Orígenes
Los antepasados de los fusiles de asalto CETME (y de otros modelos actuales) fueron los SturmGewëhr o fusiles de asalto alemanes de la Segunda Guerra Mundial. Estas nuevas armas se desarrollaron con el objetivo de combinar la precisión y alcance de los fusiles clásicos con la potencia de fuego automático de las ametralladoras. Así, en 1949 se creó en España el Centro de Estudios Técnicos y Materiales Especiales, un organismo ideado para investigar y desarrollar nuevos equipos para los ejércitos españoles. A este Centro llegaron algunos técnicos alemanes que colaboraron en el diseño de los nuevos fusiles. Sólo un año después, en 1950, el estado mayor emitió el encargo de desarrollar un fusil automático con un alcance eficaz de 1.000 metros, que pesase menos de cuatro kilos, midiese un metro de longitud y se alimentase con cargadores de 30 cartuchos. Nacía así el primer CETME.
El primer paso fue diseñar el calibre adecuado para estos requerimientos. Surgió así el cartucho 7,92x40 CETME, una estupenda munición con unas excelentes cualidades de vuelo y penetración. Este cartucho contaba con un proyectil ligero de 6,8 gramos, núcleo de aluminio y refuerzo de latón. Al mismo tiempo, en el Centro se desarrollaron dos prototipos del arma:
-CETME modelo 1: con un sistema de acerrojamiento rígido y toma de gases.
-CETME modelo 2: con un sistema de acerrojamiento semirígido y retroceso de masas.
Sin embargo, el cartucho 7,92x40 CETME no cumplía con las leyes de la guerra al no tener una camisa metálica completa. Este hecho, unido a la elección por parte de la OTAN del calibre 7.62x51mm, motivó que se adoptara este tipo de cartucho para el fusil CETME.
En enero de 1950 comienzan los primeros trabajos de diseño en lo que se denomina Modelo 1, liderado por el ingeniero Hartmut Menneking. Este equipo se decide por una solución basada en toma de gases. Posteriormente se uniría nueve meses después el ingeniero Ludwig Vorgrimler, que pondría en duda la viabilidad del proyecto con ese sistema por sus experiencias previas. Por lo que propondrá una solución basada en retroceso de masas con bloqueo en recámara, algo con lo que ya había trabajado en el pasado reciente como hemos señalado. Ante esta situación el Director del proyecto establece dos equipos de trabajo paralelos, bautizando al de Vorgrimler Modelo 2.
En junio de 1950 el Alto Estado Mayor autorizó la fabricación de tres prototipos por proyecto, asignándose al Modelo 1 a la Fábrica Nacional de Toledo y el Modelo 2 a la de Armamento de Aviación de Pinto. En enero de 1951 el INI dio el visto bueno financiero, una vez se conocieron las dimensiones del cartucho experimental, ya que el equipo responsable de la munición trabajaba en paralelo y en permanente comunicación con los del arma.
Las primeras demostraciones con fuego real se realizaron con el Modelo 2 en julio de 1.951 cerca del Palacio del Pardo y en presencia de Franco, que quedó impresionado con la misma ya que fue plenamente satisfactoria, esto supuso un espaldarazo para esta versión. Más aun cuando el Modelo 1 se presentaría en marzo de1.952, cuando recordemos partía con ventaja inicial en cuanto a tiempo de diseño y desarrollo. En mayo de ese mismo año después de otra batería de pruebas de ambos modelos se decidió concentrar el esfuerzo solo en el Modelo 2, abandonando por tanto el Modelo 1.
En noviembre de ese mismo año, lastrados por las dificultades en la producción de la munición se somete a varios prototipos del modelo ganador a una prueba de 11.000 disparos que resultó satisfactoria salvo pequeñas interrupciones y el desgaste excesivo del cañón que determinaron varios cambios de cara a la primera serie “cero” o “null”.
Cuando el Ejército recibió el fusil CETME, en 1957, sus creadores creían haber logrado una de las mejores armas del mundo por su diseño y potencia de fuego. Su empleo en 30 naciones y medio siglo de servicio les dio la razón.
Comercialización internacional y búsqueda socio para la producción
En abril de 1.954 todas las armas de la serie “null” y una dotación de 150.000 cartuchos estuvieron terminadas. Se trataba de aproximadamente 150 rifles, que se usaron para demostraciones comerciales en otros países y para dotar a un grupo de soldados españoles de infantería a efectos de pruebas por la tropa.
Los primeros contactos se produjeron como era lógico y de forma natural con los alemanes, que aunque tenían prohibido armarse y eran un país ocupado, era previsible pensar que las prohibiciones terminarían desapareciendo, más aún con la continua escalada en la Guerra Fría entre la OTAN y el Pacto de Varsovia. Además estaba el propio empuje de nuestros técnicos alemanes que veían en el CETME una continuidad a su trabajo desde el STG-44 y STG-45M. En España se pensó que se podría utilizar esta alianza para impulsar la comercialización de nuestro rifle y aprovechar los conocimientos sobre producción que habían demostrado sobradamente los alemanes durante la guerra.
Así con todo en 1.953 se hicieron llegar dos de los primeros rifles de la serie “null” a la Guardia Alemana de Fronteras (BGS), el único cuerpo policial autorizado a la tenencia de armas. Cuando los alemanes recibieron las armas y correspondiente munición advirtieron a los españoles que dentro de la OTAN se estaba estandarizando un cartucho denominado “T-65” cuyo calibre era el 7,62 y que ellos no podrían adoptar otro calibre diferente al mismo, aunque lamentablemente obviaron decir a los españoles que la longitud de la vaina era de 51 mm. Debemos pensar que en esa época la posición de los alemanes era ciertamente débil y no querían contrariar a la principal fuerza de ocupación de su país.
Como consecuencia de esto el máximo responsable del proyecto de munición, el Dr. Voss se puso a trabajar para rebajar el calibre del inicial del proyecto, pasando del cartucho 7,92x40 al 7,62x40 CETME codificado como CA-002. El proyectil tenía núcleo de aluminio y chaqueta de cobre y un ratio entre longitud y diámetro de 5,6.
Los alemanes sometieron a pruebas a nuestro rifle durante diciembre de 1953, quedando profundamente impresionados por su precisión, ligereza, poco retroceso y simplicidad de fabricación. Pero exigieron compatibilidad OTAN, por lo que se negoció una reducción del alcance desde los iniciales 1.000 m a 600 m. A partir de ese momento se produjo y adoptó un cartucho 7,62x51, denominado 7,62x52 CETME-NATO con código CSP-003-MD57. La bala era de núcleo de plomo y plástico con chaqueta de cobre, contaba con un peso reducido de 107 grains.
En 1954 se comenzó a buscar intensamente un socio alemán para producir a gran escala los CETMEs. Debido casi a que los rifles de dotación del ejército español en ese momento todavía son los Mauser Coruña 1943 y por el “origen” del ingeniero Vorgrimler, se decide acudir como primera opción a lo que quedaba en pie de la antigua Mauser. Allí nuestra delegación fue recibida por el Dr. Dörge, un antiguo Director de la empresa en tiempos de guerra. La reunión fue rocambolesca topándose con un personaje maleducado, e impresentable que causó el rechazo de todos los delegados. La segunda opción fue en la misma ciudad de Obendorf, pero en este caso con la empresa Heckler & Koch (HK), con quien se produjo sintonía y se comenzó una relación que se prolongaría durante años. Tal es así que HK defendió el protagonismo de CETME ante algunas autoridades alemanas, que consideraban que el desarrollo era puramente alemán y que a España solo se debía compensar mínimamente por “ceder” sus instalaciones y maquinaria.
Durante este año se siguieron produciendo pruebas en Alemania y demostraciones en diferentes países siempre con muy buenos resultados: República Dominicana, EEUU, Portugal, Brasil y Ecuador fueron algunos de ellos. Aunque en España se seguía sin adoptar el rifle como reglamentario, lo que ciertamente no ayudaba a su expansión comercial. Además surgieron algunos conflictos de patentes respecto al sistema de cierre con algún exempleado de la fábrica que produjo el STG-45M.
Adopción del 7,62x51 OTAN y la lucha con FN FAL
Debido a la entrada de Alemania en la OTAN en 1955, se produciría la última y definitiva modificación del rifle con respecto a la munición, ya que no estaba diseñado para disparar un cartucho tan potente, de hecho varias pruebas con varios rifles de la serie “null”, dieron como resultado grietas en el cajón de mecanismos y rotura de los rodillos al cabo de unos pocos cientos de disparos, por lo que hubo que realizar modificaciones para soportar el mayor empuje de esa munición, fundamentalmente hubo que aumentar la masa del cierre.
La lucha por conseguir el contrato con Alemania continuaba, además ya incluía a su renovado ejército, apareciendo un serio y agresivo competidor, FN con su FAL. Ante las presiones e influencias de estos para que las pruebas restantes se realicen con rifles de producción, se aceleró la puesta en marcha del primer lote de producción consistente en 5.000 fusiles para el ejército español. Algunas de estas unidades fueron enviadas a Alemania para nuevas pruebas obteniendo de nuevo resultados impecables, algo realmente impresionante a pesar que se trataba de una primera serie. Este éxito y seguramente la sospecha de que pensaba abandonar España, motivaron que ese mismo año se le concediese a Ludwig Vorgrimler la condecoración de Alfonso X El Sabio. Finalmente abandonaría CETME para recalar en Mauser, pero su marcha no supuso un problema dado lo avanzado del proyecto.
Corría el año 1956 y mientras tanto los alemanes seguían sin concretar un pedido, estando el acuerdo con HK supeditado al mismo, ya que el esfuerzo económico necesario para dotarse de medios de fabricación era muy importante. En ese tiempo los españoles comunicaron a las autoridades alemanas que iban a comenzar con la producción en masa para dotar a nuestro ejército.
Finalmente el recién creado Ministerio de Defensa Alemán comunica a FN y CETME que era necesario que aportasen 400 rifles de producción para pruebas de campo reales con el objetivo de obtener un resultado final. Llega por tanto el momento de la verdad, con un compromiso de un primer suministro de 90.000 rifles antes de que finalizase 1.957 por parte de quien resultase ganador. Por exigencia de las autoridades alemanas, se concedió una licencia de fabricación a HK que sería la responsable de la fabricación del 40% del piecerío y el ensamblado final de esos rifles de evaluación. A partir de ese momento comenzó una fructífera colaboración en la que se compartirían experiencias y se trabajaría conjuntamente existiendo un solo modelo, independientemente fuese fabricado en España o Alemania.
Sería en abril de 1956 cuando el Ministerio de Defensa Alemán decretaría al CETME ganador del concurso. En 1957 sería adoptado formalmente por el ejército de tierra de nuestro país. En 1958 entra en servicio el CETME B de dotación para el ejército del aire y la marina.
El “divorcio” con los alemanes
Sería a comienzos de 1958 cuando comienzan las desavenencias y desconfianzas, motivadas por la permanente petición de los alemanes de que la venta de la licencia les permitiese exportar a terceros países, ya que sino no sería posible rentabilizar las fuertes inversiones que requerirían una puesta en marcha de una producción en masa. Se justificaban aduciendo que al cabo de unos meses finalizado el suministro al ejército alemán cesaría la producción con lo que no se habrían podido amortizar las inversiones. Esto tuvo como consecuencia que los alemanes introdujeran todo tipo de mejoras en su “versión” sin comunicarlas a los españoles. Después de algunas duras negociaciones se llegó a un acuerdo en el que la venta de la licencia por dos millones de marcos alemanes al gobierno alemán, además se incluiría un canon por fusil vendido al exterior. El acuerdo definitivo se acabaría firmando en enero de 1959.
FAL VS HK G3
Debido a la negativa española de un fusil único, con una producción conjunta como había sido hasta enero de 1958, unido a la negativa en liberación de las exportaciones, se consumó el “divorcio” con los alemanes. Creándose dos CETMES, el alemán (G3) y el español. Tal fue así que incluso los alemanes incumplieron el requisito contractual que les obligaba a incluir la palabra CETME en el chasis de sus armas, cosa que sólo respetaron durante un tiempo. El éxito comercial de los alemanes fue incontestable vendiendo “su” rifle a más de 30 países, mientras que en España solo se realizaron algunas ventas a países como Dinamarca o Pakistán. Este éxito no es casual, son dos los factores que resultan críticos. Por una parte la reputación tecnológica de los productos alemanes y por otra que estamos hablando de lucha comercial de una empresa privada frente a un organismo público. Es obvio que CETME tenía unos muy buenos y capacitados técnicos, pero también es claro que desconocía el ámbito comercial completamente. Más aún cuando antes de la guerra la empresa privada HK ya existía y tenía su red comercial.
MODELOS DE CETME
CETME A1 Y A2
A1
A2
Aparecidos en 1949 se diferencian fundamentalmente por la munición que pueden disparar. El modelo A1 disparaba el impresionante 7,92x40 que cumplía con todos los requisitos iniciales del programa español, como hemos visto anteriormente. A posteriori se hizo una adaptación al 7,62x40 del cartucho anterior, debido a unas especificaciones incompletas de los responsables del cuerpo de Guardias de Fronteras Alemán, que no especificaron la longitud de la vaina al referirse alas futuras especificaciones OTAN. Esta variante tuvo una vida corta, tras descubrirse el error.
El modelo A2 era capaz de disparar el 7,62x51 CETME y el 7,62x51 OTAN, cambiando el muelle recuperador y el ángulo del porta percutor de la cabeza del cerrojo. Sobre el 7,62x51 CETME hemos hablado en este mismo artículo. Es cierto que los alemanes presentaron reticencias desde un primer momento por las características del proyectil de aluminio. Además FN que competía contra el CETME con su FAL, se encargó de difundir ciertas informaciones falsas y tendenciosas al respecto para perjudicar nuestras posibilidades de ganar el concurso con Alemania. Después de la derrota y con un país ocupado y tutelado por los aliados, tenían miedo de contravenir las normas de la Haya y otras convenciones, pero sin duda el aspecto clave fue su integración en la OTAN y la adaptación a la munición estandarizada por los norteamericanos. Que dicho sea de paso, se correspondió con sus intereses logísticos y económicos más que por criterios técnicos. Ya que sin duda había cartuchos mejores, así se lo hicieron saber con sus propuestas los aliados, pero el peso y la influencia norteamericana era muy grande.
El Ejército de Tierra fue el primero en equiparse con un CETME A2 en 1957.
El Ministerio de la Guerra estableció los requerimientos básicos para la confección de un nuevo fusil de asalto que debería sustituir a los fusiles Mauser españoles. El cartucho debería tener potencia suficiente para incapacitar a un enemigo hasta a 1.000 metros de distancia (es decir, 200 metros más que el 7,92 Kurtz). Así nació el 7,92x40 CETME, un cartucho de proyectil ligero (6,8 g.) y largo (5,8 veces el calibre), con un núcleo de aluminio y banda de forzamiento de latón. En tiempos de bloqueo internacional, sin disponer siquiera de materias primas (como curiosidad, diremos que los primeros cargadores se fabricaron de chapa cortada de unos barriles de gas-oil), se comenzaron a fabricar los primeros prototipos (¡Incluso las herramientas se tenían que hacer a mano!).
Se abandonó un modelo operado a gas, vistos los prometedores resultados del sistema de cierre inercial. En 1952 empezaron las demostraciones, así como las críticas: El cartucho 7,92 CETME no tenía una camisa metálica completa, por lo que su uso iba contra las convenciones de guerra. La OTAN había adoptado el cartucho 7,62x51 y, para entonces, el aislamiento internacional comenzaba a levantarse. Entonces se desarrolló un nuevo cartucho, con proyectil de camisa metálica y más ligero.
Para disparar dicho cartucho, debería desarrollarse el Modelo B. El Modelo A y sus variantes, el A1 (con el selector de tiro en el lado derecho, palanca de montar fija y culatín plegable) y el A2 (con palanca de montar flotante y asa de transporte) fueron adoptados por el Ejército de Tierra el 20 de Septiembre de 1957. Ese mismo año, el CETME fue introducido en Europa por la Nederlansche Wapen Munitiefabrik, y sólo Alemania mostró interés por él. A finales de 1957, H&K firmó un acuerdo para co-desarrollar el fusil.
Modelo B
Sigue pudiendo disparar los dos cartuchos mencionado para el modelo A2 con los cambios indicados con anterioridad. Exteriormente se diferencia de la Serie A en varios aspectos, aunque tal vez su seña de identidad más visible fuese el guardamanos de chapa con perforaciones para la refrigeración del cañón, que además poseía un bípode de patas tubulares rebatibles integrado. La aleta de seguro pasa al lado izquierdo del arma, la palanca de armado era diferente y reforzada, el asa de transporte de la serie A2 mejora con respecto a la del A1, pasa a tener insertos de goma, las cachas del pistolete son de una pieza, se aumenta el rayado de la recámara a 16 estrías. También hay una ligera modificación técnica de seguridad en el cierre que hacía que el disparo en ráfaga solo pudiese realizarse con el cierre en posición de bloqueo.
Al respecto del rayado de la recámara, decir que desde el principio esta ha tenido alguna ayuda para facilitar la extracción de las vainas, para evitar problemas por su composición (latón muy agrio, acero u otros materiales) o para dotarla de “cierta” inmunidad ante la suciedad. En un principio, en los primeros prototipos se emplearon unas protuberancias en forma de picos, para cambiar al poco el formato por estrías. Esta no es una característica exclusiva del modelo C, como se puede leer equivocadamente en varias páginas de internet., lo que sí es cierto es que en el modelo C estas estrías fueron más profundas.
Resumiendo, las principales innovaciones fueron:
Una bocacha apagallamas (que también servía para dispara granadas de fusil), un culatín anatómico, un asa de transporte mejorada y un bípode integrado. El selector de tiro seguía en el lado derecho, y no se modificaron las miras. Reemplazó al Modelo A en 1958, y fue adoptado ese mismo año por la Marina y el Ejército del Aire, pasando a ser arma de obligatoria uniformidad en los tres ejércitos de España.
La primera serie del HK G3 y el CETME B eran dos modelos casi idénticos, aunque posteriormente cada uno seguiría su propia evolución. A partir de 1961, la marca CETME desaparecería de los modelos alemanes.
Modelo C
Seguramente, éste haya sido uno de los mejores fusiles de asalto de la historia. Este modelo fue adoptado por los tres ejércitos de las Fuerzas Armadas españolas en 1964 y es el máximo exponente de esta legendaria familia. Muy duro, pesado y resistente, prestó servicio durante más de dos décadas en España (aun hoy en día quedan algunos en la infantería de Marina y la Guardia Civil, lo que dice mucho de su calidad). Su fama de seguro y fiable es enorme, no sólo en España sino en otros muchos lugares del mundo.
El CETME C poseía una recámara estriada que facilitaba la extracEción de las vainas incluso en las peores condiciones. Una cápsula para útiles de limpieza fue alojada sobre el cañón, empleando el tapón como engarce para la bayoneta. Incluso, se le podía adaptar un bípode (a diferencia del B, que lo llevaba ya instalado) que hacía también funciones de corta-alambres. El guardamanos fue hecho de madera (de ahí su popular mote de “chopo", recuperándose así este apodo tan tradicional en el Ejército español, dada la madera empleada). Sus miras fueron cambiadas por unas de tipo “librillo" a cuatro distancias de 100, 200, 300 y 400 metros. Por otra parte, el selector de tiro cambió su posición al lado izquierdo del arma, posibilitando así su accionamiento con el dedo pulgar, y fue dotado de un carril para poder montar un visor telescópico. Duro y fiable hasta la exageración, fue sin duda uno de los mejores fusiles de asalto jamás construidos. Como dato curioso, el CETME C desacerrojaba a 3kg de presión, mientras que su pariente alemán, el G-3, lo hacía a 1kg. Se comercializó también una versión semiautomática destinada a la exportación con el nombre de CETME Sport (para civiles y cazadores), pero su alto precio la convirtió en un fracaso.
En 1963 la Junta Superior de Armamento solicitó una serie de mejoras que se tradujeron en los siguientes cambios con respecto al modelo B: el mencionado rayado más profundo de la recámara, pistolete anatómico, guardamanos de madera (algunas unidades de la primera serie continuaron con el guardamanos metálico), eliminación del asa de transporte, muelle recuperador unido a la culata, selector de tiro a la izquierda, miras de tipo “librillo" graduadas a distancias de 100, 200, 300 y 400 metros y bocacha apagallamas tipo G3. Se modifica el cajón de mecanismos para dotarle de unos resaltes, que con la montura adecuada permite colocar un visor. La longitud total y de cañón es ligeramente mayor que en las series A y B (cañón de 450 mm frente a 435 mm). Desaparece el bípode integrado en el guardamanos y pasa a convertirse en un accesorio independiente con utilidad integrada de corta alambres.
El mejor CETME de todos los tiempos entraría en servicio en las Fuerzas Armadas Españolas en 1964 y estaría en producción hasta 1976.
CETME HÍBRIDO BTC
Es una actualización de los CETMES B con mejoras del C, modificados como solución de compromiso mientras se fabricaban todos los tipo C. Son rápidamente identificables por los cordones de soldadura donde estaba antes el asa de transporte y el alza.
Modelo D
Evolución del C con el alza de tambor o disco, guardamos mecanizado con pasador en lugar de tornillo, y punto de mira reforzado.
Modelo E
Esencialmente, se trata de un Modelo C con partes de plástico que reemplazan a las de madera, y un alza giratoria como la del G-3. Con cargadores de plástico, sólo se fabricaron un puñado, a título de experimento. No se produjo en serie, sino más como un ejercicio de pruebas de nuevos materiales. Esta plastificación alcanzó también a los cargadores y además se sustituyó el alza por la del HK G3 (de libro o disco). Se usaron polímeros de color verde y marrón. En el caso del verde, prácticamente convertía el CETME C en un HK G3. Posiblemente fueron pruebas preparatorias de los materiales a emplear en los CETMES L y siguientes.
Modelo P
Tuvo como precursor unos pocos prototipos de modelo C sin miras, dotados de una base grande cuadrada soldada al lomo, con un corte en forma de cola de milano, supuestamente destinada a colocar un visor específico.
Posteriormente se codificaría el modelo como P, haciendo referencia al “cañón pesado”. Estaba dotado de un cañón de precisión pesado para francotirador, miras abiertas, alza de disco, guardamano combinado de chapa y madera refrigerado, cañón más largo, bocacha más larga y asa de transporte, precisamente por su mayor peso. No pasó de una pequeña serie casi experimental.
CETME Sport
Versión deportiva del CETME C, creados desde un principio como semiautomáticos, además algunos llevaban unas bases soldadas encima del cajón de mecanismos para facilitar la colocación de un visor, existía la posibilidad de seleccionar el tipo de guardamanos, metálico del modelo B o madera del C. Existía la posibilidad de adquirirlo con un visor marcado con el logotipo y nombre de Santa Barbara. Difieren de los CETME C “civilizados”, estos últimos fueron rifles militares convertidos a semiautomáticos de forma permanente mediante la modificación del conjunto del disparador, el conjunto disparador-pistolete en el Sport es diferente.
Serie L Y LC (los hermanos pequeños)
L
LC
Desde 1966 y hasta 1980 se desarrolló esta variante con la idea de modernizar el diseño para cumplir con los requisitos tácticos y poder utilizar el nuevo cartucho 5.56x45mm OTAN. Para la producción de los CETME L se aprovechó la experiencia en materiales plásticos adquirida con los prototipos del modelo E, que en su momento tuvieron culata, guardamanos y cargadores fabricados en plástico, además de un alza diopter similar a la del G-3. A pesar de todo, estos prototipos nunca llegaron a fabricarse en serie ni a ser adoptados por el Ejército español.
La “familia" L se caracteriza por contar como elementos de puntería con un punto de mira y un alza diopter calibrada a 200 y 400 metros. Estas armas pueden utilizar cargadores de M-16 y el arco de su guardamonte fue agrandado para facilitar el disparo utilizando guantes. Por otro lado, su pistolete fue completamente rediseñado, dotándolo de una mejor ergonomía. En los primeros diseños del CETME L, el guardamanos poseía unas formas “cuadradas" que más tarde fueron abandonadas en favor de los guardamanos redondeados. A partir del modelo básico L (ligero), se desarrollaron el LC con culatín retráctil y un cañón algo más corto; y el LV, preparado para montar dispositivos ópticos de puntería, tanto diurnos como nocturnos. Otras novedades destacadas de los CETME L fueron la posibilidad de retener el cierre atrás para facilitar su revista, la nueva bocacha de tres “pétalos" abandonada después por el diseño anterior, y los acabados en pintura verde. Estos modelos (L, LC y LV) han sido utilizados por las FAS españolas en gran cantidad de zonas de conflicto como los Balcanes, el Kurdistán, o más recientemente Afganistán e Irak, hasta su sustitución por el avanzado H&K G36 E.
La “familia" L se vio aquejada de continuos problemas. Las piezas de plástico no eran tan resistentes como sus antepasados de madera, y la recámara sin estriar (posteriormente la recámara sería estriada) lo hacían menos fiable que el Modelo C (recuerda a los primeros lotes de M-16, ¿no?). Simultáneamente, se hizo un tímido intento de entrar en el mercado de las ametralladoras. Se desarrolló la AMELI (AMEtralladora LIgera), mediante el procedimiento de “encoger" la MG-42 al calibre .223.
Otros diseños de CETME
CETME también fabricó un subfusil, el CETME C-2, similar a los modelos de segunda generación de STAR, Bonifacio Echeverría S.A., pero con el cargador lateral al modo del Sterling inglés, en vez del cargador en posición inferior. Su calibre era de 9mm Parabellum.
La AMELI (AMEtralladora Ligera) fue fabricada en 1982 por la compañía española Empresa Nacional Santa Bárbara. Este modelo fue un intento frustrado de sustituir a la ametralladora MG3, con unas dimensiones y un calibre más pequeño (5,56). Se alimentaba mediante cintas o tambores de 100 o 200 cartuchos y se fabricaron pocas unidades. Al igual que en la MG3, la cadencia de fuego de la Ameli puede ajustarse mediante el uso de cerrojos intercambiables. Funciona mediante el característico sistema de retroceso de masas. Su funcionamiento interno se asemeja al fusil de asalto CETME L. De hecho, algunos elementos de la Ameli y del CETME L son perfectamente intercambiables.
Este mecanismo, unido a su cañón móvil y su sistema de acerrojamiento semirígido por rodillos, convierten a la Ameli en la principal ametralladora de la industria armamentística española. La mayoría de estas armas fueron destinadas a la Infantería de Marina, Brigada Paracaidista y unidades de elite del Ejército de Tierra. Se fabricaron dos versiones de la misma: el modelo de cañón largo (450mm) y el de cañón corto (400mm), ambos con una cadencia de tiro de 1.000 disparos por minuto.
Cetmetón: Aunque no es un desarrollo propiamente dicho de CETME, tras la Segunda Guerra Mundial se llegó a la conclusión acertada de que sería necesario equipar a los tres ejércitos con un arma automática y retirar los viejos mosquetones (Mauser) modelo 1916 y 1943 de acerrojamiento manual. Como el número de unidades de estas armas era muy alto y muchos estaban en perfecto estado de conservación, en un principio se aprovecharon las estructuras de los mosquetones y se montó un cañón de CETME con mecanismos adaptados para ellos.
Estos modelos fueron el FR 7 y el FR 8 también conocidos como Fusiles Reformados 7 y 8, o más popularmente como CETMETON. Posteriormente fueron destruidos, exportados o vendidos como armas de caza a particulares.
Conclusión
La familia de fusiles de asalto CETME ha demostrado durante ya más de cinco décadas ser un producto de primera calidad. Fiable, preciso y resistente, este fusil ha estado en servicio en más de 30 países, tanto bajo las siglas CETME como H&K G-3. Y todo parece indicar que todavía le quedan bastantes años para “dar guerra" en manos de coleccionistas y usuarios de las últimas versiones.
Con este rifle, la industria armamentística española demostró, como tantas otras veces, que con los apoyos necesarios podía situarse entre las punteras a nivel mundial. Lástima que en los últimos años no se garantizase la independencia tecnológica de nuestra industria y de nuestras Fuerzas Armadas, pues estaba más que demostrado que podíamos estar a la altura de los mejores si se ponía empeño en ello. Ahora le toca demostrar al H&K G36 (tataranieto del CETME) que puede ser un digno heredero de la saga.
Un poco de historia
1948: Se concibe el CETME (Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales), como medio de contrarrestar los efectos que el aislamiento internacional estaba teniendo sobre las Fuerzas Armadas.
1949: Se crea el CETME.
1952: Comienzan las demostraciones en España y Alemania.
1956: Comienza la fabricación del Modelo A.
1957: Alemania adopta el Fusil de Asalto CETME. En España, el Ejército de Tierra adopta el Fusil de Asalto CETME.
1958: Comienza la fabricación del Modelo B. La Marina y el Ejército del Aire adoptan el Fusil de Asalto CETME.
1959: Se firma el primer acuerdo de desarrollo conjunto con Alemania.
1962: Se firma el segundo acuerdo de desarrollo conjunto con Alemania.
1964: La Fuerzas Armadas Españolas adoptan el cartucho 7,62x51mm NATO. Comienza la fabricación del Modelo C.
1966: Comienza el desarrollo del Modelo L.
1976: Termina la fabricación del Modelo C.
1980: Termina el desarrollo del Modelo L.
1982: Se terminan los primeros prototipos de la AMELI.
1984: Se fabrican los primeros lotes de los Modelos L y LC.
1985: Se firma el primer contrato de 600 AMELIs para el ejército británico.
1996: Las primeras M-16 comienzan a aparecer en unidades especiales, para su evaluación. Se establecen las bases para el concurso público de ofertas para reemplazar al CETME. Optan al concurso los fusiles de asalto C-7 (DIEMACO, Canadá), FNC (FN, Bélgica), Galil (IMI, Israel), G-36 E (H&K, Alemania), SIG-550 (SIG, Suiza) y AUG-77 (Steyr, Austria).
1999: El H&K G-36E es seleccionado como futuro fusil de asalto español.
¿CÓMO FUNCIONA UN CETME?
El CETME opera por retroceso retardado de masas y acerrojamiento semirígido de rodillos. El STG-45M abrió el camino para este tipo de funcionamiento, ya que hasta esa fecha se había empleado el sistema por toma de gases o el de cañón móvil. Este sistema simplifica el mecanismo y ya sabemos que la simplicidad en un arma supone siempre mayor fiabilidad, al reducir las probabilidades de fallo.
Este sistema de semibloqueo no se había experimentado antes porque los estudios teóricos y matemáticos indicaban que la presión sobre la cabeza del cerrojo sería demasiado grande, afectando a su durabilidad. Sin embargo Vorglimer tenía experiencia suficiente, adquirida en Mauser, para saber que esas preocupaciones eran infundadas.
De forma simplificada diremos que el sistema de cierre en el CETME está compuesto de las siguientes piezas:
- Portacierre.
- Cabeza de cierre.
- Rodillos.
- Pieza de bloqueo o “precámara”
- Portapercutor
- Palanca de bloqueo y muelle
Con un cartucho en la recámara y el sistema de cierre acerrojado, vemos que los rodillos sobresalen a través de unos cortes de la cabeza de cerrojo y se posicionan en los rebajes de lo que es una “precámara” o pieza de bloqueo empujados por los laterales del portapercutor, que está también en el interior de la cabeza de cerrojo.
Al disparar y percutir la aguja en el pistón del cartucho se produce el quemado de la pólvora con la consiguiente generación de gases que impulsan el proyectil y empujan la vaina sobre la cara anterior de la cabeza de cerrojo, ejerciendo empuje sobre el portacierre, produciéndose por un momento una separación entre el portacierre y la cabeza del cierre. Es a partir de ahí cuando los rodillos se ocultan en el interior de la cabeza de cerrojo y el sistema ya descerrojado retrocede hasta que se choca con el tope amortiguador, mientras se comprime el muelle recuperador que impulsará la vuelta del conjunto. Este sistema como hemos visto provoca un retraso en el retroceso para desacerrojar, ya que este no empieza a retroceder hasta que el proyectil abandona el cañón, es decir, hay un retroceso retardado.
En las ilustraciones podemos observar una pequeña palanca con muelle en la parte superior derecha de las ilustraciones, recibe el nombre de palanca de bloqueo. Su función es crítica, ya que en los primeros prototipos cuando no existía, la cabeza del cierre chocaba contra el portacierre arrastrando al porta percutor y produciendo un desbloqueo prematuro, dando lugar a varios rebotes entre cabeza y portacierre que producían interrupciones y averías. Este pestillo o palanca de bloqueo, al producirse el primer choque se engancha a un resalte de la cabeza del cierre amortiguándolo y evitando los rebotes posteriores, al mantener unidas las dos partes hasta el inicio del desbloqueo.
¿CÓMO ES DE DURO UN CETME?
Posiblemente esta es la cualidad más reconocida del fusil español, una característica que todos los que tuvieron la suerte de tenerlo de dotación en el servicio militar saben reconocer. Rifles que aguantaban promoción tras promoción sin desfallecer, que seguían disparando en cualquier condición climatológica y encima con una más que razonable precisión, considerando que es un fusil semiautomático militar. ¿Pero realmente cuan duros son? Al documentarnos para elaborar el artículo, tuvimos la oportunidad de encontrar algunas referencias a las baterías de pruebas que se realizaron en diferentes países y algunos comentarios comparativos con fusiles coetáneos que pugnaron por jugosos contratos militares. La verdad es que quedamos impresionados por la lectura de algunos párrafos, que me dieron que pensar y que verdaderamente me han hecho valorar más nuestro rifle. Porque sí, aquellos que poseen un CETME tienen uno de los mejores y más duros fusiles militares que se han hecho nunca. Para muestra las siguientes referencias.
Enterados los españoles a través de sus socios alemanes que su “enemigo” el FN FAL había superado las pruebas de homologación norteamericanas, en el Polígono de pruebas de Aberdeen en el estado de Washington, se decide hacer las gestiones necesarias para someter a varios fusiles de la serie “null” a esos mismos tests. Para ello el General Vigón, miembro del Alto Estado Mayor y que era amigo del General Kissner, Jefe de la Misión norteamericana en España, empuja el asunto consiguiendo que nuestro rifle pueda ser probado, además gratuitamente.
Para ello se desplazó una delegación española, compuesta por el Teniente Coronel Fernando González Camino, el Mayor Wilhemi Castillo y Ludwig Vorglimer, además del General Vigón y el General Kissner. Después de mucho sopesar se decidió llevar tres rifles A1 de la serie “null” en calibre 7,92x40, además de documentación sobre los rifles en 7,62x40 y 7,62x51. Las pruebas fueron dirigidas por el ingeniero norteamericano L.F. Moore y se celebraron entre el 15 de junio y el 6 de julio de 1954. El 5 de agosto se emitió un informe con los resultados, catalogado como confidencial.
Las armas que se probaron allí fueron evaluadas en condiciones normales de uso, pero también sometidas a un auténtico test de tortura, sumergidas en aceite con posterior desengrasado con gasolina, exponiéndolas a la lluvia, polvo, barro, arena, temperaturas extremas, etc. En todas esas situaciones se evaluaron la precisión y la robustez, con un resultado sencillamente espectacular. A los ingenieros se les comentó que ninguna de las armas que habían pasado por Aberdeen había dado resultados tan positivos como los CETMEs.
Una muestra de la dureza de las pruebas fue la de frío, donde las armas se introdujeron amunicionadas en una cámara especial a 54°C bajo cero, durante 12 horas, transcurridas las cuales personal dotado de trajes de protección especial dispararon sin problemas las armas en el interior.
Con respecto a las pruebas de precisión, realizadas por soldados norteamericanos, los fusiles destacaron en general, pero especialmente en la llamada “minuto de fuego”, consistente en realizar el máximo de disparos posibles en un minuto a una silueta humana a 100 yardas. El CETME consiguió en tres pruebas consecutivas una media de 67 disparos con 100% de acierto, mientras que el rifle T47 (prototipo del M-14) norteamericano con munición T-65 (7,62x51 OTAN) apenas logró una media de 40.
Según palabras del propio Vorglimer, recordemos que estuvo presente en las pruebas como observador: “Nuestras armas pasaron todas las pruebas, especialmente las de condiciones extremas como lluvia, frío y barro, con resultados sensacionales. Encontramos muchos fallos en los EM2 británicos (prácticamente un prototipo que estuvo muy poco tiempo en servicio) y en los rifles FN Belgas, que habían fallado miserablemente estas mismas pruebas unas pocas semanas antes, lo mismo que el T47 americano”.
Finalmente debemos tener en cuenta que estas armas eran prácticamente prototipos y arrasaron en pruebas de auténtica tortura, frente a modelos más rodados y evolucionados. Sin duda las versiones posteriores y depuradas, como el CETME C, seguramente hubiesen ofrecido mejores resultados, al menos en las pruebas de resistencia, ya que el cartucho 7,92x40 era absolutamente excepcional en su balística.
RESUMEN
Seguramente despertará la nostalgia de muchos aficionados a las armas, porque por una parte fue el fusil con el que hicieron el servicio militar y por otra porque recordarán cuando nuestro país contaba con una potente industria de armas ligeras, industria ahora desaparecida o al menos muy mermada. Aun a día de hoy podemos verlo prestando servicio en algunas unidades policiales y militares de nuestro país y en algunos conflictos en el resto del mundo lo que resalta de nuevo su principal cualidad, su fiabilidad y dureza a toda prueba. Pudo haber sido incluso mejor si condicionantes no técnicos no hubiésen influido en el cartucho que finalmente tuvo la obligación de adoptar.
Libros
HISTORIA DEL CETME
LUCAS MOLINA FRANCO; J. M MANRIQUE , 2005
El Cetme, fusil de asalto del Ejército español, ha cumplido ya medio siglo de existencia al servicio de las Fuerzas Armadas. Prueba de su gran calidad y fiabilidad es que logró imponerse en la OTAN por encima de armas de otras nacionalidades. Los autores de este libro abordan su historia basándose, sobre todo, en el testimonio de uno de sus principales artífices, el general de Armamento Luis Wilhelmi, en un relato que enlaza la fabricación de los primeros fusiles de asalto alemanes, diseñados en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, con el moderno HK-36, en servicio en España hoy día. También describen a la perfección los detalles de la composición de los equipos hispano-alemanes, las armas similares de otros proyectistas que buscaban el mismo fin, así como la ingeniosidad de las soluciones y el entramado industrial de la época que dieron como resultado el casi milagroso alumbramiento del prototipo inicial en 1951. A todo esto, añaden el estudio de las diversas variantes del arma y de sus municiones, que incluye referencias a su producción industrial y a su empleo, desde la guerra de Ifni-Sahara de 1957 hasta la actualidad.
Todo aquel que halla «sufrido» (o disfrutado) al fusil Cetme, bien por su relación directa con él durante la «mili», bien por las historias que haya escuchado, encontrará en estas páginas una ampliación de sus vivencias y una guía profusamente ilustrada y con detalladas descripciones, que deja constancia de un compañero de varias generaciones de soldados.
Fusil de asalto MP44/SGT44 (Alemania). Precursor del CETME
Este fusil de asalto de origen alemán, fue el primero que se consideró funcional, pues durante todo el siglo XX se había intentado fabricar, pero con pésimos resultados o no los adecuados.
Fue diseñado en 1943 y fabricado por empresas como Mauser, Erma y Steyr
Su producción a finales de 1943, era de 14.000 unidades y fue de un éxito inmediato, aunque Hitler nunca aprobó el proyecto hasta 1944, y fue mantenido en “secreto”, su función era la de sustituir las armas anteriores como fusiles Mauser K98 , Subfusiles como el MP40 y ametralladoras ligeras como las MG34 y MG42.
En 1944, comenzó el declive de esta producción pues la guerra se estaba volviendo en contra de Alemania y los constantes bombardeos aliados redujeron su producción. Sus características eran un peso de 5kg, un cargador curvo de 30 cartuchos del calibre 7,92x33mm esto le hacia un arma intermedia entre el subfusil y el fusil dándole un alcance medio de unos 400-500 metros, además era un arma accionada por gas y tenía opción de ser semiautomático o automático .
Con el declive, este arma no fue explotada como se tenía pensando y otras armas intermedias como, el fusil M1 Garand fueron más rentables. Tras la guerra el SGT44 fue usado por varios países y su diseño inspiro otras armas como el AK-47 soviético o el M16 norteamericano, en la Alemania socialista fue usado hasta mediados de los años 60. Otro dato fue que algunos ingenieros de la casa Mauser huyeron a España antes de ser apresados por los rusos y en este país diseñaron un fusil legendario, el CETME de calibre 7,62mm.
Más tarde fue usado de forma limitada en Vietnam de la mano de los guerrilleros y también en Afganistán