no pudo contar, ni mucho menos, con todos los grupos que le hubiera gustado. Y es que hubo muchos artistas de leyenda que no vieron nada especial en Woodstock. The Doors rechazaron actuar porque pensaron que no sería tan importante como Monterey, Fantasy Fair y similares citas anteriores (aunque su baterista John Densmore sí apareció por allí, para tocar un rato con Joe Cocker). Lo mismo contestaron Led Zeppelin, que además hicieron la competencia al festival tocando esos días en Nueva Jersey, porque según su mánager, «en Woodstock solo hubiéramos sido una banda más».


Bob Dylan simplemente dijo que no le interesaba, y el día que empezó el festival cogió un barco para viajar a Inglaterra, donde sí actuó en el festival de la Isla de Wight. Los Beatles fueron descartados porque Lennon, además de exigir la presencia de Yoko Ono sobre el escenario, lo tenía muy difícil para entrar en el país tras ser arrestado por posesión de drogas el año pasado. Cuando Ian Anderson recibió la propuesta para actuar con su banda Jethro Tull, le preguntó a su manager: «¿Habrá montones de chicas desnudas, gente tomando drogas y bebiendo cerveza, haciendo el tonto en el barro? ¿Sí? Entonces no quiero ir. No me gustan los hippies». El Jeff Beck Group llegó a estar contratado, pero se disolvió días antes del festival, y Iron Butterfly estuvieron muy cerca de integrar el cartel, pero sus excesivas demandas (querían un helicóptero para ellos solos, para ir y volver al festival rápida y cómodamente) también los dejaron fuera. También se llamó a los Rolling Stones, pero Mick Jagger prefirió seguir con el rodaje de la película «Ned Kelly» en Australia, y Keith Richards acababa de ser padre.

A pesar de todos los contratiempos, Woodstock salió adelante y pronto se convirtió en leyenda. Pero Michael Lang acabó arruinado: el festival requirió 3,1 millones de dólares para su organización, e ingresó 1,8 millones. No volvió a celebrarse hasta 1994, cuando se convirtió en un rentabilísimo negocio de nostalgia edulcorada que se repitió en 1999.

EL LADO OSCURO

¿Woodstock? Paz, amor y música. La consumación del idealismo hippy: antibelicismo, protesta pacífica, rechazo del segregacionismo, sexo, drogas, rock y amor libre.   Decenas de grupos y solistas tocando en directo, toneladas de barro, más de treinta horas de la mejor música del momento y quinientos mil jóvenes en una extensa pradera, al norte de Nueva York, delimitando las fronteras ideológicas de una nueva nación y de una nueva juventud. Esa fue la bucólica imagen para la posteridad que dejó aquel gran acontecimiento, idealizado por la película de Michael Wadleigh y Coppola y los cinco elepés -un triple, primero, y después un doble- que se editaron posteriormente al festival del que esta semana se cumplen 40 años.

¿Una imagen correctamente enfocada? ¿Una imagen en exceso retocada por el 'photoshop' de la memoria y la nostalgia? Probablemente. Es indiscutible, a estas alturas, la trascendencia social que el evento tuvo, incluida la pacata España, aunque aquí sus ecos y efectos llegaran con años de retraso, pero Woodstock no fue la 'nación' perfecta. Aquellos tres días, del 15 al 18 de agosto, lució oro, nuevos modos de vida y expresión musical, pero también hubo mucho barro. Y no me refiero al físico, que lo hubo, como es sabido, a toneladas, sino al ideológico.

Por lo pronto, y en principio, la misma concepción del evento fue un acto puramente capitalista. Dos socios de buenas familias judías, Joel Roseman y John Roberts, este último con una herencia recién calentita en el bolsillo y ganas de invertir, pusieron un anuncio por palabras en el Wall Street Journal buscando negocio. Daba lo mismo inmobiliario que industrial, naviero o musical. El amor, la paz y el rock no era precisamente lo que les motivaba. Y dieron con dos hippies, Michael Lang y Artie Kornfeld, que les convencieron para montar un festival de rock para 50.000 personas. Cayeron en la red. El rock era ya una máquina de hacer dinero. Los grandes grupos vendían discos y entradas como churros y hasta los mismos grupos hippies de la Costa Oeste -desde la Jefferson a los Dead- habían logrado contratos millonarios con las grandes discográficas. Pintaban oros para embolsarse una buena remesa de dólares.

Lo que ocurrió fue que la cosa luego se complicó, empezando por la búsqueda de emplazamiento. Vecinos iracundos se encargaron de espantar a la presumible horda de peludos que se avecinaba, por lo que el proyectado festival fue dando tumbos de sitio en sitio hasta que un mes antes de su celebración encontró la extensa pradera del granjero Max Yasgur, ubicada en el término municipal de un pueblecito de 2.000 habitantes, Bethel, a 60 kilómetros de Woodstock. Yasgur, de 49 años, dijo congeniar con aquellas fiestas juveniles y, pese a las críticas de sus vecinos, dejó varias hectáreas de sus rojizos campos a los organizadores, previo pago, eso sí, de 50.000 dólares. Está claro que el nombre del gran festival debió ser Bethel 69 y no Woodstock 69.

En un mes era imposible montar todo aquel tinglado, todo se hizo de forma precipitada, y así ocurrió lo que ocurrió: alambradas pobres e insuficientes, accesos inadecuados, escenario comprimido, equipo de sonido absolutamente escaso, torres de luces y cámaras a punto de desplomarse por el viento y la lluvia, la policía desbordada, gente que había sacado su entrada (7 dólares un día, 18 el abono) sin poder llegar a la pradera por el colapso de las carreteras, asalto al vallado, un muerto por sobredosis, peligrosos viajes en ácido adulterado (algo que se advirtió desde el escenario), grupos como The Who y Grateful Dead -oliéndose la tostada del fracaso-, exigiendo dinero en efectivo antes de salir del escenario (un helicóptero tuvo que hacer un viaje relámpago a un banco neoyorkino)... Y para colmo, la lluvia, el barro y medio millón de personas en un lugar preparado, como mucho, para 200.000. No hubo más remedio que, a las dos horas de empezar la función, convertirla en "gratuita" y un poco más tarde declarar el recinto como "zona de desastre". El proyectado negocio se hundió desde aquel momento en el barro de más de un millón de dólares en pérdidas. De puro milagro, la fiesta no fue más allá hasta acabar en una espantosa "pesadilla", como tituló al día siguiente el New York Times: afortunadamente, ante el caos y la falta de comida, la masa se contuvo.

¿Woodstock, fiesta de hermandad y confraternización? ¿Una especie de modernas Bacantes euripidianas, con miles de jóvenes rindiendo culto anárquico al nuevo rey Dionisos del rock, las drogas y el sexo? Así parece revelarlo la imagen tópica, pero tal cosa no fue generalizada. Cierto que hubo mucho rock y se fumó marihuana hasta acabar las plantaciones caribeñas ("quien habla de Woodstock es que no estuvo allí", dijo sarcásticamente el actor Robin Williams, aludiendo a la pérdida de memoria de los asistentes y su desmedido consumo de hierba), pero de ahí a la bacanal colectiva, hubo un trecho.

A Bruce Cook, enervado propagandista de la contracultura, le dejó perplejo el "silencio de Wodstock". En su libro sobre la generación beat (Beat Generation /Scribner's -1971), relató su experiencia personal en aquellos tres días que pasó en la pradera del festival y una de las cosas que más le llamó la atención fue la actitud de los asistentes: "A estos jóvenes de Woodstock parecía faltarles la energía y la inclinación para comunicarse con los otros. Todos en mayor o menor grado se mostraban distantes. Y el extraño silencio persistió durante el largo fin de semana", escribía Cook, rematando con una frase palmaria: "A los que leían diarios y veían la televisión les debía parecer una orgía desenfrenada y primitiva. No hubo nada de ese estilo".

Como tampoco hubo rebelión política. Vietnam estaba en la mente de todos los asistentes y la paloma de la paz se posaba sobre un mástil de guitarra en el famoso anagrama. Country Joe, el activista mayor, lanzó soflamas contra la odiosa guerra asiática, pero cuando el gran gurú de la contracultura, Abbie Hoffman, arrebató el micro a los Who para lanzar una diatriba de las suyas fue literalmente echado a guitarrazos  del escenario por Pete Townshend sin que la audiencia hiciera ni un mínimo gesto de desaprobación. Se gritó más para que no lloviera que contra la guerra.

Hay un detalle en el que apenas, o nada, se ha reparado. Wodstock, aunque así se concibió, no se denominó nunca como 'festival'. Su nombre original fue "Feria de Música y Arte". Y eso fue, a ojos de los hippies más puros: una feria, una postal turística en la que confluyeron miles de jóvenes y curiosos sin ningún vínculo con el movimiento. "Hay que estar aquí", dice un joven en la película. Era lo 'in', como entonces se puso de moda llamar a lo más moderno, lo progre. Pero muchos de los miles y miles de asistentes al macro festival eran hippies de ocasión, jóvenes que, una vez en casa, prepararían el camino rápido para instalarse en la sociedad de consumo y formar una nueva clase: los yuppies. De la pradera de Woodstock a los rascacielos de Wall Street y los grandes despachos de las multinacionales, del ocio utópico a la esclavitud del negocio. Una de las más perversas paradojas de la historia, o cómo un sistema a priori idílico y laudado muere después ahogado en su contrario. Ejemplo aún más preclaro: el comunismo stalinista.

Y es que el sueño hippy, curiosamente, había muerto cuando llegó Woodstock. Tanto la germinación como la apoteosis y el ocaso de aquel sueño se produjo de forma celérica, en tan solo dos años. En 1965 veían la luz discos cruciales como el "Highway 61 Revisited", de Dylan, el "Rubber Soul", de Los Beatles, o el single "Even Of Destruction", de Barry McGuire. Pocos meses después tenía lugar en el césped del Golden Gate Park, de San Francisco, el primer "love-in", o manifestación de confraternización hippy, y el verano del 67 herborecía como una ventolera de amor y flores en el pelo mientras el festival de Monterrey se erigía en la primera y gran concentración musical del hippismo en tanto que Scott Mackenzie alentaba a la peregrinación con su hermosa "San Francisco". En el terreno más político, pero no ajeno al movimiento, The Berkley Events explotaban como modelo de protesta estudiantil en las aulas y campus universitarios.

Unos nuevos centauros, en palabras de Theodore Roszak, uno de los grandes teóricos  de la contracultura, asaltaban el templo de Apolo, intentando hacer añicos los convencionalismos sociales de la America conservadora de Nixon, atenazada por el miedo de la Guerra Fría y aferrada a un estilo de vida aburguesado y piramidalmente familiar. Vietnam era otro ogro que dinamitar. Demasiado para un gobernador californiano tan rijoso como Ronald Reagan. El ex actor y futuro presidente agarró a aquellos centauros por el cuello hasta ahogarlos. Con mano dura y métodos contundentes, mandó a la policía a Berkley, limpió los parques sanfranciscanos de jóvenes jipiosos, devolvió a casa a decenas de jóvenes huidas de los domicilios paternos (runaways), desmanteló decenas de comunas, prohibió el LSD, cerró locales musicales sospechosos y acabó con el sueño hippy.

Ante la derrota, los Diggers oficiaron, el 7 de octubre de 1967, las exequias del movimiento, anunciando el nacimiento de otro nuevo, The Brotherhood Of Freemen, bautizado por la prensa como 'freebie', pero con tan poca fuerza y consistencia que apenas se hizo notar. El sueño hippy en toda su pureza química quedaba enterrado en las postrimerías del 67. De allí hasta Woodstock se desarrolló un hippismo mixtificado, de postal, artificioso. Lo mismo que ocurrió con el punk hasta ser absorbido por los grandes almacenes.

Lo que sí fue Woodstock fue un gigantesco escaparate desde el que se dieron a conocer al mundo aquellos viejos sueños. Fue su mayor mérito. Difundir y cambiar una sociedad con mimbres heredados, de segunda mano, pero estupendamente canalizados y amplificados para que desde las praderas de Bethel saltaran y calaran en la juventud de medio mundo. El antibelicismo, el idealismo quimérico, la rebeldía ante el autoritarismo familiar, la tolerancia con las drogas, el sexo libre, las ansias por cambiar el mundo, la creencia en la utopía, la creación de una nueva estética musical y vestimental, el nacimiento de los movimientos alternativos, el alumbramiento de una nueva forma de cultura, o sea, la contracultura, e incluso la contestación política y social del rock -"somos políticos eróticos que nos interesamos por todo lo que se refiera a la rebelión, al desorden, al caos y a la actividad que parece carecer de sentido", dijo Jim Morrison- es herencia indiscutible de Woodstock. 

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