Inventos Nazis que aún utilizamos en la actualidad y empresas colaboradoras con el III Reich.
Estos inventos e investigaciones fueron promovidas por el gobierno de Adolf Hitler en la llamada Alemania Nazi, y si bien conocemos las atrocidades que ocurrieron en esa época, existen cosas que son importantes de destacar, y que aunque no lo creas usamos en la actualidad o dieron pie para otras invenciones.
Cambio de huso horario; en 1942, Francisco Franco decidió adelantar los relojes de España una hora, para adoptar el mismo uso horario de Alemania, esto con el fin de darle gusto a Hitler. Dejando así a España desfasada con respecto de Inglaterra y Portugal.
En 1938 Hitler le dio importancia a la necesidad de trasladar las tropas y las personas de alto rango por caminos más “suaves” y rápidos, impulsando la creaciónd de la primera red de autopistas. Las famosas Autobahn.
Se creó un vehículo de bajo consumo, económico y que cualquier Alemán podría costearse, el legendario escarabajo Volkswagen, que utilizaba 1 litro de gasolina para recorrer 11 kilómetros.
Las fases de veda para la conservación de las especies, fueron impulsados por Hitler, prohibiendo las temporadas de caza de animales que se encontraban en época de apareamiento, también poniendo un límite de caza por familia. Gracias a esto muchas especies de Europa se salvaron de la extinción.
Wernher von Braun desarrolló los misiles V2 para el ejercito nazi, luego de la guerra, desarrolló con sus conocimientos el Saturno V, cohete que se utilizó para poner el primer pie en la luna con el Apolo XII en 1969.
Adidas y Puma.
Corría el año de 1926 cuando los hermanos Adolf y Rudolf Dassler confeccionaban zapatillas y pantuflas en su fábrica llamada “Gerbüder Dassler Schuhfabrik”. Aunque sus zapatos no tenían marca, la calidad de los productos de los hermanos llegó a oídos de Josef Waitzer, entrenador del equipo alemán de atletismo.
Los hermanos se complementarán muy bien: Adolf -cuyo apodo era Adi- era el artista introvertido, mientras que Rudolf era un experto en las relaciones públicas. Gracias a esto, la pareja no tardó en colocar sus productos en la villa olímpica de los Juegos de Berlín de 1936. Su negocio se vio fortalecido con la instauración del nazismo en Alemania, pues se veía al deporte como un método ideal para alcanzar la tan deseada “perfección aria”.
La Segunda Guerra Mundial enfrentó las ideologías de los hermanos ya que por órdenes de Hitler, la fábrica de los Dassler se convirtió en un taller de repuestos de tanques y lanzamisiles. Mientras que Adi se resistió a unirse al ejército, Rudolf decidió defender la causa nazi con las tropas de Sajonia. Desde ahí, escribió una carta a su hermano en la que le advertía que pediría el cierre de la fábrica para que pudiera portar un arma.
Al final de la guerra, y tras un juicio por parte de los Aliados para analizar su nivel de apego a la ideología nazi, Adi pudo retener el control de su empresa. Por su parte, Rudolf tuvo que mudarse a otra parte del pueblo con su familia para abrir una fábrica pequeña luego de ser denunciado por su propio hermano como simpatizante de Hitler.
La mitad de los trabajadores, los vendedores, se fue con Rudolf, mientras que la otra mitad, los diseñadores, se quedó en la fábrica de Adi. De este cisma nacieron dos grandes marcas: Puma fundada en 1948 por Rudolf y Adidas, nacida de la mano de Adi en 1949.
Desde ese momento ambas marcas se enfrentarían en todo momento.
La primera victoria de esta batalla se la llevó Adi en el Mundial de Suiza de 1954. Rudolf había menospreciado al entrenador alemán Sepp Herberger, por lo que Adidas se adjudicó el contrato para hacer tacos ajustables para el equipo nacional, diseñados especialmente para evitar resbalones en caso de lluvia. Durante el partido contra la selección húngara una tormenta probó la eficacia de los tenis y llevó a la victoria germana 3-2 sobre los magiares.
La rivalidad continuó con los hijos de los hermanos. Horst, el hijo mayor de Adi y heredero de Adidas, se las ingenió para bloquear cargamentos de Puma y para vender exclusivamente sus zapatos en la Villa Olímpica en México 68.
Por otro lado, Armin, hijo de Rudolf Dassler, se hizo un gran nombre cuando un muchacho brasileño conocido como Pelé usó uno de sus modelos en el Mundial de México 70.
l 6 de septiembre de 1976 falleció Rudolf Dassler. El odio entre las familias era tan grande que Adidas publicó una nota diciendo “Por razones de piedad humana, la familia Adolf Dassler no hará comentario alguno sobre la muerte de Rudolf Dassler”.
Cuatro años después, Adi falleció y su tumba fue colocada lo más lejos posible de la de su hermano. Para 1990, su compañía Adidas ya le pertenecía al empresario francés Bernard Tapie y dos años después se declaró en quiebra. Tiempo después, Puma fue comprado por PPR, una multinacional francesa. Ambas marcas serían relanzadas después para las nuevas generaciones y se convertirían en símbolo de deporte y fidelidad de marca.
Irónicamente, el único miembro de la familia Dassler que sigue involucrado con las marcas es Frank Dassler, nieto del fundador de Puma… y que trabajó para Adidas.
Corría el año de 1926 cuando los hermanos Adolf y Rudolf Dassler confeccionaban zapatillas y pantuflas en su fábrica llamada “Gerbüder Dassler Schuhfabrik”. Aunque sus zapatos no tenían marca, la calidad de los productos de los hermanos llegó a oídos de Josef Waitzer, entrenador del equipo alemán de atletismo.
Los hermanos se complementarán muy bien: Adolf -cuyo apodo era Adi- era el artista introvertido, mientras que Rudolf era un experto en las relaciones públicas. Gracias a esto, la pareja no tardó en colocar sus productos en la villa olímpica de los Juegos de Berlín de 1936. Su negocio se vio fortalecido con la instauración del nazismo en Alemania, pues se veía al deporte como un método ideal para alcanzar la tan deseada “perfección aria”.
La Segunda Guerra Mundial enfrentó las ideologías de los hermanos ya que por órdenes de Hitler, la fábrica de los Dassler se convirtió en un taller de repuestos de tanques y lanzamisiles. Mientras que Adi se resistió a unirse al ejército, Rudolf decidió defender la causa nazi con las tropas de Sajonia. Desde ahí, escribió una carta a su hermano en la que le advertía que pediría el cierre de la fábrica para que pudiera portar un arma.
Al final de la guerra, y tras un juicio por parte de los Aliados para analizar su nivel de apego a la ideología nazi, Adi pudo retener el control de su empresa. Por su parte, Rudolf tuvo que mudarse a otra parte del pueblo con su familia para abrir una fábrica pequeña luego de ser denunciado por su propio hermano como simpatizante de Hitler.
La mitad de los trabajadores, los vendedores, se fue con Rudolf, mientras que la otra mitad, los diseñadores, se quedó en la fábrica de Adi. De este cisma nacieron dos grandes marcas: Puma fundada en 1948 por Rudolf y Adidas, nacida de la mano de Adi en 1949.
Desde ese momento ambas marcas se enfrentarían en todo momento.
La primera victoria de esta batalla se la llevó Adi en el Mundial de Suiza de 1954. Rudolf había menospreciado al entrenador alemán Sepp Herberger, por lo que Adidas se adjudicó el contrato para hacer tacos ajustables para el equipo nacional, diseñados especialmente para evitar resbalones en caso de lluvia. Durante el partido contra la selección húngara una tormenta probó la eficacia de los tenis y llevó a la victoria germana 3-2 sobre los magiares.
La rivalidad continuó con los hijos de los hermanos. Horst, el hijo mayor de Adi y heredero de Adidas, se las ingenió para bloquear cargamentos de Puma y para vender exclusivamente sus zapatos en la Villa Olímpica en México 68.
Por otro lado, Armin, hijo de Rudolf Dassler, se hizo un gran nombre cuando un muchacho brasileño conocido como Pelé usó uno de sus modelos en el Mundial de México 70.
l 6 de septiembre de 1976 falleció Rudolf Dassler. El odio entre las familias era tan grande que Adidas publicó una nota diciendo “Por razones de piedad humana, la familia Adolf Dassler no hará comentario alguno sobre la muerte de Rudolf Dassler”.
Cuatro años después, Adi falleció y su tumba fue colocada lo más lejos posible de la de su hermano. Para 1990, su compañía Adidas ya le pertenecía al empresario francés Bernard Tapie y dos años después se declaró en quiebra. Tiempo después, Puma fue comprado por PPR, una multinacional francesa. Ambas marcas serían relanzadas después para las nuevas generaciones y se convertirían en símbolo de deporte y fidelidad de marca.
Irónicamente, el único miembro de la familia Dassler que sigue involucrado con las marcas es Frank Dassler, nieto del fundador de Puma… y que trabajó para Adidas.
Hugo Boss.
Otro nazi que vendió ropa al III Reich. Malas lenguas dicen que los " pijamas a rayas" de los campos de concentración eran suyos
Hugo Boss comenzó su compañía de ropa en 1924, en Metzingen, un pequeño pueblo al sur de Stuttgart, donde aún se ubica. Sin embargo, debido a la depresión económica en Alemania, Boss se vio obligado a declararse en bancarrota. En 1931 llegó a un acuerdo con sus acreedores, y quedó con seis máquinas de coser para empezar de nuevo. El mismo año, se convirtió en miembro del partido nazi y miembro patrocinador (Förderndes Mitglied) de las SS (Schutzstaffel). Más tarde se dijo que se había unido al partido debido a su promesa de terminar con el desempleo.
Se unió al Frente Alemán del Trabajo (Deutsche Arbeitsfront) en 1936, a la Asociación de Protección del Aire del Reich (Reichsluftschutzbund) en 1939, a la organización del Bienestar Popular Nacional Socialista (Nationalsozialistische Volkswohlfahrt) en 1941. Sus ventas aumentaron de 38 260 RM en 1932 a más de 3 300 000 RM en 1941, mientras que sus ganancias aumentaron en el mismo período de 5 000 a 241 000 RM. A pesar de que afirmó en una publicidad de 1934/1935 que había sido un «proveedor de uniformes nazis desde 1924», los suministros son probables desde 1928/1929 y ciertos desde 1934, cuando se convirtió en un Reichszeugmeisterei con licencia (oficial) de proveedores de uniformes a la Sturmabteilung, las SS, la Juventud Hitleriana, el Cuerpo de Motoristas Nacional-socialistas y a otras organizaciones del partido.
Para satisfacer la demanda en los últimos años de la guerra, Boss utiliza de 30 a 40 prisioneros de guerra y unos 150 trabajadores forzados, de los Países Bálticos, Bélgica, Francia, Italia, Austria, Polonia, Checoslovaquia y la antigua Unión Soviética. Según el historiador alemán Henning Kober, los directivos de la empresa eran «nazis confesos» y «grandes admiradores de Adolf Hitler», y Hugo Boss tenía en 1945 en su apartamento una fotografía de sí mismo con Hitler tomada en el último retiro de este en Obersalzberg.
En un juicio de desnazificación de 1946, sobre la base de su temprana afiliación al partido, su apoyo financiero a la SS y los uniformes entregados al partido nazi, incluso antes de 1933, Boss se considera un «activista» y un «defensor y beneficiario del nacional-socialismo». Fue despojado de su derecho de voto, su capacidad para manejar un negocio y le fue impuesta «una sanción muy fuerte» de 100 000 marcos. Murió en 1948, pero su negocio sobrevivió.
En 1993 Hugo Boss creó Baldessarini como su marca de lujo de alto nivel para caballero, en la actualidad también dispone de dos fragancias bajo esta marca.
En 1997, la compañía apareció en una lista de cuentas inactivas de Suiza, que provocó la publicación de artículos que destacan la participación de Hugo Boss con los nazis. En 1999, los abogados estadounidenses presentaron demandas en Nueva Jersey, en nombre de los sobrevivientes o sus familias, por el uso de trabajadores forzados durante la guerra. La empresa no hizo ningún comentario sobre estas demandas, pero reiteró una declaración anterior de que no quería «cerrar los ojos al pasado, sino más bien tratar los temas de manera abierta y franca».
En diciembre de 1999 se alcanzó un acuerdo entre el gobierno alemán y un grupo abogados estadounidenses, grupos judíos y el gobierno de Estados Unidos, para establecer un fondo de US$ 5,1 mil millones, financiado a partes iguales por la industria alemana y el gobierno alemán, para compensar a los trabajadores esclavos utilizados por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Hugo Boss acordó en participar de este fondo, por un monto que fue estimado por algunas fuentes como de alrededor de «752 000 €», mientras que otros consideraron que la empresa «finalmente pagó el mínimo absoluto en el fondo de compensación».
La empresa también decidió experimentar con la ropa femenina, y en 2000, presentó la primera colección de Boss Woman en el Palazzo del Senato de Milán.
A principios de 2002, Boss trasladó su división para mujeres de Milán de vuelta a Metzingen.
Los mayores mercados de la marca son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia y actualmente (2004) es controlada por el grupo italiano Marzotto SpA.
En 2013, un tribunal de Reino Unido condenó a la marca a pagar una multa de US$ 1.8 millones por la muerte de un niño en un probador.[4]
Otro nazi que vendió ropa al III Reich. Malas lenguas dicen que los " pijamas a rayas" de los campos de concentración eran suyos
Hugo Boss comenzó su compañía de ropa en 1924, en Metzingen, un pequeño pueblo al sur de Stuttgart, donde aún se ubica. Sin embargo, debido a la depresión económica en Alemania, Boss se vio obligado a declararse en bancarrota. En 1931 llegó a un acuerdo con sus acreedores, y quedó con seis máquinas de coser para empezar de nuevo. El mismo año, se convirtió en miembro del partido nazi y miembro patrocinador (Förderndes Mitglied) de las SS (Schutzstaffel). Más tarde se dijo que se había unido al partido debido a su promesa de terminar con el desempleo.
Se unió al Frente Alemán del Trabajo (Deutsche Arbeitsfront) en 1936, a la Asociación de Protección del Aire del Reich (Reichsluftschutzbund) en 1939, a la organización del Bienestar Popular Nacional Socialista (Nationalsozialistische Volkswohlfahrt) en 1941. Sus ventas aumentaron de 38 260 RM en 1932 a más de 3 300 000 RM en 1941, mientras que sus ganancias aumentaron en el mismo período de 5 000 a 241 000 RM. A pesar de que afirmó en una publicidad de 1934/1935 que había sido un «proveedor de uniformes nazis desde 1924», los suministros son probables desde 1928/1929 y ciertos desde 1934, cuando se convirtió en un Reichszeugmeisterei con licencia (oficial) de proveedores de uniformes a la Sturmabteilung, las SS, la Juventud Hitleriana, el Cuerpo de Motoristas Nacional-socialistas y a otras organizaciones del partido.
Para satisfacer la demanda en los últimos años de la guerra, Boss utiliza de 30 a 40 prisioneros de guerra y unos 150 trabajadores forzados, de los Países Bálticos, Bélgica, Francia, Italia, Austria, Polonia, Checoslovaquia y la antigua Unión Soviética. Según el historiador alemán Henning Kober, los directivos de la empresa eran «nazis confesos» y «grandes admiradores de Adolf Hitler», y Hugo Boss tenía en 1945 en su apartamento una fotografía de sí mismo con Hitler tomada en el último retiro de este en Obersalzberg.
En un juicio de desnazificación de 1946, sobre la base de su temprana afiliación al partido, su apoyo financiero a la SS y los uniformes entregados al partido nazi, incluso antes de 1933, Boss se considera un «activista» y un «defensor y beneficiario del nacional-socialismo». Fue despojado de su derecho de voto, su capacidad para manejar un negocio y le fue impuesta «una sanción muy fuerte» de 100 000 marcos. Murió en 1948, pero su negocio sobrevivió.
En 1993 Hugo Boss creó Baldessarini como su marca de lujo de alto nivel para caballero, en la actualidad también dispone de dos fragancias bajo esta marca.
En 1997, la compañía apareció en una lista de cuentas inactivas de Suiza, que provocó la publicación de artículos que destacan la participación de Hugo Boss con los nazis. En 1999, los abogados estadounidenses presentaron demandas en Nueva Jersey, en nombre de los sobrevivientes o sus familias, por el uso de trabajadores forzados durante la guerra. La empresa no hizo ningún comentario sobre estas demandas, pero reiteró una declaración anterior de que no quería «cerrar los ojos al pasado, sino más bien tratar los temas de manera abierta y franca».
En diciembre de 1999 se alcanzó un acuerdo entre el gobierno alemán y un grupo abogados estadounidenses, grupos judíos y el gobierno de Estados Unidos, para establecer un fondo de US$ 5,1 mil millones, financiado a partes iguales por la industria alemana y el gobierno alemán, para compensar a los trabajadores esclavos utilizados por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Hugo Boss acordó en participar de este fondo, por un monto que fue estimado por algunas fuentes como de alrededor de «752 000 €», mientras que otros consideraron que la empresa «finalmente pagó el mínimo absoluto en el fondo de compensación».
La empresa también decidió experimentar con la ropa femenina, y en 2000, presentó la primera colección de Boss Woman en el Palazzo del Senato de Milán.
A principios de 2002, Boss trasladó su división para mujeres de Milán de vuelta a Metzingen.
Los mayores mercados de la marca son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia y actualmente (2004) es controlada por el grupo italiano Marzotto SpA.
En 2013, un tribunal de Reino Unido condenó a la marca a pagar una multa de US$ 1.8 millones por la muerte de un niño en un probador.[4]
El gobierno de Hitler, fue el primero en el mundo en prohibir la visección en animales, Pero paradojicamente, No tenían reparos en experimentar con humanos
Durante la guerra se produjeron muchas películas en Alemania desarrollándose técnicas como el uso de carriles y grúas para las cámaras en movimiento y promoviendo el gobierno de Hitler a través de sus películas la más exitosa “El triunfo de la voluntad”.
Hitler fumaba todo el tiempo, hasta que un día se durmió fumando y despertó con un incendio, a partir de ese momento, comenzó a odiar el humo del cigarro, Promovió estudios respecto a los efectos que generaba el tabaco, lo que le permitió promover la prohibición de fumar en espacios públicos, y demostrar los efectos del tabaco en el cuerpo a través de publicidad.
Fanta
Esta famosa bebida se inventó durantel a II Guerra Mundial en Alemania.
Esta famosa bebida se inventó durantel a II Guerra Mundial en Alemania.
Fanta fue creada en 1940, durante la II Guerra Mundial. Max Keith, que dirigió las operaciones de Coca-Cola (GmbH) en la Alemania Nazi durante la guerra, tuvo problemas cuando el gobierno estadounidense prohibió a las multinacionales comerciar con Alemania. A esto se unía que plena II Guerra Mundial, las fábricas alemanas de Coca-Cola no podían recibir el concentrado de extractos que se utiliza para crear este refresco. Para poder seguir operando y no verse abocadas al cierre, los directivos de la fábrica decidieron crear una nueva bebida que pudieran producir con las máquinas que tenían, pero sin el jarabe de Coca-Cola. ¿Y qué podían encontrar en plena guerra? Suero de leche. Y en ello se basó el nuevo refresco.
Para solucionarlo, Coca-Cola cambió el nombre de sus fábricas, para hacerlas independientes y seguir sacando beneficios. Así Fanta nació exclusivamente para el mercado alemán, y demostró ser un éxito. Cuando Coca-Cola (GmbH) se restableció después de la guerra en el mercado europeo, compró la marca.
El nombre Fanta fue sugerido por un veterano vendedor de la compañía, Joe Knipp. Su idea vino gracias a un concurso que la empresa impulsó entre los empleados alemanes, para dar nombre al nuevo producto, en el cual Keith les pedía dejar volar su Fantasie (fantasía en alemán). Al oír aquello Knipp, dijo ¡Fanta!
Años antes de Marina Dor ciudad de vacaciones, en los años 30 del siglo pasado ya existía Prora, la ciudad de vacaciones que proyectó Hitler, y que ahora tiene una segunda vida.
Situada en la isla alemana de Rügen, es una masiva extensión con colosales estructuras turísticas que se construyeron en el período del nacionalsocialismo. Su proyecto se inició en 1936, tres años antes de la invasión de Polonia y del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Es desde luego un claro ejemplo de grandiosidad en la edificación sin ampulosidades.
Todo el complejo de edificios e instalaciones fue ideado como un proyecto de la organización Kraft durch Freude (KdF), y se levantó entre 1936 y 1939. La idea era crear el resort turístico más grande del mundo, con una localización en primera línea de playa, pero el inicio de la guerra lo dejó inacabado y sin llegar a conocer su uso originario.
En su origen fue concebido para conseguir alojar a unos 20.000 vacacionistas, con la idea de que todo obrero pudiera disfrutar una vez al año de unas vacaciones en la playa, alojándose en habitaciones de 5 por 2,5 metros con vistas al Báltico, dos camas, un armario y lavaplatos. Los baños eran comunes. Todo esto conformaba ocho edificios idénticos entre sí y que suponían una extensión de más de 4 kilómetros de largo a unos 150 metros de la playa. El plan original incluía piscinas, un teatro, cine y una sala para 25.000 personas.
Para su construcción se desplazaron 9.000 trabajadores que una vez iniciada la guerra se trasladaron a Peenemünde para la construcción de la fábrica de las Vergeltungswaffen. Durante la campaña de bombardeos aliados se reinstaló en Prora a muchos civiles alemanes, especialmente de Hamburgo, y también acogió a refugiados de Alemania oriental. En 1945 los edificios eran residencia por del personal auxiliar de la Luftwaffe. Con el final de la guerra pasó a estar situado en la Zona de ocupación soviética, y el Ejército Rojo lo usó como base militar. Una vez instaurada al República Democrática de Alemania pasaron a convertirse en instalaciones del Ejército Popular Nacional y entre 1960 y 1982 acogió a la unidad de élite paracaidista de la Alemania oriental. Tras la Reunificación alemana el Bundeswehr siguió utilizando los edificios y progresivamente se vieron abocados al abandono.
Hoy en día son la sede de uno de los albergues juveniles más grandes del mundo, con 402 camas y 96 habitaciones y lleva abierto desde 2011. Entre 2006 y 2012 se vendieron algunos bloques a empresas inmobiliarias y se ha retomado la idea del complejo residencial con Prora Solitaire y Nova Prora, lo que ha derivado en la apertura de hoteles de lujo y apartamentos residenciales.
Vacaciones pagadas. Los empresarios tuvieron ron que amoldarse a las exigencias del KdF y proporcionar vacaciones pagadas al trabajador a la vez que las huelgas desaparecieron. El interés por estos viajes hicieron que reinara una paz social no conocida hasta ese momento.
Todo ello levantó la curiosidad de otros países llevándose a celebrarse un encuentro con el nombre de Congreso Mundial de las Horas Libres y el Recreo, con la asistencia de cincuenta países.
Concierto de año nuevo, la mejor forma de empezar el año.
El concierto de año nuevo se viene celebrando anualmente en Viena desde 1941 en pleno apogeo del Tercer Reich.
La familia Strauss no se puede considerar musicalmente como una gran maravilla, pero su música es colorida y efectista. Ideal para no iniciados.
Estadio Olímpico de Berlín. Inaugurado en 1936 en las Olimpiadas del nazismo. Fue remodelado varias veces y hoy en día, luce majestuosame.
BAYER.
Posiblemente estamos ante el caso más famoso de esta lista. El gigante alemán no sólo mantuvo lazos económicos durante el Holocausto, fue mucho más que eso y posiblemente la compañía que más se benefició. En 1925 formaba parte del conglomerado IG Farben hasta que en 1951, tras la Segunda Guerra Mundial, fue dis^uelto por los Aliados convirtiéndose más tarde en la propia empresa.IG Farben fue la empresa que fabricaba el gas Zyklon B, el mismo que se utilizó en las cámaras de gas de la Alemania de Hitler. No sólo eso, la compañía también ayudó con la financiación a desarrollar los experimentos con los prisioneros en los campos de concentración.
SIEMENS.
La multinacional alemana también contribuyó y sumó dividendos en el Holocausto haciendo uso de prisioneros de los campos de concentración para trabajar en las fábricas y ayudar a construir las cámaras de gas que posteriormente los matarían.
Desliz o no, en el año 2001 se produce uno de los instantes de mayor insensibilidad. Siemens trata de registrar una nueva marca para sus productos con la palabra Zyklon (mismo nombre utilizado en las cámaras de gas durante el Holocausto). La compañía se vio forzada a renunciar a sus tentativas tras varias denuncias.
GM
Los camiones nazis de General Motors
El mayor fabricante de camiones militares del nazismo a través de su filial alemana. Para fabricar esta ingente cantidad de modelos que sirvieron para que Hitler se adentrase con sus tropas en Austria se sirvió de esclavos de los campos de concentración.
KODAK.
La compañía norteamericana también mantuvo lazos con la Alemania de Hitler. En este y como en la gran mayoría, a través de su filial alemana en la WW2. Al igual que Ferdinand Porsche, la casa tenía acceso para utilizar mano de obra esclava de los campos de concentración.
¿Por qué? Al parecer Wilhelm Keppler, uno de los principales asesores económicos de Hitler, tenía amistad con los dirigentes de la compañía. Esto produjo que además de la filial alemana, el resto de las europeas también hicieran negocios con el gobierno nazi.
FORD.
El que fuera fundador de la Ford Motor Company y padre de las cadenas de producción modernas en Estados Unidos tenía una gran historial como antisemita declarado. Fue posiblemente el mayor respaldo desde el exterior de la Alemania de Hitler.
Henry Ford, en cuyo historial tenía un periódico que compró para comenzar una cruzada antijudía, contaba con el propio Hitler como uno de sus “ilustres” admiradores (el propio Hitler lo nombra en Mein Kampf). Muchas de sus teorías antisemitas fueron tristemente llevadas a la realidad por el propio Hitler. En 1938, con 75 años, recibe la medalla nazi como “extranjero distinguido”. Ford convirtió su empresa en el segundo productor de camiones para el III REICH.
IBM.
Posiblemente uno de los casos más “sangrantes” para Estados Unidos. Y es que en plena expansión del Reich el gobierno alemán toma la decisión de comenzar un censo para “ordenar” a la población. Hablamos de una propuesta que perseguía encontrar a los judíos de cada territorio ocupado.
Y aquí aparece IBM. Su filial alemana sería la encargada de suministrarles a los nazis las máquinas Hollerith, las cuales llevarían a cabo el censo a través de unas tarjetas perforadoras (cada tarjeta asignaba a un ciudadano con identificaciones como la raza o religión). IBM fue posiblemente de las compañías que más se enriqueció… vendiendo unas máquinas que descubrían y realizaban un seguimiento de los judíos.
Chase Bank.
La institución financiera que ahora conocemos como J.P. Morgan Chase y que incluso en épocas recientes ha estado envuelta en la polémica y el escándalo, en la Europa de los 40 ayudó, en colaboración con otros bancos y con promesa de una jugosa comisión, a reunir el dinero utilizado para financiar operaciones nazis, algunas incluso contra el pueblo judío. Asimismo, no esperó la orden nazi para congelar las cuentas de los judíos residentes en la Francia ocupada
Allianz
Allianz fue la principal aseguradora beneficiada de esta época. De hecho podría decirse que era la aseguradora oficial del régimen (con todos los beneficios que ello implica), al grado que, durante la tristemente célebre "Noche de los cristales rotos" (Kristallnacht, la mayor ofensiva contra la población judía civil de Alemania y algunas zonas de Austria), la firma compensó al Estado nazi y no a los judíos afectados en sus propiedades por los daños causados. Más tarde, Allianz colaboró en el despojo de propiedades sufrido por los judíos retenidos en campos de concentración.
Novartis
Novartis nació como resultado de la fusión entre las compañías de origen suizo Ciba y Sandoz. En 1933, la división alemana de Ciba despidió a todos los miembros de su comité directivo para sustituirlos por otros mucho más confiables de "origen ario", argumento que Sandoz también utilizó contra su presidente. Más tarde, ambas empresas fabricaron tintes, fármacos y productos químicos de diversa índole para los nazis. Sin embargo, de las firmas aquí expuestas, Novartis es una de las pocas que aceptó parte de su responsabilidad y aportó 15 millones de dólares a un fondo suizo creado para reparar el daño que el pueblo judío sufrió a manos de los nazis.
Por otro lado, otra farmacéutica multinacional, Bayer, tiene en su historial el cuestionable mérito de haber sido la proveedora del gas que se utilizó en las cámaras donde murieron miles de personas.
Nestlé
Incluso algo tan delicioso como el chocolate (así sea el que produce Nestlé) adquiere de pronto un sabor desagradable cuando se sabe que esta misma apoyó económicamente en 1939 la creación del partido nazi suizo y, a cambio de esto, recibió un contrato para ser el único proveedor de la golosina al ejército alemán. Sus fábricas, sin embargo, estaban llenas de esclavos, algunos de los cuales consiguieron en el año 2000 que Nestlé aceptara su delito y los compensara (a ellos o a sus familias) con una suma total de 14.5 millones de dólares.
BMW
Otra compañía que abiertamente aprovechó la esclavitud permitida y aun fomentada por las autoridades nazis, en este caso para la fabricación de los motores de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana de la época.
General Electric (GE)
Operar desde los Estados Unidos no fue un obstáculo para que General Electric obtuviera una generosa y suculenta tajada de la guerra y, específicamente, del hecho de que los nazis fueran el enemigo a vencer. Aliándose con la empresa alemana Krupp, GE contribuyó a que deliberada y artificialmente aumentara el precio del carburo de wolframio, materia prima esencial para la fabricación de maquinaria de guerra, especulación con la que se hizo de millón y medio de dólares solo en 1936 y por la cual, una década más tarde, se hizo acreedora a una multa por parte del gobierno estadounidense.
Random House
Como subsidiaria de Bertelsmann A.G., esta editorial publicó propaganda y literatura nazis, títulos como Esterilización y y Eutanasia: Una contribución a la ética cristiana aplicada.
Coco Chanel:
¿antisemita y colaboradora nazi?. En más una ocasión, la famosa modista declaró que los judíos eran una amenaza bolchevique para Europa. Durante la ocupación alemana de Francia, Chanel residió en el lujoso Hotel Ritz, alojamiento favorito de las élites militares germanas.
Su relación romántica con el oficial alemán Hans Gunther von Dincklag le habría facilitado las cosas en una época en la que corrían malos tiempos para la mayoría de los franceses.
Terminó fue condenado por su implicación en las estructuras nacionalsocialistas al pago de una abultada multa de 100.000 marcos de la época. Falleció en 1948, pero su negocio sobrevive (y prospera) aún en nuestros días.
Coco Chanel intentó sacar tajada de la legislación antisemita alemana en materia de expropiaciones para hacerse con el control absoluto de su línea de perfumes, con el fin de despojar a los hermanos judíos Wertheimer de cualquier derecho sobre la exitosa fragancia Chanel nº5, a la que habían contribuido en gran medida. Ahora bien, tras la Segunda Guerra Mundial siguió haciendo negocios con judíos.
Quizá sea verdad la cita del historiador Hals Vaughan: Chanel era una oportunista consumada. Los nazis tenían el poder y Chanel gravitaba hacia el poder […]. Era una facilitadora. Conocía a todo el mundo […]. Y ayudó a los nazis.
Otros colaboradores:
AEG ( Electrolux), Agfa, BASF, Hoechst, Degussa (hoy Evonik), (todas ellas encuadradas desde 1924 a 1952 en IG Farben), como también Telefunken (fusionada con AEG en 1967 y desaparecida en 2005), Bosch, Daimler-Benz (hoy Daimler AG). Junkers, la antecesora de Audi. Hoffman, Thiessen y un largo etc.
"El trabajo os hará libres", consigna inscrita en la entrada de Auschwitz y otros campos de concentración
Los tiempos difíciles de unos son la oportunidad de prosperidad de otros. Esa es una de las manifestaciones más elocuentes del modelo económico en el que vivimos y el cual permite la posibilidad de provecho y ganancia aun en las condiciones que podrían parecer más críticas (aunque quizá lo que suceda en realidad es que para el capital las condiciones nunca son críticas, y en eso radique la clave de su fortaleza).
El gobierno de Alemania por parte del partido nazi se tiene justo como una de estas situaciones límite, un ejemplo acabado de lo que históricamente significa vivir en circunstancias adversas, difíciles, en las que aun la supervivencia individual y colectiva peligran a cada instante.
Con todo ―y a pesar de que destacados miembros del Nationalsozialismo como Joseph Goebbels y Otto Strasser odiaban el capitalismo, por considerar que mucho tenía de carácter judío―, no fueron pocas las empresas que prosperaron durante este periodo, en casi todos los casos por colaborar directamente con el régimen, aceptando y aun sirviéndose de las particulares manifestaciones que tomó el modo nazi de gobernar y ejercer la autoridad y el poder.
El concierto de año nuevo se viene celebrando anualmente en Viena desde 1941 en pleno apogeo del Tercer Reich.
La familia Strauss no se puede considerar musicalmente como una gran maravilla, pero su música es colorida y efectista. Ideal para no iniciados.
Estadio Olímpico de Berlín. Inaugurado en 1936 en las Olimpiadas del nazismo. Fue remodelado varias veces y hoy en día, luce majestuosame.
BAYER.
Posiblemente estamos ante el caso más famoso de esta lista. El gigante alemán no sólo mantuvo lazos económicos durante el Holocausto, fue mucho más que eso y posiblemente la compañía que más se benefició. En 1925 formaba parte del conglomerado IG Farben hasta que en 1951, tras la Segunda Guerra Mundial, fue dis^uelto por los Aliados convirtiéndose más tarde en la propia empresa.IG Farben fue la empresa que fabricaba el gas Zyklon B, el mismo que se utilizó en las cámaras de gas de la Alemania de Hitler. No sólo eso, la compañía también ayudó con la financiación a desarrollar los experimentos con los prisioneros en los campos de concentración.
SIEMENS.
La multinacional alemana también contribuyó y sumó dividendos en el Holocausto haciendo uso de prisioneros de los campos de concentración para trabajar en las fábricas y ayudar a construir las cámaras de gas que posteriormente los matarían.
Desliz o no, en el año 2001 se produce uno de los instantes de mayor insensibilidad. Siemens trata de registrar una nueva marca para sus productos con la palabra Zyklon (mismo nombre utilizado en las cámaras de gas durante el Holocausto). La compañía se vio forzada a renunciar a sus tentativas tras varias denuncias.
GM
Los camiones nazis de General Motors
El mayor fabricante de camiones militares del nazismo a través de su filial alemana. Para fabricar esta ingente cantidad de modelos que sirvieron para que Hitler se adentrase con sus tropas en Austria se sirvió de esclavos de los campos de concentración.
KODAK.
La compañía norteamericana también mantuvo lazos con la Alemania de Hitler. En este y como en la gran mayoría, a través de su filial alemana en la WW2. Al igual que Ferdinand Porsche, la casa tenía acceso para utilizar mano de obra esclava de los campos de concentración.
¿Por qué? Al parecer Wilhelm Keppler, uno de los principales asesores económicos de Hitler, tenía amistad con los dirigentes de la compañía. Esto produjo que además de la filial alemana, el resto de las europeas también hicieran negocios con el gobierno nazi.
FORD.
El que fuera fundador de la Ford Motor Company y padre de las cadenas de producción modernas en Estados Unidos tenía una gran historial como antisemita declarado. Fue posiblemente el mayor respaldo desde el exterior de la Alemania de Hitler.
Henry Ford, en cuyo historial tenía un periódico que compró para comenzar una cruzada antijudía, contaba con el propio Hitler como uno de sus “ilustres” admiradores (el propio Hitler lo nombra en Mein Kampf). Muchas de sus teorías antisemitas fueron tristemente llevadas a la realidad por el propio Hitler. En 1938, con 75 años, recibe la medalla nazi como “extranjero distinguido”. Ford convirtió su empresa en el segundo productor de camiones para el III REICH.
IBM.
Posiblemente uno de los casos más “sangrantes” para Estados Unidos. Y es que en plena expansión del Reich el gobierno alemán toma la decisión de comenzar un censo para “ordenar” a la población. Hablamos de una propuesta que perseguía encontrar a los judíos de cada territorio ocupado.
Y aquí aparece IBM. Su filial alemana sería la encargada de suministrarles a los nazis las máquinas Hollerith, las cuales llevarían a cabo el censo a través de unas tarjetas perforadoras (cada tarjeta asignaba a un ciudadano con identificaciones como la raza o religión). IBM fue posiblemente de las compañías que más se enriqueció… vendiendo unas máquinas que descubrían y realizaban un seguimiento de los judíos.
Chase Bank.
La institución financiera que ahora conocemos como J.P. Morgan Chase y que incluso en épocas recientes ha estado envuelta en la polémica y el escándalo, en la Europa de los 40 ayudó, en colaboración con otros bancos y con promesa de una jugosa comisión, a reunir el dinero utilizado para financiar operaciones nazis, algunas incluso contra el pueblo judío. Asimismo, no esperó la orden nazi para congelar las cuentas de los judíos residentes en la Francia ocupada
Allianz
Allianz fue la principal aseguradora beneficiada de esta época. De hecho podría decirse que era la aseguradora oficial del régimen (con todos los beneficios que ello implica), al grado que, durante la tristemente célebre "Noche de los cristales rotos" (Kristallnacht, la mayor ofensiva contra la población judía civil de Alemania y algunas zonas de Austria), la firma compensó al Estado nazi y no a los judíos afectados en sus propiedades por los daños causados. Más tarde, Allianz colaboró en el despojo de propiedades sufrido por los judíos retenidos en campos de concentración.
Novartis
Novartis nació como resultado de la fusión entre las compañías de origen suizo Ciba y Sandoz. En 1933, la división alemana de Ciba despidió a todos los miembros de su comité directivo para sustituirlos por otros mucho más confiables de "origen ario", argumento que Sandoz también utilizó contra su presidente. Más tarde, ambas empresas fabricaron tintes, fármacos y productos químicos de diversa índole para los nazis. Sin embargo, de las firmas aquí expuestas, Novartis es una de las pocas que aceptó parte de su responsabilidad y aportó 15 millones de dólares a un fondo suizo creado para reparar el daño que el pueblo judío sufrió a manos de los nazis.
Por otro lado, otra farmacéutica multinacional, Bayer, tiene en su historial el cuestionable mérito de haber sido la proveedora del gas que se utilizó en las cámaras donde murieron miles de personas.
Nestlé
Incluso algo tan delicioso como el chocolate (así sea el que produce Nestlé) adquiere de pronto un sabor desagradable cuando se sabe que esta misma apoyó económicamente en 1939 la creación del partido nazi suizo y, a cambio de esto, recibió un contrato para ser el único proveedor de la golosina al ejército alemán. Sus fábricas, sin embargo, estaban llenas de esclavos, algunos de los cuales consiguieron en el año 2000 que Nestlé aceptara su delito y los compensara (a ellos o a sus familias) con una suma total de 14.5 millones de dólares.
BMW
Otra compañía que abiertamente aprovechó la esclavitud permitida y aun fomentada por las autoridades nazis, en este caso para la fabricación de los motores de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana de la época.
General Electric (GE)
Operar desde los Estados Unidos no fue un obstáculo para que General Electric obtuviera una generosa y suculenta tajada de la guerra y, específicamente, del hecho de que los nazis fueran el enemigo a vencer. Aliándose con la empresa alemana Krupp, GE contribuyó a que deliberada y artificialmente aumentara el precio del carburo de wolframio, materia prima esencial para la fabricación de maquinaria de guerra, especulación con la que se hizo de millón y medio de dólares solo en 1936 y por la cual, una década más tarde, se hizo acreedora a una multa por parte del gobierno estadounidense.
Random House
Como subsidiaria de Bertelsmann A.G., esta editorial publicó propaganda y literatura nazis, títulos como Esterilización y y Eutanasia: Una contribución a la ética cristiana aplicada.
Coco Chanel:
¿antisemita y colaboradora nazi?. En más una ocasión, la famosa modista declaró que los judíos eran una amenaza bolchevique para Europa. Durante la ocupación alemana de Francia, Chanel residió en el lujoso Hotel Ritz, alojamiento favorito de las élites militares germanas.
Su relación romántica con el oficial alemán Hans Gunther von Dincklag le habría facilitado las cosas en una época en la que corrían malos tiempos para la mayoría de los franceses.
Terminó fue condenado por su implicación en las estructuras nacionalsocialistas al pago de una abultada multa de 100.000 marcos de la época. Falleció en 1948, pero su negocio sobrevive (y prospera) aún en nuestros días.
Coco Chanel intentó sacar tajada de la legislación antisemita alemana en materia de expropiaciones para hacerse con el control absoluto de su línea de perfumes, con el fin de despojar a los hermanos judíos Wertheimer de cualquier derecho sobre la exitosa fragancia Chanel nº5, a la que habían contribuido en gran medida. Ahora bien, tras la Segunda Guerra Mundial siguió haciendo negocios con judíos.
Quizá sea verdad la cita del historiador Hals Vaughan: Chanel era una oportunista consumada. Los nazis tenían el poder y Chanel gravitaba hacia el poder […]. Era una facilitadora. Conocía a todo el mundo […]. Y ayudó a los nazis.
Otros colaboradores:
AEG ( Electrolux), Agfa, BASF, Hoechst, Degussa (hoy Evonik), (todas ellas encuadradas desde 1924 a 1952 en IG Farben), como también Telefunken (fusionada con AEG en 1967 y desaparecida en 2005), Bosch, Daimler-Benz (hoy Daimler AG). Junkers, la antecesora de Audi. Hoffman, Thiessen y un largo etc.
"El trabajo os hará libres", consigna inscrita en la entrada de Auschwitz y otros campos de concentración
Los tiempos difíciles de unos son la oportunidad de prosperidad de otros. Esa es una de las manifestaciones más elocuentes del modelo económico en el que vivimos y el cual permite la posibilidad de provecho y ganancia aun en las condiciones que podrían parecer más críticas (aunque quizá lo que suceda en realidad es que para el capital las condiciones nunca son críticas, y en eso radique la clave de su fortaleza).
El gobierno de Alemania por parte del partido nazi se tiene justo como una de estas situaciones límite, un ejemplo acabado de lo que históricamente significa vivir en circunstancias adversas, difíciles, en las que aun la supervivencia individual y colectiva peligran a cada instante.
Con todo ―y a pesar de que destacados miembros del Nationalsozialismo como Joseph Goebbels y Otto Strasser odiaban el capitalismo, por considerar que mucho tenía de carácter judío―, no fueron pocas las empresas que prosperaron durante este periodo, en casi todos los casos por colaborar directamente con el régimen, aceptando y aun sirviéndose de las particulares manifestaciones que tomó el modo nazi de gobernar y ejercer la autoridad y el poder.
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