sábado, julio 28

¿QUE FUE DE HERMINIO MOLERO? 
EL CALVO DE RADIO FUTURA

Molero es autor de algunas de las canciones más emblemáticas de la Movida madrileña. 'El divino calvo', como era conocido en los años 80, es el artista polifacético por excelencia, pintor, músico, dibujante, agitador cultural y poeta.

El dato más popular de su biografía es seguramente que Herminio Molero fue uno de los fundadores del mítico grupo Radio Futura y a su pluma se deben, entre tantas otras letras, el himno en que se convirtió el tema 'Enamorado de la moda juvenil'. Como en toda su obra, la poesía de Molero arranca de la vanguardia más experimental pero también es capaz de nutrirse de las fuentes de lo popular y de la experiencia vital.




Cuando pongo toda la pasión en una cosa no me sale jamás", cuenta Herminio. Lo dice en la terraza de la cafetería del Museo Reina Sofía mientras apura un descafeinado. "He sido hipertenso toda la vida y parte de mi desasosiego artístico viene de ahí. Soy obsesivo por naturaleza y para sobrevivir tengo que ponerme trampas psicológicas. Fingir que las cosas no me interesan tanto". Molero tiene estudio en Malasaña y casa en su pueblo, así que usa el autobús de línea casi como lanzadera. Así ha recuperado, dice, el gusto por Madrid. Viene con mucha frecuencia y se queda en un hotel "de tarifa plana".



El día en que cumplía 60, dio con sus huesos en la UVI por una subida de tensión de dimensiones alpinas. Contra lo que dice el tópico, él no se dedicó a repasar su vida: llenó la lista de todo lo que le quedaba por hacer. Entre otras cosas, recopilar sus grabaciones, desde los tiempos en que estudiaba con Luis de Pablo hasta las primeras maquetas de Radio Futura 


"Nuesta aportación fue cómo ser modernos, que era lo que sabíamos ser"


Molero es ese hombre con cara algo histriónica que aparece en la portada de Música Moderna, el mítico primer álbum de un grupo que él fundó junto a los hermanos Auserón. Terminaron tarifando y en los tribunales por el nombre del grupo, registrado por Molero: "El juez falló en mi contra", dice, "con el argumento de que Santiago estaba más centrado en la música, que yo era más disperso. El músico (en concreto) frente al artista (en general)". La hipertensión de nuevo. El juez llegó a pedirle que se definiera: ¿pintor, músico, actor? Misión imposible.

Pasado el tiempo, el "artista" cuenta que acaba de grabar un disco de rock "como de intelectual de izquierdas italiano de los años sesenta, eurocomunista y anarcoide, como Pasolini, nada de cosas de partido". Lo ha grabado con músicos jóvenes -"en Madrid siempre ha habido muy buenos guitarristas"- a los que tuvo que explicar el significado de la expresión "canción protesta". Ahora busca discográfica y recuerda que recobró el gusto por subirse a un escenario con los conciertos -"de muertos vivientes", es decir, de la Movida- que la sala El Sol acogió el año pasado. Por esas mismas fechas, un programa de TVE escogió Enamorado de la moda juvenil, una canción suya firmada colectivamente, entre las 50 mejores de la historia de la música española: "¡En el puesto 37!", se ríe. "La única de Radio Futura. Ganó Mediterráneo, de Serrat".

Pese a sus flirteos actuales con el rock de concepto y combate, siempre ha sido el hombre pop. "Yo estudié dibujo artístico por correspondencia, con un curso de aquellos de CEAC. Y el pop fue mi licenciatura", cuenta. Su familia había emigrado a Madrid y él, adolescente, se colaba en los talleres de los artistas para fijarse en la técnica, en los gestos, en el desorden que muchos generaban a su alrededor. En un viaje a París vio en directo por fin la obra de Warhol, Lichtenstein y Rauschenberg, y se convirtió en un apóstol laico y descreído de un movimiento que en su opinión sigue teniendo algo que enseñar: "Que un disco puede ser tan obra de arte como una exposición". De hecho, algunas de las obras de Molero que acoge hasta el 14 de septiembre en el Reina Sofía la muestra Los Esquizos de Madrid son una recopilación de iconos: Lennon, Jagger, Dylan, Jane Birkin... "Para nosotros no había diferencia entre Warhol y Lou Reed".


"Nosotros" son los artistas con los que él comparte salas en el museo de Atocha: Manolo Quejido, Pérez Villalta, Javier WW2generación de artistas muchas veces desubicados en la historia, Molero no duda: "Cómo ser modernos, que era lo que sabíamos ser. Éramos muy leídos. Muy culturetas también. Justo lo contrario que el típico pintor español racial e inculto que, incluso cuando tiene cultura, lo niega".

Durante mucho tiempo, Hermino Molero fue poco comprendido. Por disperso: "Me he pasado la vida yéndome de los sitios". Saltaba de la poesía concreta -"poesía para ver, pintura para leer"- a Los 40 Principales. Y de allí a la televisión, para la que rodó cientos de anuncios como actor. El más famoso, tal vez, uno de Trinaranjus firmado por Gonzalo Suárez. Y otro con Ana Obregón, y varios de detergentes. Ahora son los más jóvenes los que reivindican su trabajo, empezando por los comisarios de la colectiva del Reina. Él, no obstante, junto al disco, prepara dos exposiciones para Madrid y Barcelona. Por si algún día le vuelve a subir la tensión, quiere ordenar su archivo. Y ya tiene título para una hipotética muestra retrospectiva que, dada su hiperactividad, quedaría incompleta el día mismo de la inauguración: The one man generation. Eso es él, en efecto, la generación de un solo hombre. (Publicado en 2009).



Pintor? ¿Músico? ¿Compositor? ¿Actor? Herminio Molero Ortega es un personaje bien difícil de encasillar. Tal vez la mejor definición de él es la de agitador cultural como se le  ha definido en alguna ocasión.

Herminio  nace en La Puebla de Almoradiel (Toledo), en 1948 y al cumplir once años se traslada con su familia a Madrid, concretamente al barrio de Quintana, donde residirá durante los siguientes treinta años.

A finales de los años 60 comienza a exponer en Madrid y otras ciudades españolas, adquiriendo un cierto renombre como poeta y pintor de vanguardia. Durante los primeros años 70 simultanea la pintura con el teatro independiente y los happenings, formando un dúo teatral con un actor, como Herminio de origen manchego, por entonces desconocido: Pedro Almodóvar.

A finales de 1974, con 26 años cumplidos, y sin estudios ni experiencia previa, decide encaminar su creatividad hacia la música. Realiza cursos de música electrónica en los laboratorios Alea, en los que trabajaban músicos clásicos de la talla de Luis de Pablo, y ahí comienza a interesarse por un instrumento entonces absolutamente novedoso: el sintetizador. En 1975 adquiere un VCS 3. En el Madrid de aquella época sólo Teddy Bautista poseía uno similar. Amplía su instrumental con un magnetofón Revox, un teclado  y una primitiva caja de ritmos y se lanza a la aventura de conjugar melodías con grabaciones hechas en la calle, todo ello aderezado con ondas y filtros de sintetizador.

En 1976 conoce al grupo de rock sinfónico Araxes II en el que milita, entre otros, el guitarrista Javier Esteve (ex-líder de los míticos Cerebrum), con los que participa en conciertos y macrofestivales, grabando el single "El Rastro / Sí" (Chapa, 1977), que luego serán incluidos en el LP "Rock del Manzanares. ¡Viva el Rollo! Vol. 2" (Chapa, 1978). El año largo que permanece en Araxes II, a pesar de estar muy alejado de sus ideas musicales, suponen para Herminio una escuela que resultará decisiva en su carrera posterior.

En 1978 se presenta en solitario en la discoteca MM bajo el nombre de Sonido Molero en una actuación de música electrónica a la que asistió desde la élite cultural madrileña de la época hasta los habituales de una discoteca en viernes. Unos y otros aplaudieron sorprendidos aquel inusual sonido y aquel uso teatral del escenario, totalmente alejado de las costumbres musicales del momento.

A principios de 1979 decide lanzarse incondicionalmente a la creación musical. Alquila un local de ensayo, coloca su escaso equipo y lo abre a todo aquel que quiera formar un grupo musical con Roxy Music como referencia más cercana. Durante cuatro meses pasan por allí músicos y no-músicos de toda condición y pelaje hasta decantarse en un quinteto formado por Santiago Auserón y Javier Pérez Grueso (alias Javier Furia) cantantes, Enrique Sierra (ex-Kaka de Luxe) guitarra, Luis Auseron, bajo y el propio Herminio como teclista, sintetizador y cajas de ritmo.

Durante el verano del 79 el grupo ensaya todos los días montando exclusivamente canciones compuestas por Herminio, varias de ellas de su época como Sonido Molero. El 12 de octubre de 1979, a las 12 de la mañana, en el Ateneo de Madrid, en el acto de clausura de un festival de cine de ciencia ficción, Radio Futura salta al escenario. Tres cuartos de hora después todos los presentes sabíamos que habíamos asistido a un concierto histórico en la música pop española. A partir de ahí todo se dispara: Jesús Ordovás presenta en Radio 3 una maqueta, teloneros de Elvis Costello en Badalona en la segunda actuación de su carrera, dos conciertos en el Alfil, contrato discográfico con Hispavox, presentación en la sala El Sol, entrevista de Paloma Chamorro y breve actuación en televisión... Antes de finalizar ese año ya están metidos en los estudios de grabación Kirios. El grupo y su productor, Honorio Herrero, deciden publicar en la primavera del 80 un LP con diez temas, siete de ellos compuestos por Herminio, uno de Auserón, otro de Enrique Sierra y una versión de un tema de T. Rex. En una decisión tal vez desacertada se decide que todos los temas irán firmados por todos los componentes del grupo sin excepción.

Para promocionar el LP "Música Moderna" (Hispavox, 1980), Hispavox incluye al grupo en un paquete de artistas de la marca que durante mayo de aquel año actúan en plazas de toros de todo el país en festivales denominados genéricamente: “Fans”. En las fiestas de San Isidro de ese año, el Ayuntamiento de Madrid organiza un concierto en la Plaza Mayor en el que Radio Futura encabeza un cartel con los principales grupos de La Movida. Asisten más de 20.000 personas y supone la puesta de largo de La Movida Madrileña. Se extrae un primer single con "Enamorado de la moda juvenil" como Cara A e "Ivonne" en la Cara B, composiciones ambas de Molero, que pronto alcanza el primer puesto de las listas de ventas y a principios de verano otro con "Divina" como plato fuerte e "Interferencias", una canción no incluída en el LP, como Cara B. En los meses de verano del 80 el grupo realiza galas por toda España, incorporando ya al batería Solrac Velázquez en la formación y el disco de Radio Futura se edita en varios países europeos y americanos. En menos de un año Radio Futura ha pasado de ser un grupo inédito a ser una de las bandas españolas más importantes y cotizadas, levantando expectativas dentro y fuera del país.

El otoño del 80 fue brumoso y el invierno frío. Surgen desavenencias, primero económicas y luego estilísticas. Javier es invitado en diciembre a dejar el grupo, quedando Santiago como cantante único y Herminio se resiste a abandonar el grupo aunque claudicará en febrero del 81. Como escribe Silvia Grijalba en su libro "Dios Salve a La Movida": “Nunca volvieron a ser lo mismo cuando Javier Furia y Herminio Molero dejaron el grupo”. La magia se había roto en mil pedazos.

Sólo tres meses después de su salida del grupo, Herminio ofrece un memorable concierto en solitario en el Museo Español de Arte Contemporáneo con el título “Sobre los Tejados de Madrid” recuperando para la ocasión el nombre de Sonido Molero y ofreciendo un espectáculo con reminiscencias de Brian Eno, Kraftwerk o Jean Michel Jarre. Durante los años 1981 y 1982 la carrera de Herminio fue errática. Forma varios grupos de corte tecno pop que no llegan a funcionar, aunque realiza actuaciones realmente interesantes en El Sol y otras salas madrileñas, siempre con formaciones inestables.

En 1984 graba un maxisingle con cuatro temas bajo el nombre de "Herminio Molero y la Máquina Humana" (Record 83, 1984), que contiene cuatro canciones entre la que destaca “La apisonadora”, una de las mejores composiciones de toda su carrera. En este disco, con él como cantante, teclista y caja de ritmos, está acompañado por Domingo Patiño (guitarra), Javier Amezua (saxo y flauta) y Luis Auserón (bajo). Para promocionar este disco formará una Máquina Humana estable con Domingo Patiño (guitarra), Julián Molero (teclados y cajas de ritmo), Alfredo (bajo) y él mismo como cantante y teclados. Con esta formación actuará en Rockola y otros locales madrileños para separarse definitivamente en abril de 1985.



A partir de esa fecha, Herminio Molero vuelve a su carrera pictórica y durante toda la década de los 90 realiza exposiciones en Madrid, Barcelona, Bilbao, etc, que, aunque con algún altibajo, le confirman como uno de los pintores españoles más importantes de su generación. Reside un tiempo en Italia y en 1998 abandona su querido Madrid para establecerse en su localidad natal. En 2004 realiza su primera exposición antológica. Durante ese tiempo la música es un sueño lejano del que despierta de largo en largo para componer algún tema o colaborar con algún viejo camarada en grabaciones puntuales.

Pero a finales de 2006 ocurre un pequeño milagro. La Comunidad de Madrid y la sala El Sol preparan una serie de conciertos para conmemorar su 25º aniversario y Herminio es el único ex de Radio Futura invitado a participar en ellos. El 12 de enero de 2007, veintiún años después de su última actuación y acompañado por cuatro músicos, que por edad podrían ser sus hijos, Herminio Molero vuelve a colgar el cartel de no hay entradas en El Sol y ofrece un concierto en el que el público corea las viejas canciones y conoce alguna de las nuevas. Animado por aquello y con el gusanillo de la música mordiéndole las entrañas, graba una maqueta y poco tiempo después vuelve a ser el único ex de RF invitado a participar en el concierto homenaje a Jesús Ordovás.

No había pronunciado su última palabra y  regresaba con "Ruido Rojo" (Lollipop, 2014), un CD de cantautor eléctrico que recoge sus principales composiciones de los últimos treinta años en versiones básicas y alejadas de experimentación, quizá porque en este momento lo más experimental es volver a los viejos esquemas melódicos y rítmicos de tres guitarra, batería, cantante y letras cargadas de una inusual fortaleza expresiva.



Herminio Molero compuso Enamorado de la moda juvenil a la avanzada edad de 32 años. Eso  entonces y ahora es una eternidad. La regla numero uno del pop es empezar muy joven, para conectar todo lo posible con tu público potencial. En la misma época, Santiago Auserón tenía 26 años. Luis Auserón, 25. Y lo que es aún peor para Molero, con su incipiente calva, sus gafas y su rostro digamos poco agraciado, en las fotos aparentaba diez años más, y los Auserón, diez menos. Hasta su nombre le subía la edad. Más que un miembro de la banda, parece el padre enrollado de alguno de ellos. Normal que a los otros se les vea incómodos en las fotos.

Por eso  Molero es y siempre será, el calvo de Radio Futura.





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